Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Paul Krugman arremete contra el rescate de EEUU: "Un salvavidas para las apuestas fallidas de los aliados de Bessent"

    » Misionesparatodos

    Fecha: 10/10/2025 11:53

    En un artículo publicado en su sitio web, el Nobel de Economía critica el acuerdo de 20.000 millones de dólares entre EE.UU. y Argentina como un bailout ideológico para fondos de cobertura perdedores, mientras se recorta ayuda humanitaria que podría costar millones de vidas infantiles en países pobres. El economista estadounidense Paul Krugman, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2008, lanzó una dura crítica contra el anuncio realizado hoy por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, sobre un rescate financiero de 20.000 millones de dólares a Argentina. En un artículo publicado en su boletín de Substack, Krugman describe la medida como un "bailout" –un salvavidas financiero– no solo para el controvertido gobierno del presidente Javier Milei, sino también para las apuestas fallidas de los aliados de Bessent en el mundo de los fondos de cobertura (hedge funds). Esta intervención, que incluye la compra directa de pesos argentinos y un marco de intercambio de divisas por 20.000 millones de dólares con el BCRA, se produce en un contexto de recortes drásticos en la ayuda humanitaria estadounidense, lo que, según Krugman, podría provocar la muerte prevenible de millones de niños en naciones empobrecidas. El anuncio de Bessent, realizado este jueves durante una reunión con altos funcionarios financieros argentinos, busca estabilizar el peso argentino frente a una creciente presión inflacionaria y fuga de capitales. El gobierno de Estados Unidos adquirió directamente pesos en el mercado y acordó un "swap line" –línea de intercambio de monedas– para proporcionar liquidez inmediata al país sudamericano, que ha enfrentado una depreciación acelerada de su moneda en las últimas semanas. Esta medida, que no requiere aprobación inmediata del Congreso pero podría involucrar fondos existentes del Tesoro, representa un giro inesperado en la política exterior de la administración Trump, que ha priorizado recortes en la asistencia internacional no alineada con intereses estratégicos directos de Washington. Krugman, conocido por sus análisis incisivos sobre crisis financieras globales, contextualiza esta decisión en un patrón más amplio de prioridades ideológicas de la administración Trump. "La administración Trump realmente odia dar ayuda exterior que sirva a cualquier propósito humanitario", escribe el economista, recordando que tales recortes podrían ser responsables de "la muerte prevenible de millones de niños en países empobrecidos". En contraste, califica el apoyo a Argentina como "crass" –vulgar o burdo–, ya que el país carece de "valor estratégico para EE.UU." y arrastra un historial de corrupción, inestabilidad política, mala gestión fiscal y nueve defaults soberanos, tres de ellos desde 2001. Fuentes como The New York Times destacan que esta inyección de capital beneficiará directamente a grandes inversores que apostaron por el "experimento económico" de Milei, un libertario autodenominado que ha cortejado a figuras como Donald Trump y Elon Musk con promesas de recortes drásticos al gasto público, simbolizados por su icónica motosierra. El núcleo de la crítica de Krugman radica en la estrategia económica de Milei, a la que describe como un fallido "estabilización basada en el tipo de cambio" –un intento de propping up (apoyar artificialmente) el peso para combatir la inflación, un enfoque que ha colapsado repetidamente en América Latina. Citando un análisis reciente de Maurice Obstfeld, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Krugman afirma que "América Latina es un museo de esfuerzos fallidos de estabilización basada en el tipo de cambio". El Nobel rememora su propia experiencia durante la crisis argentina de 2001, cuando asistió a una reunión en la Casa Rosada con el entonces presidente Fernando de la Rúa, quien desesperadamente intentaba rescatar el "Plan de Convertibilidad" –una versión de los años 90 similar a la actual de Milei–. Aquel esquema generó "euforia inicial que eventualmente dio paso al desastre", culminando en un default de 132.000 millones de dólares. "Ni yo ni nadie tenía una solución: el Plan de Convertibilidad era insalvable", reflexiona Krugman, advirtiendo que el actual no será diferente. Lo que eleva la controversia, según Krugman, es el trasfondo personal y financiero del rescate. En diciembre de 2024, tras la victoria electoral de Trump, los mercados argentinos experimentaron un auge impulsado por apuestas de los fondos de cobertura en el "renacimiento libertario" de Milei. Sin embargo, para septiembre de 2025, los inversores comenzaron a deshacer posiciones ante la perspectiva de pérdidas significativas de Milei en las elecciones legislativas, poniendo en jaque su programa entero. Bessent, un ex gestor de hedge funds con lazos profundos en ese sector, anunció el lifeline –línea vital– de 20.000 millones de dólares sin un plan concreto para resolver el desorden argentino, optando en su lugar por una "dosis generosa de teoría conspirativa". En su declaración, Bessent sugirió que los inversores que apuestan contra el peso tienen "motivos políticos siniestros" contra Milei, ignorando, según Krugman, la evidencia histórica de fallos estructurales. Un análisis complementario de Matthew Klein, publicado recientemente, ilustra el "estafa" inherente al esquema: cuando entidades como el FMI o ahora el Tesoro de EE.UU. prestan dinero al gobierno argentino, los fondos "fluyen inmediatamente hacia afuera" mediante fuga de capitales. Los inversores –tanto domésticos como extranjeros– aprovechan la propping up del peso para vender activos a precios inflados, solo para que la moneda colapse nuevamente. Esto, argumenta Krugman, convierte el dinero de los contribuyentes estadounidenses en un "puente temporal" que enriquece a especuladores. Entre ellos destaca Rob Citrone, un multimillonario de fondos de cobertura y viejo amigo de Bessent, quien instó al secretario a intervenir y compró activos argentinos justo antes del anuncio. "Si Citrone no aprovecha este préstamo respaldado por contribuyentes para sacar su dinero y correr, es un tonto", sentencia Krugman, notando que Argentina quema miles de millones en reservas para defender el peso mientras "todos corren hacia las salidas". Krugman también desmitifica los logros de Milei, argumentando que su "motosierra" ha generado más apariencias que reformas sustantivas. Aunque ha impuesto duros recortes en el gasto social –causando sufrimiento generalizado–, gran parte de la reducción del déficit proviene de drásticos cortes en la inversión pública: de un 10% de los ingresos ordinarios a solo un 2%. "Esto es solo otra forma de pedir prestado del futuro", escribe, haciendo menos probable que las apuestas en activos argentinos paguen dividendos a largo plazo. Otro ahorro temporal surgió de menores pagos de intereses, gracias a una breve negación de los inversores que aceptaron deuda argentina a corto plazo mientras el peso se mantenía artificialmente fuerte. Estos gains "se evaporarán cuando el peso caiga", predice. En un tono irónico, Krugman contrapone esta generosidad selectiva con los recortes en ayuda exterior. "Mientras millones de niños deben morir para ahorrar unos pocos miles de millones, los contribuyentes están en la mira por miles de millones más para rescatar a los buddies de Bessent en un intento predeciblemente fútil de salvar al Elon Musk del Sur", concluye, refiriéndose a Milei. El acuerdo no altera la trayectoria de la moneda argentina a largo plazo, con analistas del Peterson Institute for International Economics advirtiendo que el rescate "no salvará el peso por mucho tiempo". La reacción en los círculos económicos ha sido mixta. Mientras inversores como Citrone podrían ver un windfall –ganancia inesperada–, como reporta The New York Times, críticos como Krugman ven en esto una priorización de lealtades ideológicas sobre los intereses nacionales de EE.UU. El economista, que ha seguido de cerca las turbulencias argentinas, cierra su pieza con una coda musical de Pacifica, evocando el deseo de "solo querer estar bien / No repetir el pasado". Fuente: Perfil

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por