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Parana » El Once Digital
Fecha: 10/10/2025 08:30
La comunidad del Colegio Nuestra Señora del Huerto conmemora 130 años de labor educativa y evangelizadora en la ciudad Victoria. Habrá acto y una cena. Hablar del Colegio Nuestra Señora del Huerto en Victoria es evocar una historia centenaria que comenzó el 14 de febrero de 1895, cuando seis Hermanas de la Congregación llegaron en tren a la Estación del Ferrocarril. Fueron recibidas por autoridades departamentales y un numeroso público que comprendía la magnitud de aquel acontecimiento. El arribo de las religiosas marcó el inicio de una etapa decisiva para la educación local: abría las puertas a un futuro promisorio no solo en la enseñanza formal, sino también en la formación de oficios para las jóvenes de la época. El primer espacio que las albergó fue la esquina de 25 de Mayo y Sarmiento, conocida como “Los Altos de Pedemonte”. Allí, el 1º de marzo de 1895, comenzó a funcionar la escuela primaria para niñas con apenas 38 alumnas. Al finalizar el año, ya eran 99. Las Hermanas dividían su labor entre las aulas, la atención de las pupilas y el sostenimiento de una escuela gratuita anexa, consolidando desde el inicio una vocación de servicio que aún define al carisma huertano. Formación integral y compromiso social Desde sus comienzos, el proyecto educativo trascendió la enseñanza básica. Las alumnas aprendían costura, bordado, tejido, pintura, corte y confección, además de música y francés —materias en las que rendían exámenes en la Capital Federal—. El espíritu huertano se extendió rápidamente más allá del aula. El Hospital Fermín Salaberry fue otro de los espacios donde la Congregación dejó su impronta solidaria. En 1902, se concretó la adquisición del edificio actual, en la intersección de 9 de Julio y Mitre, donde funcionaba el Club Artes y Oficios (Jockey Club). Desde entonces, esa sede se transformó en la casa definitiva del Huerto en Victoria. El acto central por los 130 años El sábado 11 de octubre, desde las 9:30, se desarrollará el acto central en Plaza San Martín, seguido por una misa en la Basílica de Aránzazu. La celebración forma parte de un año cargado de actividades conmemorativas que comenzaron en febrero. La rectora del Nivel Secundario, Mariela Nievas, explicó que la convocatoria es abierta: “Convocamos a toda la comunidad de Victoria. No enviamos invitaciones personales porque muchos exdocentes o exalumnos ya no los conocemos directamente. Queremos que cualquiera que se sienta parte del Huerto pueda acercarse. Solo hubo invitaciones formales a organismos gubernamentales y religiosos”, precisó. El programa incluye concentración del alumnado de los tres niveles, descubrimiento de una placa conmemorativa, palabras alusivas de la Madre Guadalupe Rosselló, desfile institucional y misa. La jornada culminará con una cena en el predio del CEC. La Hermana Guadalupe y Mariela Nievas - Foto: P32 Nievas destacó el respaldo institucional: “Agradecemos la generosidad de la intendenta Isa Castagnino, quien nos facilitó gran parte de lo necesario para organizar el acto, además del respaldo constante desde que comenzaron los festejos. También estamos agradecidos al clero local y a la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu”, sostuvo. “130 años de gratitud” La Hermana Guadalupe Rosselló resumió el sentimiento que atraviesa a la comunidad. “Son 130 años de gratitud, porque recogemos frutos de quienes sembraron antes. Todos los que pasamos por el Huerto hemos tratado de dejar huellas. Es una gran familia huertana y gianellina. El carisma se mantiene vivo en cada persona que asumió esa caridad evangélica y vigilante, vivida en lo cotidiano. Para nosotros, estos son 130 años de acción de gracias”, expresó con emoción. También destacó el rol de los laicos. “Hoy son nuestros brazos. Gracias a ellos, que asumieron la obra en primera persona, la llama de la caridad evangélica sigue encendida”, afirmó. Una historia que sigue floreciendo Con más de dos décadas al frente de la institución, Nievas compartió su visión personal: “El colegio es como un hijo para mí. Los laicos que integramos la comunidad huertana llevamos adelante la obra con nuestra vida y compromiso. Nuestro eje es siempre la persona: educar, formar en valores, evangelizar. Todo tiene como centro a la persona”, sostuvo. Recordó a quienes la precedieron —Dorita Novelli, Mónica Broin, Claudia Laquín y Tati Dacca— y reafirmó su deseo de continuar el legado. “Es un honor continuar lo que mis antecesores sembraron. Quiero seguir transmitiendo esas semillas de carisma para que el Huerto siga floreciendo y dando frutos, y para que la comunidad mantenga la confianza en nuestra labor educativa y evangelizadora”, afirmó. Para la rectora, el corazón del colegio está en la capilla. “La verdadera protagonista de nuestra labor es la Virgen del Huerto, que nos guía y acompaña”, expresó. La Hermana Guadalupe agregó: “Esta imagen mariana que nos llega de Italia muestra a la Virgen tomando la mano del niño para bendecir a todos. Nació en tiempos de peste, cuando la gente invocaba a la Madre del Cielo y ella se hizo presente. Por eso la centralidad de nuestra capilla: es una advocación que realmente llena el alma”, completó. Este sábado, el centro de Victoria se vestirá de rosa y celeste, los colores de Nuestra Señora del Huerto, para celebrar con fe, emoción y gratitud los 130 años de esta comunidad educativa que sigue marcando generaciones. (Paralelo 32)
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