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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/10/2025 06:39
Libro del día: "The Future of Truth", de Werner Herzog La publicación de The Future of Truth (El futuro de la verdad), el séptimo libro de Werner Herzog, a sus 83 años, confirma la libertad creativa absoluta de un autor que ha hecho de la provocación y la ruptura de convenciones su sello personal. En esta obra, Herzog explora el concepto de verdad en una época marcada por la proliferación de falsedades tecnológicamente potenciadas, y lo hace a través de una estructura que desafía cualquier expectativa tradicional sobre el ensayo, la narrativa o la distinción entre realidad y ficción. El volumen, de extensión breve, desarrolla ideas que ya habían aparecido en la conocida Minnesota Declaration de Herzog, pronunciada en 1999 en el Walker Art Centre de Minneapolis. En esa ocasión, el cineasta formuló doce principios sobre la verdad en el cine, y ahora los amplía con opiniones tajantes y sentencias sorprendentes, como su desprecio por el cinéma vérité —al que acusa de oscurecer más que iluminar— o afirmaciones tan insólitas como “preferiría morir antes que usar un peluquín”. Dos ejes conceptuales articulan la visión de Herzog sobre la verdad. El primero sostiene que la búsqueda de la verdad es un objetivo más valioso que su hallazgo. En palabras del propio autor, “la búsqueda en sí, al acercarnos a la verdad no revelada, nos permite participar en algo intrínsecamente inalcanzable, que es la verdad”. Werner Herzog (REUTERS/Remo Casilli) El segundo principio rechaza la suficiencia de los hechos desnudos, a los que denomina “la verdad del contable”, por considerarlos menos útiles que lo que él llama “verdad extática” para comprender la realidad profunda de la vida. El tono del libro recuerda a una charla junto al fuego con un pariente excéntrico y fascinante. Entre las historias más singulares destaca la del cerdo de Palermo. Según Herzog, en algún momento un cerdo quedó atrapado en una tubería de alcantarillado de paredes rectas en Palermo, Sicilia. El animal permaneció allí durante años, alimentado por restos que le arrojaban, hasta que su cuerpo adoptó la forma del conducto: “pálido como un fantasma… tembloroso como un gran trozo de gelatina”, recibiendo alimento desde arriba y expulsando desechos por abajo. Herzog utiliza esta narración como alegoría para advertir sobre los riesgos de la exploración espacial a largo plazo. Imagina que, si la humanidad emprendiera un viaje hacia el planeta habitable más cercano, el trayecto duraría siglos y los viajeros, obligados a la endogamia, acabarían convertidos en “mutantes” incapaces de comprender el propósito de su misión. Finalmente, los astronautas se transformarían en seres pálidos y larvarios, semejantes al cerdo de Palermo, reducidos a las funciones más básicas. La historia, tan morbosa como absurda, ilustra la noción de “verdad extática” de Herzog. No hay evidencia de la existencia de este cerdo cúbico y biológicamente inverosímil, pero se entiende que eso es una verdad limitada a los hechos. La lección de Herzog reside en que el encierro prolongado de animales en espacios reducidos genera monstruos: la veracidad literal de la anécdota resulta irrelevante frente a su poder alegórico. Si otro autor hubiera presentado un libro como The Future of Truth, probablemente habría recibido críticas por su estructura errática, sus afirmaciones contradictorias y su tono burlón hacia el lector. Herzog, en cambio, se permite dedicar cinco páginas a resumir el argumento de una ópera solo para demostrar que, cuando una obra de arte concentra emociones intensas, “invertimos este núcleo disparatado con toda la gama de nuestros propios sentimientos, de modo que parece misteriosamente genuino”. Aunque muchos pasajes resultarán familiares a quienes conozcan los libros, películas o entrevistas previas de Herzog, el texto introduce una reflexión novedosa sobre los deepfakes. El autor menciona en varias ocasiones una conversación perpetua generada por inteligencia artificial entre versiones falsas de sí mismo y de Slavoj Žižek disponible en línea. Dado que Herzog ha recurrido a la invención de citas y a la utilización de actores en sus documentales para alcanzar esa “verdad extática”, surge el riesgo de incurrir en hipocresía. El autor menciona en varias ocasiones una conversación perpetua generada por inteligencia artificial entre versiones falsas de sí mismo y de Slavoj Žižek Sin embargo, él defiende que, mientras en los medios tradicionales una mente inteligente podía detectar las mentiras, la potencia y novedad de la inteligencia artificial dificultan seriamente esa capacidad. “Hemos crecido con la radio y la fotografía. Ahora debemos hacer lo mismo con internet”, sostiene Herzog en el libro. Lejos de presentarse como un manual de autoayuda o un tratado filosófico riguroso, The Future of Truth ofrece, no obstante, algunas recomendaciones: desarrollar el pensamiento crítico, caminar más y leer muchos libros. El cierre del volumen consiste en un capítulo de dos frases que oscila entre la broma y el enigma zen, dejando al lector en la incertidumbre sobre si se trata de una obra absurda, profunda o una mezcla de ambas, fiel a la idea de “verdad extática” que recorre toda la propuesta de Werner Herzog.
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