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  • Amparo Climent, directora de 'Pasionaria': "Dolores Ibárruri era comunista y católica; su fe coexistía con su ideología"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/10/2025 10:35

    Amparo, ¿qué le llevó a dirigir este documental sobre La Pasionaria? Es un proyecto que tiene más de cinco años. He querido poner luz en la figura de Dolores Ibárruri porque creo que es un personaje fundamental en nuestra historia y, de alguna manera, es un personaje como olvidado o opacado. Se ha hablado muy poco del significado que ha tenido la voz de Pasionaria. Sobre todo, quería recuperar la memoria de esas grandes voces y de esas grandes personas luchadoras. En el caso de Dolores, es una mujer que sale de un entorno de absoluta miseria y pobreza, en un lugar de explotación salvaje como las minas de Gallarta, donde solo se podía trabajar parcialmente porque muchas veces llovía y no se podía abrir la mina. Eso suponía un problema enorme, porque no cobraban. Dolores no tenía formación intelectual, salvo lo que aprendió hasta los 15 años, y luego por sí misma. Aun así, hizo un recorrido vital increíble, llegando a ser secretaria general del Partido Comunista de España, la primera mujer en el mundo en ocupar ese cargo. En todo este trabajo de cinco años, ¿ha descubierto algo sobre ella que le haya impresionado especialmente? Hay muchas cosas que me han impresionado. Primero, sale de un entorno de miseria absoluta y de sufrimiento, donde las mujeres tenían una actitud de llanto y desolación ante lo que vivían. Y ella es una mujer que, saliendo de ahí, las anima a que no lloren, a que luchen, porque esa es la forma de salir de la miseria. Además, tiene conciencia de clase y a partir de ahí lucha. Para mí es un referente, no solo por ese arco vital, sino porque renuncia a muchas cosas para dedicarse a la política. Ten en cuenta que se le mueren cuatro hijas y tiene que enterrarlas con las cajas que le da el tendero del pueblo, porque no estaban bautizadas. Eso es un momento durísimo, pero, con todo ese dolor, decide involucrarse en la política. Se va a Madrid, rompe su relación con su marido, que no quiere ir con ella, y se lleva a los dos hijos que le quedan, emprendiendo su recorrido político a pesar de su dolor. La directora de cine valenciana, Amparo Climent. / JESUS UMBRIA En el documental se muestra también su faceta de madre, algo que suele pasarse por alto en biopics de políticos. Cuando hablamos de grandes personajes, siempre nos remitimos a la parte política o a los descubrimientos científicos, pero dejamos de lado lo personal. En el caso de Dolores, lo personal está totalmente ligado a su recorrido político. Por eso, cuando empecé el proyecto, era muy importante que la nieta de Dolores estuviera conforme con la película, porque quería que ella aportara la voz de la dimensión emocional, familiar y personal de Dolores. Descubrimos a una mujer que podríamos ser cualquiera de nosotras: con vidas sufridas, pérdidas, pero que sigue adelante y lucha. Era una mujer del pueblo, sin formación política, y cuando sale diputada, se enfrenta a mujeres con formación universitaria como Clara Campamor o Victoria Kent, y aun así es capaz de enfrentarse al líder de la derecha más recalcitrante. Entendía la política como acción: salió de un pleno porque iban a desahuciar a una mujer embarazada en Madrid, o se fue a la cárcel a liberar a los presos políticos. Fue un referente para las mujeres de entonces. Era muy feminista, aunque en ese momento la palabra no existiera: creó la Junta de Mujeres Antifascistas, se reunía con mujeres, les decía “basta de llorar, vamos a luchar, por nuestros derechos, los de nuestros hombres, por los trabajadores”. Reivindicaba igual trabajo, igual salario y los mismos derechos para mujeres y hombres. Lo que más me alucina de Dolores es que, cuando asumió la Secretaría General, le preguntaron si le daba miedo, y ella dijo: “No, ¿por qué?”. Tenía esa valentía que nos falta a muchas mujeres, porque nos entran dudas y no nos vemos capaces, mientras que algunos hombres se lanzan simplemente porque son más machos que nadie. Se intuye que era adelantada a su tiempo. Totalmente. No bautiza a sus hijos, se separa de su marido, Julián, se va a Madrid a asumir un cargo de directora de un periódico. Era una fuera de serie. Tuvo también una historia de amor con Antón, que trato por encima en el documental porque no es un proyecto de “salsa rosa”, pero fue muy importante para ella. Su vida personal siempre influyó en su política. Todo lo personal se convierte en político. Exacto. Los grandes hombres, si muestran debilidades, parece que su figura pierde fuerza. En cambio, todos tenemos debilidades: nos enamoramos, sufrimos. Dolores, a pesar de perder hijos, del amor, de enfermar gravemente o de tener que ir a la Unión Soviética, nunca dejó de luchar. Es una fuerza de la naturaleza. Y su famoso “No pasarán” sigue vigente, se escucha en manifestaciones hoy. Las mujeres no tenemos problemas en dar un paso atrás, pero los hombres a menudo no saben renunciar Su oratoria era otra de sus virtudes, que aprendió en misa. Sí, era muy católica, y aun siendo comunista, esa fe coexistía con su ideología. Su lenguaje era cercano y popular, no como los políticos con discursos rebuscados. Sabía transmitir sus ideas al trabajador y al intelectual, y eso la convirtió en un referente internacional para mujeres que lucharon o siguen luchando contra el fascismo. De las voces que forman parte del documental, como Carmen Calvo o Enrique Santiago, no aparece ninguna del sector conservador. ¿No quisieron participar? No, no era necesario. He querido reflejar su vida y su legado, no desacreditarla. Sí hay voces autorizadas que la admiraban, como Cristina Almeida, Carmen Calvo o Enrique Santiago, y fotografías con políticos de otros partidos, como Suárez, para contexto histórico. Las voces críticas que solo buscan desacreditar, no aportan. Dolores Ibárruri, Pasionaria, junto a un soldado en una imagen de la Guerra Civil. / L-EMV Pese a su lucha, su obsesión era la unidad del pueblo y la reconciliación. Buscaba la unión de la izquierda y avanzar, independientemente de las ideologías. Dio pasos de reconciliación nacional, enfrentándose incluso a críticas dentro del partido, como la invasión de Checoslovaquia, pero siempre priorizó el avance y la unidad. Cristina Almeida dice que las mujeres saben renunciar mientras que los hombres solo saben aspirar. Es justo lo que representa Dolores, ¿no? Exacto. Dolores dio un paso atrás y dejó la Secretaría General a Santiago Carrillo, que estaba más en contacto con la situación en España porque su exilio fue en Francia. Las mujeres no tenemos problemas en dar un paso atrás, pero los hombres a menudo no saben renunciar. Eso es una lección de sabiduría política y personal. Y se demostró en su funeral, donde asistieron miles de personas. Sí, miles de personas despidiendo a Dolores con la canción de Pedro Pastor es emocionante. Además, su manera de transmitir los discursos con lenguaje cercano, comprensible para todos, fue una de sus virtudes. Esa sencillez y claridad hicieron de Dolores un referente todavía hoy, para mujeres y hombres que luchan por la justicia y los derechos.

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