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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 08/10/2025 00:40
Primera jornada del juicio por el atentado incendiario contra la vivienda y vehículo de un comisario retirado de Ushuaia, en el que se puso en riesgo a su hija y su nieto. Romina Cirigliano reconoció haber ideado el ataque con fuego y combustible “porque estaba muy enojada”, al igual que su cocinero, Gabriel Gangi, quien arrojó las bombas molotov. El tercer imputado, Héctor Caballero dijo que “yo solo los llevé”, admitiendo también haber participado del hecho criminal en el que un vehículo terminó reducido a cenizas y se puso en riesgo la vida de una mujer y su hijo. Romina Cirigliano, durante su raid de hostigamientos y amenazas, y pese a las advertencias de la Justicia para que cesara en su actitud violenta, había desafiado en diciembre de 2024: «No voy a acatar las órdenes de ningún juez». La primera jornada del juicio por el atentado incendiario contra la vivienda y el vehículo del comisario retirado Julio Sáez Pertinez, hecho que puso en riesgo la vida de su hija y su nieto de 13 años, se desarrolló este martes ante el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur, integrado por los jueces Maximiliano García Arpón, Rodolfo Bembihy Videla y Alejandro Pagano Zavalía. Los imputados Romina Judith Cirigliano Migura, Héctor Pedro Caballero y Gabriel Gangi admitieron su participación en el ataque ocurrido la madrugada del 4 de enero de 2025, alrededor de las 3:56, cuando arrojaron dos bombas molotov contra la camioneta Toyota RAV4 del oficial de la Policía de Tierra del Fuego, estacionada dentro del predio donde residían su hija Vanesa Noelia Sáez Rivarola y su nieto. Una de las botellas impactó directamente sobre el vehículo, provocando su destrucción total, mientras que la otra cayó sobre el jardín de la vivienda. El fiscal Daniel Curtale, representante del Ministerio Público Fiscal, sostuvo su acusación en imágenes de cámaras de videovigilancia, mensajes de texto, audios y conversaciones de WhatsApp intercambiados entre los imputados, además de testimonios de testigos que observaron lo ocurrido en la madrugada del ataque. Ante la contundencia del material probatorio, los tres acusados reconocieron su responsabilidad en el atentado. Durante su declaración, Romina Cirigliano —con un frondoso prontuario policial y más de veinte denuncias activas en distintos juzgados del Distrito Judicial Sur— habló extensamente ante los magistrados. Contó detalles de su vida personal, su vínculo con Diego Torrez, y cómo ambos entregaron 36.600 dólares a un conocido de la infancia de su pareja para invertirlos con promesas de altos intereses. Según su versión, al no recuperar el dinero y tras sentirse “engañada”, comenzó una escalada de hostigamientos contra Matías Roa y su ex novia Vanesa Sáez, a quienes responsabiliza por la pérdida de la suma. La mujer relató que, tras perseguirlos en sus lugares de trabajo, en la vía pública y en sus viviendas, romper vidrios, realizar pintadas con insultos e incluso difundir acusaciones en redes sociales y medios de comunicación, decidió causarles un daño mayor: arrojar bombas molotov contra el predio donde vivía la familia de Sáez. “Estaba muy enojada”, reconoció ante el Tribunal. Cirigliano, junto a su esposo Torrez, es propietaria de los comercios “Delicias de Mary” y “Baymax 2”, ubicadas en calle Kuanip Nº 1903, y empleadora del segundo imputado en el juicio, el cocinero Gabriel Gangi, quien admitió ante los jueces haber sido quien arrojó las bombas molotov al interior del predio de la familia Sáez. A su turno, Héctor Pedro Caballero, profesor del Municipio de Ushuaia, trató de deslindarse del lanzamiento de los artefactos, pero reconoció haber trasladado a Cirigliano y Gangi hasta el lugar del ataque en el vehículo con el que hacía delivery para las mencionadas casas de comidas. “Yo solo los llevé”, dijo, admitiendo así haber participado del hecho. El Tribunal resolvió además acumular en este mismo proceso otra causa que tiene a Caballero como imputado por lesiones doblemente agravadas contra quien fuera su pareja, cometidas en dos oportunidades. El delito que los tres sujetos enjuiciados admitieron ante el Tribunal es el de atentado incendiario con peligro común mediante bombas incendiarias caseras (“molotov”). Este tipo penal contempla situaciones en las que el fuego no solo causa daños materiales, sino que también pone en riesgo la vida o integridad de personas en el entorno, como ocurrió en este caso con la hija y el nieto del ex comisario, además de vecinos y transeúntes ocasionales. Dado que los tres imputados admitieron su responsabilidad, el Tribunal resolvió incorporar por lectura las declaraciones de los testigos previstos, y anunció que la etapa de alegatos y posiblemente la sentencia tendrán lugar este miércoles 8 de octubre.
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