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» Elterritorio
Fecha: 08/10/2025 09:06
El palista misionero Damián Cardozo, subcampeón del mundo en canotaje maratón, repasa su historia, sus inicios en el río Paraná y la pasión que lo impulsa a seguir a pesar de los obstáculos. “Parece un deporte individual, pero detrás hay mucha gente que te banca”. miércoles 08 de octubre de 2025 | 7:00hs. Damián Cardozo se entrena seis días a la semana, enfocado en los nuevos desafíos. Foto: Agustina Vera En silencio o entre las risas de sus compañeros de entrenamiento, Damián Cardozo encontró en el río Paraná un modo de vida. Lo que empezó como un pasatiempo de verano, a los 11 años, terminó llevándolo a recorrer el mundo representando a Misiones y a la Argentina. Hoy, con 41 años, el palista posadeño atraviesa uno de los momentos más especiales de su carrera luego de obtener la medalla de plata en el Mundial de Canotaje Maratón disputado en Gyou, Hungría, un logro que corona más de dos décadas de esfuerzo, constancia y amor por su disciplina. El deporte le enseñó la importancia de la paciencia, la humildad y la resiliencia. Desde las primeras remadas en el club Pirá pytá hasta las jornadas de entrenamiento en el Club Río Paraná, su historia combina la pasión por el agua con una filosofía de vida sencilla y solidaria. “El río me enseñó a esperar, a tener calma. Todo llega si uno rema con ganas”, confesó. ¿Cómo nació tu interés por el deporte? Desde chico mi familia era socia del club Pirá Pytá en su momento. Veía siempre a otros chicos de mi edad, de 11 o 12 años, que salían a remar un rato, hasta que me preguntaron si quería probar. Y bueno, empecé, dije “voy a probar un verano”. La cuestión es que la cosa continuó. Después fuimos a la primera regata, después a la segunda, y tuve la suerte en mi segunda regata de ganar. Entonces fue una motivación extra para seguir. Seguí por varios años, después tuve parates por el estudio, lo económico o el trabajo. También tuvimos la mala suerte un tiempo de que subió la costa del río por la represa y entre el traslado y el movimiento, tuvimos varios parates. Pero hoy, por suerte, estamos en un lugar estable y la pasión sigue a pesar de los años. Somos un grupo grande de distintas edades, y tratamos de salir todos juntos para que sea más suave. ¿Te imaginabas que ibas a tener un recorrido mundialista? No, cuando empezamos mirábamos a los más grandes y decíamos ‘mirá, se van a competir a un nacional, yo quiero ir’. Uno va avanzando, va entrenando más fuerte y queriendo nuevos desafíos. Cuando llegás al alto rendimiento, querés participar en un Mundial, que es lo máximo. Después están los Juegos Olímpicos, que uno sueña de chico. Pero haber llegado a un Mundial, mi tercer Mundial, y obtener una medalla, es un sueño hecho realidad. ¿Qué sensaciones te dejaron los mundiales y el último paso por Hungría? Cada Mundial tiene su sabor distinto. En el último disfruté todo al máximo. Fui sacando cosas buenas y malas, y toda esa experiencia me ayudó para lograr la medalla. Todavía no caigo del todo, pero con el tiempo uno va dimensionando lo que logró. Recuerdo que en la carrera de los 18 kilómetros, la primera vuelta fue durísima, ahí jugó mucho la cabeza. Después la última vuelta fue más dura todavía, estaba segundo, el puntero más adelante, y se me rompió la bomba. Pensaba en los de atrás que venían acercándose, pero tenía gente desde la costa que me gritaba la diferencia. Fue un tramo exigente, y esos momentos no los voy a olvidar nunca. ¿Cómo está hoy la disciplina en Misiones? Venía muy bien antes de la pandemia, con un grupo grande en alto rendimiento. Después muchos chicos dejaron, pero se está recuperando. En las escuelitas de los distintos clubes hay chicos nuevos, y eso es importante. Con el calorcito se suman más. Tanto el Río Paraná como otros clubes están trabajando bien y eso nos da esperanza de que pronto haya muchos más palistas. Muchos chicos vienen a preguntarnos cosas y tratamos de inculcarles lo lindo que es este deporte, lo que se puede lograr, representar la selección, la bandera, la provincia. Es una motivación para ellos y eso es muy lindo. ¿Qué rol cumple el club Río Paraná? Es el único club federado a la Federación Argentina de Canoas, el que puede participar en campeonatos argentinos o selectivos. Esperamos que pronto otros clubes también puedan federarse y competir. Nosotros estamos más enfocados en el alto rendimiento, pero sería bueno que se amplíe la participación. ¿Por qué la selección argentina elige la provincia para entrenar? Por el clima principalmente. En Buenos Aires o el sur, en invierno es muy difícil entrenar. Además, por la amabilidad del misionero, que siempre ayuda. Tenemos un buen lugar en el arroyo Mártires, ideal para entrenar, eso hace que la selección venga casi todos los años. ¿Hay jóvenes con proyección a selección argentina? Sí, hay chicos con buen nivel, pero es un deporte duro y caro. Además, viajar desde Misiones es costoso, siempre son más de mil kilómetros ida y vuelta, con tráiler y botes. Hay que hacer rifas, ventas de comida, buscar apoyo. Es difícil, pero se hace con pasión. ¿El canotaje es un deporte caro? Sí. Cuando arrancás hay modelos económicos, pero al subir de nivel todo se encarece. Un bote de carbono competitivo cuesta entre 3.500 y 4.000 dólares, y una pala unos 600. Yo, por ejemplo, tuve que vender mi bote para viajar y ahora tengo que juntar unos 2.500 dólares para comprar otro usado. Es un deporte exigente también en lo económico. Tenemos apoyo de algunas empresas que colaboran con rifas o donaciones. También el Ministerio de Deportes nos ayudó con deporbonos y un subsidio parcial para el pasaje al Mundial. Pero la mayoría de los viajes los financiamos nosotros. Es un deporte caro, sobre todo por el traslado de embarcaciones. En cuanto a la polémica con la EBY y los clubes de canotaje, ¿cómo se vivió? Eso lo maneja más la comisión del club. Hubo reuniones y cada institución tiene su postura. En lo personal, si existe un proyecto serio para una pista internacional en el arroyo Mártires, con buena infraestructura para competencias, me parece positivo. Sería beneficioso para Posadas y para el deporte. Pero cada club tiene su mirada y respeto eso. ¿Cuáles son tus próximos desafíos? El mes que viene hay un Panamericano en Mato Grosso, Brasil, pero estoy con un problema de embarcación. También hay otras regatas como la del Río Negro en enero, que sirven de preparación para el Mundial de Maratón 2026 en Gualeguaychú. Ese es el objetivo principal, llegar de la mejor forma. ¿Qué mensaje le dejarías a los más chicos que se inician en el canotaje? Que lo prueben. Es un deporte hermoso, en contacto con el río, algo que pocas ciudades tienen. Hace bien a la salud, te desconecta de la tecnología. Te permite conocer amigos, lugares, países. Yo tengo la mayoría de mis amigos gracias a este deporte. El deporte te da responsabilidad, disciplina y amistades verdaderas. Compartir con amigos en el río no tiene precio. No hay dinero en el mundo que compre eso. Si tuvieras que definir este momento de tu carrera con una palabra.. Felicidad y agradecimiento. Esto no lo podría hacer solo. Parece un deporte individual, pero hay mucha gente detrás que te banca, te alienta, te acompaña. Cuesta mucho, pero cuando le ponés empeño, los sueños se cumplen. El río siempre devuelve lo que uno le da. A Damián le gusta pensar que el agua tiene memoria. Que cada remada deja una huella invisible sobre la superficie, como los aprendizajes que quedan después de cada competencia. Por eso no mide sus logros solo en medallas o kilómetros recorridos, sino en los vínculos, las enseñanzas y las pequeñas victorias cotidianas; levantarse temprano, entrenar con frío, ayudar a un compañero nuevo o mantener viva una pasión que ya lleva tres décadas. “Uno aprende a ser paciente. El río no siempre está calmo, a veces hay corriente en contra, pero si seguís remando, avanzás”, dijó. Esa frase resume su filosofía y, en cierto modo, la historia de tantos deportistas misioneros que hacen del esfuerzo su bandera. A los 41 años, con una medalla mundial colgada en el pecho y muchos sueños por remar, Damián Cardozo sigue apostando al canotaje como forma de vida. “El río me enseñó que los sueños se reman con paciencia”, reiteró. Y en su voz no hay resignación, sino una certeza serena, la de quien sabe que cada remada vale la pena. Perfil Damián Cardozo Deportista Disciplina: Canotaje Edad: 41 años Lugar de nacimiento: Misiones, Argentina Club de entrenamiento: Club de Canotaje Río Paraná Selección nacional: integrante del equipo argentino de canotaje Trayectoria destacada: • Subcampeón mundial en el Mundial de Canotaje Maratón (Gyou, Hungría) • Participación en el Mundial de Velocidad (Duisburg, Alemania) • Competidor en el Mundial de Maratón (Ponte de Lima, Portugal)
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