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Parana » AIM Digital
Fecha: 08/10/2025 07:22
En distintos puntos del país, los pequeños comercios atraviesan semanas de aumentos generalizados que golpean con fuerza el bolsillo de las familias y la operatoria de los negocios. Aunque octubre comenzó sin grandes remarcaciones, el arrastre de las subas aplicadas en la última semana de septiembre todavía se siente con claridad en góndolas y mostradores. Según relevamientos sectoriales, los incrementos promedian entre cuatro y 11 por ciento, con especial incidencia en aceites, farináceos, lácteos y productos de limpieza. A esto se suma un escenario de consumo debilitado y crecientes dificultades de financiamiento para los clientes. Aumentos en cadenas provinciales En Río Cuarto, el presidente de la Cámara de Almaceneros, Adrián Morales, detalló que “subieron algunos fiambres, aceites y derivados —como mayonesas— y panificados, todos entre un cuatro y cinco por ciento. Danone subió el 4 por ciento”. Desde la Cámara de Almaceneros de Santa Fe, señalaron que “se están empezando a mostrar leves aumentos en productos, bebidas alcohólicas, aceites y lácteos”, con variaciones que rondan entre el dos y el 3,5 por ciento. “Algunos los trasladamos al precio final y otros preferimos mantenerlos”, explicaron. Fernando Savore, titular de la Federación de Almaceneros, subrayó que los incrementos más marcados se dieron hacia fines de septiembre: “Arcor nos mandó un 8 por ciento, una barbaridad. Y Arcor es galletitas, mermeladas, fideos, enlatados. El café subió 7 por ciento, la gaseosa de primera marca 4 por ciento. Lo demás se mantiene, pero la venta no acompaña”. Además, advirtió que se acortan las fechas de vencimiento: “Los distribuidores están desesperados por vender y hay que mirar las fechas de los productos. Se trabó mucho stock. No somos la excepción, pero al menos vendemos más que los hipermercados”. Margen en caída y consumo frenado En el sector mayorista, los ajustes fueron aún más pronunciados. Una distribuidora de la región centro explicó: “A las tres panificadoras con las que trabajo les bajé la compra a la mitad. Ellos aumentaron entre 6 y 8 por ciento y yo no puedo trasladar ni un punto porque la gente no compra”. “Nos aumentó todo: alquiler, combustible, cargas sociales, seguros. Salís empatado con suerte. Esto no va a mejorar: falta lo principal, plata”, agregó con resignación. En localidades del interior, los comercios también notan un cambio fuerte en los hábitos de compra. “Antes armábamos combos porque la gente se movía por las ofertas, pero ahora ni eso. Realmente no lo pueden comprar. Notamos que mucha gente que iba a comprar con tarjeta de crédito, ahora no compra porque tiene cupo o no pudieron pagar el resumen. Hasta ese extremo hemos llegado”, relató un almacenero. Crédito en alza y más morosidad En un contexto de baja liquidez, muchas familias recurren a la tarjeta de crédito para sostener su nivel de consumo. Pese a la creciente morosidad, las operaciones con tarjetas crecieron un 1,2 por ciento real en septiembre y un 39,8 por ciento interanual, según datos del Banco Central procesados por First Capital Group. “Observamos un comportamiento irregular durante los últimos meses, alternando alzas y bajas en términos reales. Si bien están afectados los saldos por las circunstancias financieras —tasas, mora y plazos— también influyen nuevas ofertas comerciales que se realizan para movilizar las ventas, ofreciendo cuotas sin interés o descuentos promocionales”, explicó Guillermo Barbero, socio de la consultora. En julio, la morosidad de las familias alcanzó el 5,7 por ciento del financiamiento total, el nivel más alto desde 2010. Factores detrás de las subas La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam) explicó que en la última semana de septiembre las principales empresas aplicaron ajustes debido, entre otros factores, al aumento de las comisiones de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), que pasaron del 1,5 al 2,9 por ciento. “Hubo un traslado a precios”, señaló su vicepresidente Armando Farina. A su vez, la disparada del dólar y la incertidumbre política impactaron especialmente en aceites, harinas y cafés, cuyos valores están atados a los precios internacionales de los commodities.
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