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  • Rechazan apartar al juez que investiga al intendente de Colonia Polana

    » LaVozdeMisiones

    Fecha: 07/10/2025 18:22

    Nelson Orlando De Menes (51) está detenido hace más de seis años y puede ser condenado a prisión perpetua. Lo acusan, ni más ni menos, de asesinar a garrotazos a su madre mientras dormía, pero en el inicio del juicio en su contra se declaró inocente. “Yo daba todo por ella, era todo para mí”, afirmó. El debate oral contra el hombre imputado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo” en perjuicio de su madre Elsa Díaz (70) comenzó esta mañana ante el Tribunal Penal Uno de Posadas, presidido por la magistrada Viviana Cukla e integrado por sus pares Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría (subrogante). Eran las 8.40 cuando De Menes ingresó a la sala custodiado por agentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y se ubicó junto a su defensora oficial Celina Silveira Márquez y de frente al fiscal encargado de la acusación, Martín Alejandro Rau, próximo a ser designado como magistrado del Tribunal Penal Dos de Posadas. Desde ese lugar el acusado escuchó atentamente la lectura del requerimiento de elevación a juicio del expediente formulado en etapa de instrucción por la fiscal Amalia Spinatto y acompañó cada párrafo con un gesto de negación moviendo la cabeza de lado a lado. En ese documento quedó plasmada la acusación que De Menes enfrenta y que podría significarle continuar en prisión durante casi 30 años más en caso de ser declarado culpable. “Escuché todo y quiero decir que soy inocente de todo lo que se me acusa”, expresó el imputado. Del robo al matricidio Según reconstruyó la investigación, el asesinato de Elsa Díaz se cometió entre las 21 del 9 de febrero de 2019 y las 8 del día siguiente, en la vivienda que la mujer habitaba junto a su hijo sobre la calle Uruguay del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer fue atacada con un objeto contundente mientras dormía. La autopsia estableció como causa de muerte un “traumatismo craneoencefálico” en el parietal derecho, que le provocó un corto período de agonía. El caso fue alertado por su propio hijo, el ahora sospechado De Menes, que esa mañana acudió a una vecina policía para avisar que había llegado a su casa y encontró a su madre sin vida, rodeada de sangre en su cama. Cuando la Policía llegó a la escena, el hombre apuntó el crimen hacia un posible caso de robo, ya que alegó la faltante de un televisor 42 pulgadas y de una garrafa 10 de kilogramos, objetos que horas después fueron encontrados ocultos bajo unas tablas en un depósito dentro de la misma propiedad. Esa contradicción advertida inicialmente, sumado a una huella de barro cuya impronta coincidió con los “dibujos ondulantes en forma de pico” de la suela de su zapatilla, dieron un giro a la investigación y De Menes quedó detenido bajo sospecha de matricidio. Testigos que fueron parte de las labores iniciales en la escena del hecho describieron que el lugar estaba “ordenado” e indicaron que al sospechoso no se lo notaba “ni triste, ni nervioso”. Más tarde, los investigadores establecieron que Elsa Díaz mantenía ciertos conflictos con su hijo porque -según testimoniales recogidas- “Orlando lo quebrantaba. Quería plata pero no conseguía trabajo”. A partir de esos testimonios también se supo que la moto que utilizaba De Menes había sido comprada por Díaz, que en el último tiempo había reclamado por el dinero. “Olor a sangre” El imputado hoy, en contrapartida a los indicios y pruebas en su contra, se desligó de todo y se dijo inocente. “Esa noche habíamos ido al culto con mi mamá. Volvimos, cenamos, compartimos el momento y después a las 12 me fui a dormir a la casa de un vecino. A las 7 del otro día vuelvo a la casa para tomar mate con ella y veo que la puerta estaba abierta. Entro y siento olor a sangre. Voy a la pieza, le miro a ella y veo que estaba llena de sangre. Ahí salgo corriendo porque no puedo sentir olor a sangre y fui a llamarle a una vecina que era policía”, relató. El hombre ubicó como sospechosos a una ex pareja de su madre que llegó a vivir en la misma vivienda y a los últimos albañiles que trabajaron en el lugar, aunque admitió que no puede acusarlos. Sobre su mamá, describió que “siempre tuvimos muy buena relación. Esto es una injusticia. Yo estoy sufriendo. Yo daba todo por ella, era todo para mí”. De Menes se presentó como chofer y albañil. Contó que vivió su adolescencia en San Javier y que de adulto residió en Entre Ríos, de donde vino en 2015 para “acompañar a su madre”, que tenía problemas cardíacos. El imputado también admitió que se crío junto a su padre y a su madrastra, mientras que conoció a su madre biológica a los 23 años. El juicio continuará mañana, a partir de las 8.30, con la declaración de los primeros cinco testigos, entre ellos integrantes de la familia, vecinos de la víctima y agentes policiales que intervinieron en el inicio de la pesquisa.

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