07/10/2025 12:39
07/10/2025 12:38
07/10/2025 12:37
07/10/2025 12:37
07/10/2025 12:36
07/10/2025 12:36
07/10/2025 12:36
07/10/2025 12:35
07/10/2025 12:35
07/10/2025 12:35
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/10/2025 10:46
La adopción de plataformas como ChatGPT y Google redefine hábitos y formas de aprendizaje tanto en economías desarrolladas como emergentes (Imagen Ilustrativa Infobae) La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una tecnología exclusiva de especialistas para convertirse en una infraestructura invisible que sostiene la vida cotidiana de cientos de millones de personas en todo el mundo. Según datos de OpenAI, ChatGPT recibe más de 18.000 millones de mensajes cada semana y cuenta con alrededor de 700 millones de usuarios semanales, lo que representa cerca del 10% de la población adulta global. De acuerdo con el AI for Good Lab de Microsoft, más del 15% de la población activa mundial utiliza herramientas de IA, mientras que plataformas como Google, Meta y Anthropic reportan cifras similares de adopción masiva. Esta transformación, acelerada desde el lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022, ha superado en velocidad de adopción a tecnologías históricas como la electricidad o el propio internet, y está redefiniendo la relación entre humanos y sistemas algorítmicos. El auge de la inteligencia artificial transforma rutinas personales, laborales y educativas en una variedad de países y sectores (Imagen ilustrativa Infobae) Adopción masiva y diferencias geográficas en el uso de la IA El salto de la IA de los laboratorios a la vida diaria se refleja en la magnitud y diversidad de sus usuarios. OpenAI documenta que, en menos de tres años, ChatGPT ha alcanzado una penetración global sin precedentes, con un crecimiento especialmente rápido en países de ingresos bajos y medios. Microsoft, a través de su AI for Good Lab, calcula que el 15% de la fuerza laboral mundial ya utiliza IA, con tasas de adopción que superan el 50% en economías como Emiratos Árabes Unidos y Singapur. El informe de Anthropic muestra que, aunque el uso sigue concentrado en países desarrollados como Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia y buena parte de Europa, la demanda latente en regiones con menor acceso a internet es considerable. La masificación de la IA no solo se mide en usuarios, sino también en la variedad de aplicaciones cotidianas. Los asistentes de texto, los buscadores con resúmenes generados por IA, la corrección automática de documentos, las recomendaciones personalizadas y la transcripción de audio se han integrado en rutinas personales y laborales. Google reporta que su función de IA en buscadores y herramientas de escritura ya cuenta con más de 2.000 millones de usuarios mensuales en más de 200 países y 40 idiomas. Meta, por su parte, afirma que su asistente de IA ha superado los 1.000 millones de usuarios mensuales en sus aplicaciones. El uso de asistentes de IA se consolida como apoyo cognitivo antes que como herramienta de reemplazo total de empleos (Imagen Ilustrativa Infobae) Las diferencias geográficas en la adopción también son notables. El índice de uso de IA desarrollado por Microsoft revela una fuerte correlación entre el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita y la proporción de usuarios de IA: los países con mayor desarrollo económico presentan tasas de adopción mucho más altas, aunque el crecimiento más acelerado se observa en economías emergentes como Brasil, India y Vietnam. En Brasil, por ejemplo, la IA se ha incorporado tempranamente al sistema judicial, mientras que en India predomina el uso para desarrollo de software y programación. La IA como extensión cognitiva: apoyo, no reemplazo A pesar de la preocupación sobre el reemplazo de empleos, los datos de OpenAI y Anthropic indican que la función principal de la IA en la actualidad es la de asistente cognitivo. Más del 70% de los mensajes enviados a ChatGPT no están relacionados con el trabajo, sino con actividades personales, educativas o de apoyo en la toma de decisiones. El informe de OpenAI detalla que las tres categorías más frecuentes de uso son la orientación práctica, la búsqueda de información y la escritura, que en conjunto representan cerca del 80% de las conversaciones. En el ámbito laboral, la IA se utiliza sobre todo para tareas de redacción, edición y síntesis de información, mientras que la automatización total de procesos sigue siendo minoritaria y se concentra en aplicaciones empresariales a través de API. El vínculo emocional y la confianza en sistemas de inteligencia artificial cambian la relación entre humanos y algoritmos (Imagen Ilustrativa Infobae) Ronnie Chatterji, economista jefe de OpenAI, subraya que “la gente está usando la IA hoy para apoyo en la toma de decisiones y para informar mejor lo que hacen”. Esta tendencia se confirma en el análisis de Anthropic, que muestra que, aunque la automatización directa de tareas ha crecido en el uso empresarial, la mayoría de las interacciones en países con alta adopción corresponden a modos colaborativos, donde la IA amplifica las capacidades humanas en vez de sustituirlas. El predominio de la IA como herramienta de apoyo se refleja también en la educación y el aprendizaje. OpenAI señala que cerca del 10% de los mensajes a ChatGPT corresponden a tutoría o enseñanza, y que la función de “modo estudio” se diseñó para guiar a los estudiantes paso a paso, en lugar de ofrecer respuestas inmediatas. Yulie Kwon Kim, vicepresidenta de producto en Google Workspace, afirma que los asistentes de IA “ayudan a las personas a ser más efectivas en su comunicación o trabajo cada día”, permitiendo que los usuarios mejoren sus habilidades y ahorren tiempo tanto en el ámbito profesional como personal. El uso cotidiano de la inteligencia artificial desplaza el enfoque hacia el bienestar y la extensión de capacidades humanas más allá de la productividad empresarial (Imagen ilustrativa de Infobae) Confianza, delegación y vínculo emocional: la nueva relación con la IA El uso masivo de la IA ha generado un cambio en la relación entre usuarios y sistemas algorítmicos, marcado por la delegación de tareas y la construcción de confianza. Financial Times documenta el auge de la “adopción en la sombra”, donde empleados utilizan herramientas de IA sin la aprobación formal de sus empresas, lo que revela tanto la utilidad percibida como la falta de integración institucional. Los principales obstáculos para la adopción organizacional, según estudios citados por el medio, son la dificultad de incorporar la IA en los flujos de trabajo existentes, la desconfianza en los productos y la escasez de pruebas sobre su eficacia. El vínculo emocional con la IA también se manifiesta en la percepción de control y en el debate sobre la “deuda cognitiva”. Investigaciones del MIT Media Lab, recogidas por Financial Times, advierten que el uso intensivo de asistentes de IA puede llevar a una disminución de habilidades de aprendizaje y a una menor apropiación de los resultados, especialmente en contextos educativos. Sin embargo, expertos como Nataliya Kosmyna insisten en que la clave está en utilizar la IA como complemento: “Hay que usar el cerebro para generar ideas y luego recurrir a las herramientas para refinar y ayudar”. Las diferencias geográficas en la adopción de la inteligencia artificial correlacionan con el nivel de desarrollo económico de los países (Imagen ilustrativa de Infobae) La confianza en la IA se ha visto reforzada por la mejora de sus capacidades y la personalización de las respuestas. El informe de OpenAI muestra que los mensajes de consulta (“asking”) han crecido más rápido que los de ejecución directa (“doing”), y que los usuarios valoran más la calidad de las respuestas orientadas a la toma de decisiones. Además, la satisfacción de los usuarios con las interacciones de IA ha aumentado, con una proporción creciente de valoraciones positivas frente a negativas. Concentración de poder y distribución desigual de beneficios El avance de la IA como infraestructura cotidiana plantea interrogantes sobre quién controla y se beneficia de esta integración. Los informes de Anthropic y Microsoft coinciden en que la inversión en infraestructura de IA está altamente concentrada en grandes plataformas tecnológicas, que este año destinarán más de USD 300.000 millones a nuevos desarrollos. En Estados Unidos, el gasto en IA representa ya el 40% del crecimiento del PIB, según datos de Microsoft. La correlación entre adopción de IA y riqueza nacional sugiere que los beneficios de la tecnología tienden a concentrarse en regiones y sectores ya privilegiados. Anthropic advierte que, si los países con mayor adopción logran mayores ganancias de productividad, la brecha económica global podría ampliarse, revirtiendo tendencias recientes de convergencia. Además, el uso empresarial de la IA, especialmente a través de API, se orienta a tareas altamente especializadas y automatizables, lo que podría acentuar la desigualdad entre trabajadores con diferentes niveles de acceso y habilidades. El crecimiento de la inteligencia artificial es más veloz que el de tecnologías históricas como la electricidad y el internet (Imagen ilustrativa de Infobae) El acceso a la infraestructura digital y la conectividad sigue siendo una barrera clave para la expansión global de la IA. Microsoft destaca que, aunque la adopción es baja en muchas economías de ingresos medios y bajos, la proporción de usuarios de IA entre la población conectada a internet es similar o incluso superior a la de los países desarrollados, lo que revela un potencial de crecimiento significativo si se superan las brechas de acceso. El crecimiento más rápido del uso no laboral de la IA sugiere que los beneficios en términos de bienestar y calidad de vida podrían ser aún mayores de lo que anticipan los análisis centrados en la productividad empresarial. La inteligencia artificial, convertida en asistente personal y extensión cognitiva, está redefiniendo la infraestructura emocional y funcional de la vida moderna, con impactos que apenas comienzan a vislumbrarse en la economía y la sociedad global.
Ver noticia original