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» Diario Cordoba
Fecha: 05/10/2025 14:30
Respiró el Córdoba CF. Lo hizo con la fuerza que solo da una victoria necesaria, de esas que alivian, reafirman y, sobre todo, devuelven la moral cuando más fuerte atacaban las dudas. Y es que ante el Zaragoza en el Ibercaja Stadium (0-1) se resolvió el cruce entre rivales directos de la mejor forma concebible: con tres puntos, casi independientes de las sensaciones. Bregó, luchó y sufrió el bloque dirigido por Iván Ania para transformar las últimas semanas de zozobra ese ansiado segundo triunfo del curso, el primero a domicilio, en un pulso de desgaste y, como se anunciaba desde la previa, decidido por los «detalles». Un tanto en propia meta de Saidu en el ecuador de la segunda mitad, precisamente, fue el único movimiento en el marcador, tras una cita de alto voltaje en la que los blanquiverdes, además, lograron volver a dejar su portería a cero tras jornadas de profunda hemorragia defensiva... Y con la victoria en mano, todo se ve de otro color. Igualdad con destellos Tanto el rival como el escenario exigían un paso al frente, e Iván Ania respondió moviendo el tablero. Hasta cuatro cambios introdujo el técnico respecto al once que presentó apenas una semana atrás frente a la Real Sociedad B en Anoeta. En esa búsqueda de aire fresco, el asturiano volvió a apostar por Iker Álvarez bajo palos -quien, eso sí, será previsiblemente baja la próxima jornada por su convocatoria con Andorra-, resguardado por una defensa que, entre bajas y rendimientos, parece haberse consolidado en las dos últimas citas. Carlos Isaac, Fomeyem, Rubén Alves y Vilarrasa formaron en la retaguardia, con Isma Ruiz como ancla por delante del cuarteto. A su lado, en el centro, aparecieron dos nombres de clara vocación ofensiva: Dani Requena y Jacobo González. El madrileño, de regreso tras sanción, se intuía en el once como enganche, al igual que el granadino, que en San Sebastián firmó uno de sus tramos más completos con la blanquiverde. Por delante, Kevin Medina repitió titularidad, aunque pasando al costado derecho -dejando fuera a Carracedo, en consecuencia-, mientras que Dalisson de Almeida se quedó en la izquierda tras su brillante actuación frente a los donostiarras. Y arriba, otro cambio de guardia: Adrián Fuentes asumió el papel de referencia ofensiva en lugar de Sergi Guardiola. La primera opción de peligro, de hecho, llevó la firma del propio Adrián Fuentes. Apenas se habían consumido un par de minutos cuando el «18» blanquiverde forcejeó con Tachi en la frontal, y de ese pulso nació la primera amonestación del choque, dirigida al central maño. No tardó en responder el Zaragoza, que amenazó por medio de Marcos Cuenca, cazando un balón suelto tras una acción embarullada en el área cordobesa. Le imprimió potencia el zaragozano, aunque sin calibrar bien la mira, y el trallazo se marchó por encima del travesaño poco antes del diez de juego. El ímpetu local siguió creciendo. En una falta lateral servida por Tasende, Dani Gómez rozó el gol con un cabezazo que lamió el poste, antes de volver a aparecer en otra jugada similar: esta vez, habilitando a Cuenca, que se topó con Iker Álvarez en el segundo palo. El guardameta andorrano, muy atento, evitó males mayores en el arranque. A partir de ahí, el duelo se equilibró, volviéndose más físico y entrecortado. Cuatro tarjetas amarillas, sin ir más lejos, fueron el principal balance de una primera mitad trabada, en la que el nombre más destacado fue el del propio Iker, decisivo en las llegadas locales, más allá de un par de intentonas de Jacobo y otra de Fuentes. Fomeyem conduce el esférico durante un lance del encuentro. / LOF Con el paso de los minutos, eso sí, la balanza comenzó a inclinarse hacia el lado aragonés. Cuenca volvió a rozar el gol en una acción casi idéntica a la inicial, mientras que Jacobo González, a balón parado, buscó sin premio la meta de Andrade hasta en dos ocasiones. Entre idas y venidas terminó la primera parte, con un último centro-chut de Francho que se paseó por el área cordobesista sin encontrar rematador cuando parte del público ya cantaba la primera diana de la tarde en el Ibercaja. Decidió un detalle La segunda mitad arrancó con sobresalto. Otra vez Marcos Cuenca volvió a ganar metros por el costado derecho tras superar a Vilarrasa, y su centro alto se paseó por el área sin que Sebas Moyano -que se lanzó con todo- lograra empalar a portería por cuestión de centímetros. Y es que el Zaragoza estaba manteniendo el pulso en los primeros compases, con más iniciativa y presencia ofensiva, lo que llevó a Iván Ania a mover pronto el banquillo. Entró en escena Marcelo Timorán, recién renovado hasta 2028 y convocado por la selección absoluta de Bolivia, en su estreno oficial con el primer equipo. El joven lateral sustituyó a un exigido Vilarrasa. También Gabi Fernández agitó sus piezas, dando entrada a Pau Sans y Válery, este último entre algodones, aunque disponible para sumar minutos. La réplica cordobesista llegó pasados los sesenta de juego. Dalisson, casi siempre incisivo, firmó la ocasión más clara hasta ese momento con un saque de esquina ensayado que acabó en un centro-chut envenenado, repelido con apuros por Andrada. Nadie logró aprovechar el rechace, pero el aviso no cayó en saco roto. Porque, apenas unos minutos después, el propio futbolista de Maceió repitió fórmula: otro envío cerrado desde la esquina se enroscó hacia el corazón del área, donde Saidu, en su intento por despejar después de un rechace de Francho, acabó introduciendo el balón en su propia meta. El tanto obligó a reaccionar al cuadro maño, que se lanzó arriba con Tasende como agitador. Una acción personal suya estuvo a punto de generar el empate, aunque Fomeyem, providencial, cortó la jugada justo cuando el carrilero buscaba socio para asistir. En pleno intercambio de movimientos, desde el banquillo califal se reforzaron líneas con las entradas de Sergi Guardiola y Diego Bri para sentenciar al contragolpe, mientras Alberto del Moral reaparecía tras más de un mes sin minutos -no jugaba desde la cuarta jornada ante el Castellón- para dar oxígeno en mediocampo. Jacobo González ensaya una volea en el Real Zaragoza-Córdoba CF / LOF No obstante, poco a poco el Zaragoza se fue quedando sin ideas. Lo intentó más por empuje que por claridad, aunque la última palabra volvió a tenerla el Córdoba CF, o casi. Diego Bri rozó el segundo en un balón al segundo palo al que no llegó el ilicitano, y Carlos Isaac no acertó en una transición que pudo sentenciar el duelo. Ya con los aragoneses en inferioridad por la expulsión de Paul Akouokou, el cuadro califal supo resistir el arreón final. Y eso que aún hubo un último susto que contabilizar: Baždar, con todo a favor al borde del área pequeña, mandó a las nubes la ocasión del empate. Fue precisamente ese el último aliento de un partido que se cerró con triunfo cordobesista, el segundo de la temporada y, por fin, el primero lejos de El Arcángel.
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