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» El Ciudadano
Fecha: 05/10/2025 13:25
Por Mauro Federico/ Ivy Cángaro Data Clave El miércoles 1 de octubre, presionado por la opinión pública y conminado por un sector del gobierno liderado por Santiago Caputo -quien tomó las riendas de la comunicación en conflicto- para que salga al ruedo, Espert se presentó en el estudio de A24 con la intención de cerrar una semana en la que cooptó la primera plana de todos los medios. Cada palabra de su speech parecía medida con precisión: qué decir, que ocultar, que negar, y sobre todo, qué esquivar. Así como se notó una política de traiciones, meta mensajes y omisiones dirigidas directamente a interlocutores omniscientes, también quedó claro que Santiago Caputo sigue sin manejar las riendas de la estrategia comunicacional del oficialismo. Esto queda en evidencia al ver como el manejo de las crisis generadas por los escándalos de corrupción que sacudieron al gobierno hicieron agua, ante la impávida mirada del “mago del Kremlin”, quien no logró evitar que la estafa de Libra, las coimas del 3% y ahora el “narcogate” no se instalen como manchas con las que este gobierno pasará a la historia. En la entrevista con Pablo Rossi y Santiago Fioriti no solo no respondió ninguna de las ocho veces que le preguntaron si había recibido o no dinero de manos de Fred Machado; también dijo claramente que disponer de aviones o camionetas para sus traslados como candidato en campaña, o manejar remesas de dinero no eran funciones de él, sino del partido que representaba, en ese caso, “Unite”, sello que pertenece al santafesino José Bonacci, a quien no dudó en adjudicarle esas decisiones de las que él, según sus palabras, era totalmente ajeno y siquiera preguntaba. “Jamás había intervenido en política hasta 2019”, aseguró con firmeza, apelando a la desmemoria colectiva de quienes ya en 2001 lo veían en la mesa de Mirtha Legrand como actor político. No se privó, además, de dejar una frase que en minutos se convirtió en “meme”: “no le voy a dar el gusto a Grabois!”. Pocas horas más tarde, la mañana del jueves 2 en el diario La Nación el periodista Hugo Alconada Mon publicó la documentación que aparece como material probatorio en la causa “USA v/ Mercer-Erwin et al” iniciada el 12 de agosto de 2020 en los Estados Unidos y que terminó con Fred Machado preso. En el material se ve el camino de los fondos desde Wrigth Brothers Aircraft Title Inc, la empresa de aviación de Mercer-Erwin y Fred Machado; la contabilidad del Bank Of América, donde nombran al político argentino y para que quien tenga que distribuir el dinero sepa quién es, además, adjunta como identificación la matrícula de la aeronave en la que, gracias a Machado, se desplazó por todo el país; y el paso por dos plataformas digitales y cripto y finalmente el bolsillo de Espert. Por la noche, luego de ser lanzado contra las cuerdas y tras varias horas de preparación de los fundamentos, José Luis Espert grabó un video de descargo que subió a las redes cerca de la medianoche -un horario poco habitual- y que a los ocho minutos de publicado fue retuiteado por el presidente Javier Milei, en una suerte de nado sincronizado, brindándole su absoluto apoyo, como si la justificación hubiese cerrado el asunto de manera contundente. Lejos estuvo de ser así y ese descargo, en el que comunicacionalmente todo estuvo mal planeado a pesar de las horas previas de construcción de Santiago Caputo, abrió una caja de Pandora de mentiras y omisiones. Detrás de un escritorio, con poca luz, y rodeado de cortinados oscuros, Espert leyó cada palabra y remarcó con gestos estudiados su contenido, pretendiendo reemplazar con énfasis lo que faltaba en convicción; incluso en aquellos párrafos que contradecían absolutamente lo que había dicho con la misma vehemencia horas antes. Nada que esconder. No somos todos lo mismo. En los 6 minutos 21 segundos de mensaje, no hay un dato que no sea rebatible, incluso por él mismo, como cuando empieza diciendo que le hablará a los argentinos “con total sinceridad” y con su cabeza -involuntariamente- dice que no. En el segundo 0.8 dice que la noticia trascendió últimamente por “la denuncia de Grabois” -algo que va mucho más allá del candidato y ya para entonces era por todos sabido, incluso por él y por eso el descargo, que la cuestión se dirimía en los tribunales de los Estados Unidos y por una causa de narcotráfico y lavado de activos- y que corresponde a “asuntos de su actividad privada”. La realidad es que no hay tales asuntos cuando él es un actual funcionario público y las que, además, influyeron en su actividad política previa. Ser financiado por un narco para una campaña presidencial lejos está de ser una cuestión particular, pero aún si así lo fuere, incluso esos asuntos están supeditados a la pulsa pública: un diputado fue expulsado de la Cámara por una actividad absolutamente íntima como besar los pechos de su esposa, cuando lo hizo en un espacio político, público y como representante de la comunidad. En el segundo 0.51 dice, con referencia al 2019, que decidió involucrarse en política ese año. Falso: no solo contradice lo que aseguró en el programa de Rossi, que esa decisión la había tomado en 2018, sino que falsea incluso su propio historial público, cuando empezó a promocionarse como actor político desde, por lo menos, 2001. Hablar como si siempre hubiera sido un outsider que ignoraba todo acerca de la construcción de un candidato y sostener que “no tenía ni idea” de cómo era participar de una campaña, es absurdo. El viaje a Viedma fue el 18 de abril de 2019. En el minuto 1.08 Espert sostiene que Machado se le acercó como tantas otras personas para ofrecerle su apoyo como le sucede a cualquier candidato en campaña. El asunto es que para abril, Espert aún no había oficializado su candidatura pues no tenía siquiera un sello partidario: recién la primera semana de junio logró el consenso roto pocos días después con el ex diputado Alberto Assef, quien le prestó el sello de su partido Unir y a posteriori, en julio, vino el acuerdo con Bonacci y su partido “Unite”. Lejos, entonces, de que Machado se haya puesto a disposición para participar en una campaña si aún no era candidato, y más lejos aún de ser un financista de Bonacci, que aparece en escena meses después, tal como sostuvo ante el periodista Pablo Rossi. Pero además, como si fuera poco, en el minuto 1.18 sostiene que Machado fue uno de los tantos que aportaron al partido y la campaña, pero en la declaración jurada de aportes de campaña de su partido, no hay detalle de aportes particulares. Si fue así, mintió en la DDJJ de campaña o miente ahora. En el minuto 1.25 Espert sostiene que Machado le dijo que una empresa minera en la que tenía participación necesitaba sus servicios como economista. Por tal razón, se comunicó con él Iván Morales, de “Minas del Pueblo” de Guatemala, y tuvieron una reunión a mediados de 2019. ¿Machado le dijo eso la supuesta única vez que se vieron en abril? ¿Cómo y con quienes entonces se reunió “a mediados de 2019” por la cuestión de la minera? Espert asegura, además, que Morales le pidió consejo para reestructurar la deuda de la empresa que, además, tenía pocos años de existencia. La mina funciona desde el siglo pasado, y ya en 2010 tenía denuncias por manejos irregulares -como el hallazgo de avionetas caídas en la zona y una pista de aterrizaje en el mismo predio minero- algo que aparentemente Espert nunca averiguó. En el minuto 1.48 Espert reproduce lo que le dijo a Iván Morales: que le interesaba pero que la labor recién podría hacerla cuando terminara el proceso electoral. Luego afirma que tras la derrota (“perdí como en la guerra”) volvió a la actividad privada y que en enero de 2020, siete meses después de la propuesta del socio de Fred Machado, Iván Morales, de que lo aconseje en la emergencia deudora (de la que nada se sabe como palió durante los meses de espera de soluciones, y a posteriori) firmó un contrato. En virtud del mismo, sigue diciendo, en febrero de 2020 recibió “un adelanto de 200.000 dólares”. ¿Dónde está el contrato? ¿Por qué monto total era? Diferentes consultores económicos consultados coinciden en que no existe posibilidad de que una empresa privada de mediana o pequeña envergadura contrata a un consultor particular por siquiera esa cifra, y menos que sea “un adelanto”. Suponiendo que el mismo sea del 50% de la labor, no hay chance de que una empresa en crisis pueda pagar casi medio millón de dólares por una asesoría, menos esperar al asesor durante meses hasta que se desocupe. En el minuto 2.28 Espert asegura que ese monto fue depositado en una cuenta a su nombre en los Estados Unidos “y que estaba declarada en Argentina”. El asunto es que si tiene esa cuenta, omitió mencionarla en su Declaración Jurada ante la Oficina Anticorrupción cuando, un año después, asumió como diputado. Allí no declara tener cuentas en el extranjero, pero tampoco declara esos dólares que, de haberlos recibido, debería haberlos expuesto. Nada aparece de la operatoria que de haber sucedido así, lo enmarca en un nuevo delito. Sin embargo, con énfasis, cierra con un “nada que esconder”, cuando habla del asunto. En el minuto 2.38 dice que una de las condiciones que puso fue que el pago de la minera se hiciera desde un banco norteamericano a su cuenta, por los estrictos controles del gobierno de los Estados Unidos tiene contra el lavado de activos. Raro es entonces que no haya reparado en que la empresa “Minas del Pueblo” le pagó mediante una transferencia de otra empresa, Wrigth Brothers Aircraft Title Inc, la firma de aviación de Mercer-Erwin y Fred Machado, y que el dinero no fue a ninguna cuenta suya, sino siguiendo un alambique protector de transferencias a empresas tercerizadas que funcionan como paraguas distractivos. Y culmina el párrafo con énfasis al decir que “no se trató de un pago del señor Machado, sino de una empresa que contrató mis servicios profesionales”. En el minuto 3.15 dice Espert que luego de recibir ese adelanto, convino con los empresarios en ir a Guatemala para interiorizarse de las tareas a realizar y conocer la mina, pero el viaje se frustró por el inicio de la pandemia de COVID e interrumpió el acuerdo con la empresa contratante. ¿Qué hizo Espert entonces con esos 200mil dólares de adelanto? ¿Los devolvió? No lo aclara, como tampoco dice que pasó con el contrato, ni dónde puede verse. En el minuto 3.30 dice que en abril de 2021 se enteró por los medios del pedido de captura de Fred Machado. Quedó en shock, según sus palabras, y mirando a cámara dice “nunca pensé que podría pasarme una cosa así en mi vida!” Es un tanto curioso que nunca haya pensado en la posibilidad de que Machado tuviera algún tipo de vinculación con el mundo delictivo, pero no deja de ser un prejuicio contra la ingenuidad de José Luis Espert quien, a pesar de haber tenido a disposición con todo pago durante treinta y cinco ocasiones los aviones del narco para desplazarse por todo el país -incluyendo visitas familiares a Pergamino- y de que le hayan concedido una tarjeta azul para usar discrecionalmente una camioneta blindada de Machado, en la que lo balearon una noche de agosto de 2019 cuando iba a un canal de televisión, lo hayan hecho sospechar de que algo rato podía haber detrás. Si tal es su inocencia, el cargo de presidente, diputado o concejal le quedaría demasiado grande y dejaría a la población a merced de múltiples horrores sin previsión. En el minuto 5 dice que su crecimiento patrimonial no tuvo que ver con algún tipo de pago que pudiera haberle hecho Fred Machado, sino por la herencia recibida de su padre fallecido en 2018. Nada de esto está asentado en su declaración jurada. En la misma en la que no detalla cuentas en el exterior, tampoco explica con qué dinero compró en noviembre de 2019 una casa en Beccar de 250 metros cuadrados valuada en alrededor de 750 mil dólares, ni el auto BMW último modelo, de 90 mil dólares, en febrero de 2020. Eso, que declara como comprado con recursos propios, no tiene nada que ver con herencia alguna. En la misma declaración menciona lo heredado por su padre: el 33% de una humilde casa en Pergamino. En este descargo habla explícitamente del campo que, al fallecer su padre, heredó con sus hermanos. Sin embargo tampoco aparece ese bien heredado en su declaración jurada de 2021, la última que presentó ante la OA. De todos modos se sabe que la muerte de su padre, a quien llamaban “El Catalán” Espert en los pagos de Pergamino, José Luis, uno de los tres hermanos, heredó un cuarto de un campo. El registro catastral de Pergamino da cuenta de que a José Luis le correspondieron 30 hectáreas de una parcela de 120; lo que equivale a un rinde promedio de actividad agropecuaria de unos 1000 dólares mensuales que, por cierto, tampoco explicarían su nivel de vida. “Es por eso que empecé a cobrar un dinero que antes no tenía”, justifica Espert como parte de su incremento patrimonial, que demuestra que con mil dólares mensuales, en solo un par de años, se puede comprar una casa de 750mil y un auto de 90mil. Cierra su discurso apologético diciendo que en esta Argentina del revés, son “los privados” los que deben dar explicaciones y no “los políticos corruptos”, en un claro olvido de que no solo pretendió ser presidente, sino que es diputado en ejercicio con intenciones de seguir siéndolo. Otra vez Anello lo hizo Lo que siguió este fin de semana -como parte de un derrotero planificado para “limpiar” una imagen que, al cabo de cada nueva presentación, termina cada vez más sucia- fue la “entrevista” perpetrada por el “siempre amigable” Gabriel Anello en las sabatinas tardes de Mitre. Durante la charla, Espert aceptó los 35 vuelos pero dijo que en realidad eran la mitad porque se cuentan como ida y vuelta. “Fueron todos vuelos para presentar el libro y las ideas de la libertad. En los años de elecciones aprovechas la presentación del libro, esa era la idea de Fred Machado”, confirmó Espert en declaraciones a la AM del Grupo Clarín. En relación a esto, sostuvo que Machado nunca pidió nada a cambio y ofreció los aviones por «admiración y para acompañar» las ideas de la libertad. «Pequé de ingenuo. Cuando confié en él cuando no era un narco», justificó. «Yo estuve 40 años defendiendo desde el llano de lo que había que hacer. Me parecía una oportunidad extraordinaria llevarla a la política y que un tipo me apoya me parecía extraordinario», explicó el diputado. En este ámbito tan predispuesto a la confesión, el diputado rompió en llanto al contar como transita los últimos días: «Estoy roto, esta basura de Grabois hizo estragos con mi nombre y con mi familia». Seguido de esto aseguró que «hay que seguir adelante» cargó contra «los orcos». “Firmé un contrato con Fred Machado en 2019 antes de ser candidato a presidente para trabajar en la mina de Guatemala. Los U$S 200 mil dólares me los pagan en Estados Unidos a mi cuenta en un banco de Estados Unidos que estaba totalmente declarada”, aclaró ahora Espert que durante la semana evitó en televisión varias preguntas sobre el tema. Consultado sobre por qué no devolvió el dinero aseguró que “no lo completé el trabajo pero lo había empezado”. Sobre esto, explicó que la tarea «se cortó con la pandemia» y luego empezaron a saltar las alertas de que era narco y dejó la relación. «No fue culpa mía la interrupción del trabajo y ya había hecho una parte importante», sentenció. El candidato de La Libertad Avanza confirmó que “puede ser” cierto el video en el que esta en una pileta en la quinta de Machado. «Estuve ahí. No lo definiría como un amigo pero antes de que supiera que era narco tenía una relación razonable», agregó. En este sentido, rechazó los rumores que lo daban afuera de la lista oficialista: «Nunca pensé en renunciar, ni presenté mi renuncia ni el presidente me lo pidió. Estoy convencido de continuar. Voy a demostrar la infamia que es esta denuncia». Para cerrar, Espert dijo que habló con el presidente Javier Milei de un «linchamiento» mediático orquestado por la oposición. «No somos la misma mierda que ellos, no somos la misma mierda que Grabois», concluyó. Confirmó que el Presidente nunca le preguntó si era verdad porque «tiene claro» que es un opereta. «El primero que me hubiese pegado una patada en el ojete es él», apuntó el diputado de LLA.
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