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» Elterritorio
Fecha: 05/10/2025 11:40
Alan Moraes y Augusto Cantero formaron parte del programa de deportes adaptados en esta edición del certamen nacional domingo 05 de octubre de 2025 | 6:05hs. Augusto Cantero y Alan Moraes representaron a Misiones en Mar del Plata. Ambos forman parte del programa de deportes adaptados y encontraron en el deporte una forma de crecer, compartir y cumplir sueños. Desde distintos puntos de la provincia, sus historias reflejan esfuerzo, apoyo familiar y el compromiso de los profesores que los acompañan día a día. Cuando Augusto Cantero viajó por primera vez fuera de Posadas, lo hizo con una sonrisa nerviosa y un bolso lleno de ilusiones. “Estoy contento, ganamos una medalla. Le dedico este trofeo a mi mamá, Claudia”, contó el joven del barrio El Porvenir. Augusto entrena vóley sentado junto a su profesor Enrique Cuevas y un grupo de compañeros que lo alientan siempre. Asiste a la Escuela Especial Nº 3 y hace un mes un grupo de padres le donaron una silla de ruedas, ya que él no contaba con una. Cuando puede, practica también en el polideportivo Finito Gehrmann, donde se prepara junto a otros atletas adaptados. “Mi estudiante se entrena con mucho entusiasmo. Tratamos siempre de tener las condiciones ideales, pero lo importante es que los chicos estén motivados y realicen alguna actividad deportivas”, comentó Cuevas. Antes del viaje a Mar del Plata, realizaron prácticas conjuntas con el profesor Christian, quien los ayudó a reforzar el trabajo en equipo. “Es la primera vez que participa en deportes en conjunto. Anteriormente practicaba atletismo, pero ahora pudo integrarse y compartir una experiencia distinta y se lo ve más contento y comprometido que en el último viaje”, agregó el entrenador. Augusto es del barrio El Porvenir, de Posadas, de una familia numerosa y humilde cuyo mayor ingreso llega del trabajo en la olería. Son de escasos recursos, pero se esfuerza mucho por acompañarlo. El vóley sentado es una disciplina que combina técnica, precisión y compañerismo. Para Augusto, fue la puerta de entrada a un nuevo mundo. “Me preparé junto a mi profesor y mis amigos, que me apoyaron. Me gustó todo, la playa, la arena, el mar”, agregó. La experiencia no sólo le permitió competir, sino también conocer otras culturas y realidades. “Es lindo ver cómo los chicos viajan, se animan, hacen amigos. Más allá del resultado, lo importante es que se lleven recuerdos que perduren, el viene de una familia humilde y muy trabajadora que siempre lo acompaña”, reflexionó Cuevas. En otra cancha, pero con la misma pasión, Alan Moraes también dejó su huella en los Evita. Oriundo de Comandante Andresito, viajó junto al profesor Aníbal Maciel, del Centro de Educación Física N° 8, para competir en disciplinas adaptadas. Alan tiene 17 años y una historia que conmueve por su humildad y determinación. “Estoy muy feliz de estar aquí. Gracias al CEF número 8 y a todos los que me apoyaron. Para el próximo año quiero seguir compitiendo”, expresó. Su vínculo con el deporte comenzó de forma inesperada. “Lo conocí trabajando, cargando ladrillos. Vi que tenía fuerza, disciplina y ganas. Le propuse entrenar y hablé con sus padres”, recordó el profesor Maciel. Desde entonces, Alan entrena dos o tres veces por semana, dependiendo del trabajo y de los tiempos que comparten con el resto del grupo: “A veces incluso los domingos, porque lo importante es que ellos puedan tener continuidad”. El camino hasta los Juegos no fue fácil. Para costear parte del viaje, la comunidad de Andresito organizó rifas y campañas solidarias. “Recaudamos dinero para algunos gastos, para que los chicos pudieran disfrutar también de un helado en la playa. Agradecemos al municipio, al CEF y a la Provincia por acompañarnos”, destacó el docente. La experiencia, dijo, va más allá del deporte: “Queremos que los chicos conozcan otras realidades, que sepan que hay más posibilidades. Intercambiar con otros jóvenes de distintas provincias es muy valioso”. El programa de deporte adaptado de Misiones creció en los últimos años, con más de 70 estudiantes en distintas disciplinas. De ellos, al menos 10 compiten regularmente en eventos nacionales. “Vamos mejorando año a año. Siempre hay cosas que aprender, pero vamos por buen camino”, aseguró el profesor Maciel. Tanto Augusto como Alan coincidieron en que lo más valioso fue poder representar a Misiones, conocer nuevos amigos y sentirse parte de un equipo. “Estoy agradecido por la posibilidad de viajar, competir y ganar o perder con alegría”, resumió Alan. Compartí esta nota:
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