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Parana » Informe Digital
Fecha: 05/10/2025 11:12
El soldado Hermindo Luna, criollo de 21 años nacido y criado en el campo formoseño, está sentado en un sillón con el fusil sobre las piernas; su misión es vigilar el dormitorio donde descansan sus compañeros aquella siesta del domingo 5 de octubre de 1975. Todos están de retén; es decir, en reserva y listos para actuar ante un imprevisto, por ejemplo si la guerrilla decidiera atacarlos, algo poco probable porque cumplen el servicio militar obligatorio en la periferia olvidada del país, en un cuartel de los suburbios de la ciudad de Formosa. Sin embargo, a las cuatro y media de la tarde Luna observa que dos jóvenes como él, vestidos de azul y armados también con FAL, entran pateando el portón y le gritan: “Rendite, dame el arma, que la cosa no es con vos”. Luna responde con una frase destinada a perdurar: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”, se arroja a un costado y prepara su fusil. Operación Primicia" height="730" src="https://fotos.perfil.com///2024/10/05/900/0/20241005-operacion-primicia-1886259.jpg?webp" width="1300" loading="lazy"/> No llega a usarlo: unos disparos de FAL lo parten en dos. Su reacción, sin embargo, alerta al resto de sus compañeros; el ruido de los balazos los despierta y les permite huir hacia el fondo de la cuadra, donde están los baños y las duchas. Parece una escena de película, pero fue real. Luna quedó tendido en el suelo, el cuerpo partido en dos, las vísceras escapando por los orificios de las balas. Murió lentamente, gritando de dolor que lo remataran. Seguramente tuvo tiempo de pensar en sus padres, esos campesinos pobres de Las Lomitas, que eran “peronistas de Perón y Evita”, como describía su hijo conscripto. Todo eso ocurrió hace cincuenta años durante la llamada Operación Primicia, el ataque más espectacular de la guerrilla y el bautismo de fuego del Ejército Montonero, en pleno gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón. Fue el primer ataque de Montoneros a un cuartel del Ejército, cuyo jefe ya era el general Jorge Rafael Videla. También fue el tema de mi libro Operación Primicia. En total hubo veintiocho muertos, por lo cual la operación provocó una conmoción a nivel nacional. Un ataque espectacular En Operación Primicia participaron en forma directa unos setenta guerrilleros organizados en cinco etapas, algunas de ellas simultáneas: • Secuestro del Vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas, con ciento dos pasajeros y seis tripulantes; el vuelo partía del Aeroparque porteño con destino a Corrientes, pero fue desviado a Formosa, a 1.190 kilómetros de Buenos Aires. • Copamiento del aeropuerto internacional “El Pucú”, en la entrada de la capital formoseña; hubo un policía muerto, abatido mientras se arrastraba herido y desarmado. • Ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29, el segundo en capacidad de fuego de todo el país. Los montoneros estaban convencidos de que los soldados de guardia, que cumplían con el servicio militar obligatorio, entregarían las armas, pero no fue así: en apenas media hora de combate se registraron veinticuatro bajas, doce guerrilleros y doce defensores del cuartel, entre ellos diez conscriptos o “colimbas”. También murió el soldado que abrió las puertas del cuartel, Roberto Mayol, un santafesino que estudiaba abogacía y era “oficial segundo” de Montoneros. • Fuga de los guerrilleros que sobrevivieron al ataque en el modernísimo Boeing 737-200 de Aerolíneas y en un Cessna 182 de cuatro plazas, que además sirvió para confundir en el aire a los perseguidores. • Aterrizaje del avión de Aerolíneas a 700 kilómetros de Formosa, en una pista preparada para la ocasión en una estancia cerca de Rafaela, la “Perla del Oeste” santafesino. El Cessna bajó en una arrocera en las afueras de Corrientes. Operación Primicia Operación Primicia fue diseñada y dirigida por el “oficial superior” Raúl Yaguer, más conocido como “El Gringo”, “Roque” o “Mario”, un ingeniero químico santafesino, metódico y cáustico que era el número cuatro de la cúpula nacional de Montoneros. Los tres primeros en la jerarquía, Mario Firmenich, Roberto Perdía y Roberto Quieto, aprobaron el copamiento. Salvo en Formosa, Montoneros estaba bien desarrollado en todo el Nordeste, hacia donde había sido trasladado, en 1974, el “oficial primero” y actual diputado kirchnerista Carlos Kunkel. Quieto, Firmenich y Vaca Narvaja eran tres de los jefes montoneros; detrás, muy sonriente, aparecía Galimberti. Luego del ataque, patrullas del Ejército salieron del cuartel y mataron a tres vecinos —entre ellos un estudiante secundario de 15 años— que no tenían nada que ver con la guerrilla. Una de las consecuencias políticas de Operación Primicia fue que Videla y el jefe de la Marina, el almirante Emilio Massera, fijaron el 24 de marzo de 1976 como la fecha del golpe que venían organizando desde hacía tres meses. Además, al día siguiente del ataque, el gobierno peronista firmó tres recordados decretos que delegaron en las Fuerzas Armadas la lucha contra las guerrillas. A partir de aquel momento, comenzaron las desapariciones. Con el tiempo, los parientes de los guerrilleros muertos fueron indemnizados como si hubieran sido Víctimas del Terrorismo de Estado con el equivalente a cien veces el sueldo más alto de la administración pública nacional. En tanto, los padres de los colimbas muertos cobran una pensión muy baja que, en 2010 —cuando fue publicada la primera edición de Operación Primicia— era de 842 pesos por mes. Aquel año, la indemnización para las Víctimas del Terrorismo de Estado ascendía a 620.919 pesos. El año pasado, el gobierno del presidente Javier Milei activó un decreto firmado por el ex presidente Mauricio Macri en 2019, poco antes de terminar su gobierno, que indemnizó, finalmente, a los parientes de los soldados y militares muertos. No solo oro sino también bronce: los guerrilleros muertos son recordados como héroes y mártires en sus pueblos y ciudades, y figuran en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado ubicado en la Costanera porteña. Boero y Briggiler murieron en el ataque al cuartel, pero figuran en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, en la Costanera porteña Los más pobres Los conscriptos muertos formaban parte de un grupo desafortunado conocido como los “soldados del domingo por la tarde”, es decir los más pobres, que no tenían dinero para visitar a sus familias en el interior de la provincia y acostumbraban a cambiar sus francos por una pequeña suma, como Luna, o eran de los más generosos, como Edmundo Sosa, un muchacho sin padre que primero postergó su baja para que saliera en su lugar un compañero más pobre con dos hijos que alimentar, y que, aquel domingo 5 de octubre, le había cedido su franco a otro colega para que fuera a Clorinda a ganarse unos pesos en el acarreo de bolsas de harina de contrabando a Paraguay. Salvo en Formosa, a nivel nacional no suelen recibir homenajes ni reconocimientos. Los soldados que sobrevivieron —en su mayoría siguen tan pobres como antes— han solicitado el cobro de un subsidio que fue negado sucesivamente por el Ejército y por distintos gobiernos. Un cruento ataque de Montoneros en democracia y durante un gobierno peronista; una represión militar desaforada e ilegal; veintiocho muertos y un número de heridos desconocido pero que debe haber sido al menos similar; decretos que delegaron en las Fuerzas Armadas la lucha contra las guerrillas sin control civil; jefes militares que decidieron la fecha del golpe seis meses antes de que ocurriera; guerrilleros indemnizados con dinero público y recordados como héroes, mártires o “curas laicos”; jóvenes de 21 años que cumplían el servicio militar obligatorio y murieron sin llegar al bronce nacional, dejando a sus padres con una mísera pensión y sobreviviendo en la pobreza: Operación Primicia y sus derivaciones parecen obra de la imaginación de un novelista cruel. (*) Periodista y escritor, su último libro es Padre Mugica, ¿quién mató al primer cura villero?
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