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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/10/2025 06:42
Javier Milei El presidente Milei construyó su narrativa de gobierno sobre una estructura que podríamos analizarla desde el populismo: el antipueblo llamado casta genera el daño económico materializado en inflación al pueblo argentino, a los ciudadanos de bien, y él, líder, entiende el dolor, sabe sólo él cómo solucionarlo y es redentor y salvador del pueblo. A esto se le suma una campaña en 2023 muy inteligente, de cercanía y contacto directo con la población, a través de X o a través de la caja de una camioneta recorriendo ciudades. También propuestas de soluciones sencillas frente a los principales problemas de argentina: “dolarizar”, “afuera”, “motosierra”. Para cada problema profundo y complejo de la Argentina respondía con una palabra, pero sencillo no es lo mismo que sencillez: esa palabra era toda una propuesta en sí misma, sencilla en expresión compleja en resolución. Al votante le llegaba, la entendía, y veía soluciones en sus problemas. De esta manera no sólo logró llegar al gobierno, sino también consiguió construir una alta tolerancia social al plan económico de ajuste de shock que realizó. Este plan se presentaba como la solución, el remedio del líder para contrarrestar el mal que generaba el antipueblo al pueblo. Medido de 1 a 5 en base al Índice de Confianza en el Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, en este momento y durante el primer año del gobierno, la confianza en el gobierno era superior a 2,5, finalizando en 2,66 luego de un piso de fugaz de 2,16 en septiembre de 2024, que se recuperó rápidamente al mes siguiente. ¿Por qué traemos a colación este dato? Porque fue justo en ese mes cuando se supo que la pobreza en el país había crecido a casi 53% en el primer semestre del año y la inflación en agosto había subido respecto a julio, estando en 4,2%. Es decir, el mal que venía a solucionar el líder persistía. Ahora bien, el gobierno logró rápidamente revertir este golpe a su imagen logrando que el índice de inflación baje a menos del 3% en los siguientes meses, mientras el PIB crecía a más de 2,2% por trimestre. En otras palabras, aunque se sintió un resfrío, el líder Milei estaba logrando vencer a la enfermedad del antipueblo, y así la confianza en él se reforzó. Esta pequeña y efímera crisis fue un llamado de atención, una antesala a la crisis que el gobierno está actualmente atravesando y que le cuesta superar. Hay varios factores que la alimentaron, de origen político coyuntural y económicos de estructura. Pero de fondo el problema para el gobierno radica en que esta crisis afectó directamente su narrativa de gobierno. Luego de la difusión de los audios de Diego Spagnuolo donde se acusa a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, de cobrar sobreprecios, se asoció dicha práctica a las “clásicas de la política” o, en otras palabras, de la casta, del antipueblo. Entonces la coalición que formó el líder a partir de la definición del enemigo realizaba las mismas prácticas que este. Y para sumar, la situación económica hace algunos meses parece estar empeorando. Es decir, no sólo hay prácticas similares a las del antipueblo, sino que además lo que venía a solucionar el líder no se resuelve. El PBI cayó en el segundo semestre de 2025, el tipo de cambio creció, y la inflación subió entre mayo y agosto, quedando en 1,9%. Aunque la inflación interanual continúa sistemáticamente a la baja, la mensual continúa estable en valores altos, y más para los gastos diarios de los ciudadanos, del pueblo, de los argentinos de bien: transporte estuvo en 3,6%, vivienda 2,7% y comunicación 1,9%. El Gobierno no logra mostrar resultados económicos como lo logró en octubre 2024, y eso en la narrativa que lo llevó al gobierno, sumado al caso de acusaciones de corrupción, lo mantiene preso de su propia narrativa. No logra controlar la agenda pública en cuanto a los temas o los marcos en los cuales estos se discuten. En este contexto, donde desde el viernes previo a las elecciones de la Provincia de Buenos Aires hasta el viernes previo a los anuncios del Secretario del Tesoro de Estados Unidos el dólar había subido un 8% en su cotización, el apoyo explícito y contundente de la administración Trump fue un salvavidas económico para el gobierno de Milei. Ya sólo un posteo de Besent bastó para controlar una economía y luego la ratificación de Trump hizo que el dólar retroceda lo aumentado y hoy se encuentre por debajo del precio que tenía previo a las elecciones de PBA. Para un gobierno que tenía como bandera electoral los logros económicos, más que un salvavidas fue el apoyo de Trump. Igualmente, quedan algunas preguntas sin respuesta. La primera que busca instalar la oposición es: ¿a cambio de qué? ¿Qué está entregando Milei para lograr este apoyo tan importante? Probablemente, nada. En la región sólo Noboa en Ecuador tiene una cercanía política a Trump, quedando Milei como único aliado regional importante en su “patio trasero”. Brasil, miembro del BRICS, con Lula confrontativo (y Trump castigándolo con 50% de aranceles), cercano a China, sólo queda un aliado de peso en Sudamérica que lógicamente EEUU busca cuidar ante el avance chino en la región. Otra pregunta válida es: ¿este apoyo se mantendría aún frente a un mal desempeño electoral el 26 de octubre? Probablemente sí. Pero la pregunta más importante aquí es: ¿este apoyo bastará post 26 de octubre para controlar al mercado aun frente a un mal desempeño electoral? Hoy es difícil de responder. Por esta razón, aunque hoy haya calma, no se puede dar por terminada la crisis. En este marco económico, queda un punto político. En base al observatorio de la Pulsar.UBA, en un relevamiento en junio de 2024 los argentinos apoyaban en un 88% el ajuste sobre los gastos de la política, en un 66% sobre el empleo público, pero sólo en un 9% y 8% en salud y educación pública. Es decir, más del 90% de la sociedad argentina rechazaba que el ajuste del gasto público recaiga sobre esos dos puntos. También un 85% rechazaba un ajuste en ciencia y tecnología. Si bien el Gobierno no recortó gasto sólo en estos últimos sectores, e inclusive, no deben ser los que más han sufrido el recorte, sí podemos asegurar que han sido los que más han ocupado el debate en la agenda pública. Esto por un lado le da la razón al relevamiento de Pulsar, y por el otro nos levanta una inquietud: ¿qué tan costoso en términos políticos ha sido para el Gobierno el conflicto con las Universidades y con el Garrahan? En ese contexto, además de la afectación a la narrativa que hemos visto antes, ¿qué tanto ha afectado a la imagen del Gobierno el escándalo de ANDIS? La primera Marcha Universitaria fue contemporánea al piso de confianza en el Gobierno en base al índice antes presentado, reafirmando que el ajuste fiscal aplicado a áreas de educación y salud afecta la imagen del gobierno. Entonces cabe hacer otra pregunta más: ¿se justifica el costo político que tiene que asumir el Gobierno en el ahorro económico que logra ajustando estas áreas? ¿Vale la pena asumir tal desgaste por lo que puede ganar achicando el presupuesto en esas dos áreas? A esta situación la oposición supo leerla bien y capitalizar el reclamo, al tomar como banderas al Hospital de Niños de referencia del país, y al usar a la universidad mejor rankeada de Argentina como la UBA. De haber sido un hospital sindical y la Universidad de Madres de Plaza de Mayo quienes encabecen las protestas contra el gobierno, seguramente el apoyo social hubiese sido considerablemente menor y el costo político casi nulo. Pero Garrahan y UBA son banderas que calan hondo en el imaginario colectivo argentino. Tal vez el Gobierno no vio venir eso. Lo cierto es que en el Presupuesto 2026, en particular en la cadena nacional donde lo presentó, el presidente Milei buscó abordar estas cuestiones, aclarando que el mismo va a contener un 85% de gasto total dedicado a salud, educación y gasto social. Es decir, el gobierno está respondiendo a las demandas de la sociedad de no ajustar dichas áreas. Es cierto también que ya planteado el antagonismo es difícil de desarmar, y aprovechando el momentum, las universidades y el sistema de salud piden y van a seguir pidiendo más. La crisis retroalimentada entre política y economía parece haber sido contenida gracias a controlar una de sus partes, la económica, con gran apoyo de Estados Unidos por un lado, con logros internos como una inflación de agosto nuevamente por debajo del 2% y un nuevo índice de pobreza del primer semestre de 2025 que bajó del antes visto al 31,6%. Igualmente como marcamos antes, la inflación sigue alta y más en aspectos claves de la economía, el PBI cayó, y le cuesta al Gobierno presentar nuevos resultados económicos positivos. La caída de la pobreza destaca como un oasis en el desierto, y la ayuda de Estados Unidos llegó en el momento ideal. A la crisis política por los audios de Spagnuolo se le suman las acusación a Espert de sus vinculaciones con narcos y el apoyo que le dieron a la campaña en 2019. Es decir, cuando la acusación contra Karina Milei iba perdiendo intensidad en la agenda pública, la misma es reemplazada y revitalizadala con otro caso contra una de las figuras más importantes de este elección, al ser el primer candidato en la provincia de Buenos Aires. Recién el 26 de octubre sabremos si la crisis que comenzó con los audios de Spagnuolo, se profundizó con la elección en la Provincia de Buenos Aires y se calmó con la ayuda de Estados Unidos, se espiralizó nuevamente con el caso Espert, y que continúa teniendo fuerte presión económica llegó a su fin o habrá que abrocharse los cinturones por los próximos meses.
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