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» Clarin
Fecha: 03/10/2025 06:35
Las hipótesis de conflicto sanitario son cada vez más consistentes, por lo que más países se preparan para enfrentar una posible amenaza biológica de alto riesgo. Apenas concluida la pandemia de Covid, los expertos y un inesperado gurú encarnado en Bill Gates ya especulaban sobre cuándo sucedería la siguiente emergencia. Entre las dos últimas (teniendo en cuenta la de Gripe A) hubo un lapso de diez años. Si ésa lógica temporal fuera la brújula a seguir, el mundo estaría ahora a mitad de camino de encontrarse con lo desconocido. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo esa realidad golpeará nuevamente la puerta. Como sea, el ínterin es la oportunidad de los países y sus gobiernos de tomar los mayores recaudos posibles para estar en guardia contra la próxima “distopía”. Argentina acaba de dar un paso clave en ese sentido. Este jueves fue habilitado por el Gobierno una especie de “búnker sanitario” dentro de las instalaciones del Instituto Malbrán. Se trata de un laboratorio de máxima bioseguridad, la más alta en las categorías que clasifican este tipo de tecnología al servicio de la ciencia y la salud. Fue presentado como un hito a nivel regional, en función de su potencial utilidad en un marco de creciente incertidumbre epidemiológica. Fuentes del Ministerio de Salud explicaron que el objetivo es “prevenir, detectar y contener enfermedades emergentes de alto riesgo y posibles emergencias sanitarias o amenazas biológicas naturales o deliberadas”. Pusieron como ejemplos el Ébola, el Marburgo, el hantavirus y fiebres hemorrágicas, entre los virus y patógenos ya conocidos, a los que eventualmente habrá que sumar el desafío que presenten las enfermedades emergentes o nuevas, como lo fue el Covid en su momento. Denominado técnicamente Laboratorio de Bioseguridad Nivel 4 (BSL-4), ubicado en la Unidad Operativa Centro de Contención Biológica de la ANLIS Malbrán, “permitirá realizar una caracterización rápida de los agentes infecciosos, facilitar el monitoreo de nuevas variantes e investigar reservorios animales para prevenir posibles saltos interespecies”, agregaron las fuentes. Las nuevas instalaciones permitirán trabajar con patógenos que requieren cuidados extremos. Detalles del "búnker" El nuevo “búnker” del Malbrán exigió un desarrollo técnico de máxima seguridad, que es lo que permite poder trabajar con este tipo de patógenos extremadamente peligrosos en un contexto acorde. Eso incluyó la colocación de sistemas de aire con presión negativa, filtros de alta eficiencia (HEPA) y válvulas herméticas que detectan fallos y que aíslan al laboratorio en caso de accidentes o fugas. A esto se suma un sistema de autoclave de frontera que elimina bacterias, virus y esporas para asegurar la máxima higiene y esterilidad en las investigaciones; la implementación del Building Management System, que recopila y procesa los datos de todos los sensores y equipos del laboratorio para lograr un control total y eficiente del edificio; y compresores y tanques de aire respirable redundantes para asegurar el suministro constante a los trajes presurizados que deben utilizar los profesionales que ingresen al laboratorio, personal que fue capacitado para esta tarea por expertos de Estados Unidos. Hay más de treinta países que al día de hoy ya cuentan con al menos un laboratorio que posee este nivel máximo de bioseguridad. La lista abarca, entre otros, a Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Suecia, Suiza, Bélgica, España, Reino Unido, China, Japón, India, Taiwán, Singapur, Filipinas, Arabia Saudita, Corea, Rusia y Australia. De un experimento en un BSL-4 se sospechó, entre sombras y teorías conspirativas con cierto grado de verosimilitud, que podía haberse fugado en 2019 el SARS-CoV-2, cuya historia oficial es su transmisión inicial de un murciélago a un ser humano. La versión alternativa de la historia habla de lo delicada que puede ser la manipulación de este tipo de patógenos aun en las condiciones más cuidadas, con el riesgo de que la mejor estrategia de defensa de la salud pública se transforme, de la noche a la mañana, en el germen de un daño impredecible.
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