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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 02/10/2025 14:43
Hay periodistas que confunden la libertad de expresión con un título de propiedad sobre la verdad. Uno de esos casos paradigmáticos es el de Baby Etchecopar, quien desde el privilegio de un micrófono cree tener licencia para erigirse en juez y verdugo de todo lo que acontece en la Argentina. Sería un detalle menor si se tratara de una mirada incapaz o ingenua, pero lo suyo es aún más dañino: es la necedad elevada a categoría de opinión. No nos alienta, ni mucho menos, hacer “periodismo de periodistas”. Pero cuando una voz pública se transforma en amplificador de un discurso destituyente y corrosivo, es necesario ponerlo en evidencia. No se trata de discutir con Etchecopar, ni de darle entidad a sus exabruptos, sino de mostrar cómo ciertos comunicadores terminan siendo parte activa de una maquinaria que confunde crítica con oposición sistemática. Etchecopar, con su estilo estridente y su discurso plagado de lugares comunes, refleja la peor cara de un periodismo que dejó de informar para dedicarse a operar. No es periodismo crítico, es oposicionismo vacío. No analiza, no interpreta, no ofrece contextos: simplemente dispara desde la comodidad del estudio radial o televisivo, alimentando la misma pulsión destituyente que recorre a ciertos sectores de la oposición política. Con aciertos y errores, Javier Milei es hoy el presidente elegido por el 56% de los argentinos. Y ese dato no puede ser ignorado por quienes se dicen “defensores de la democracia”. Porque democracia no es gritar desde un micrófono lo que conviene al bolsillo o a los intereses de una corporación mediática: democracia es respetar la voluntad popular, incluso cuando no coincide con los deseos personales. Lo más preocupante no es la opinión de un solo periodista, sino el contagio que provoca. Ese tono destituyente, esa mirada de que “todo está mal” porque gobierna alguien que no responde a los viejos esquemas de poder, se extiende en un periodismo mercenario que alguna vez integró listas de “ensobrados”. Hoy, disfrazados de críticos imparciales, muchos de ellos no hacen más que reciclar la vieja política disfrazada de periodismo. https://www.analisislitoral.com.ar/
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