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» Elterritorio
Fecha: 02/10/2025 07:50
El prestigio de la casa de estudios más grande del país resiste la falta de financiamiento, mientras Chile y Brasil lideran la región y el ajuste presupuestario amenaza la investigación y la docencia en Argentina. miércoles 01 de octubre de 2025 | 19:15hs. La UBA mantiene su prestigio y su calidad educativa, reconocida entre las mejores universidades de la región. La Universidad de Buenos Aires (UBA) volvió a consolidar su prestigio internacional al mantenerse entre las diez mejores universidades de Latinoamérica, según el QS World University Rankings 2026: Latinoamérica y el Caribe. El ranking evaluó a 491 casas de altos estudios en 26 países, destacando la calidad de la docencia, la reputación académica y la capacidad de internacionalización en investigación de la UBA. A pesar de los recortes presupuestarios impulsados por el gobierno de Javier Milei, la UBA ocupa la posición 10 en la región y se mantiene como la universidad más reconocida del país. Este resultado refleja la resistencia de la institución ante las políticas de ajuste que afectan tanto la investigación como la infraestructura académica. La investigación, un desafío en tiempos de ajuste Uno de los puntos más críticos detectados por el ranking es la producción de investigación, medida por el número de artículos por docente. Ninguna universidad argentina se encuentra entre las 50 primeras en este indicador, mostrando el impacto directo de los recortes presupuestarios en la generación de conocimiento científico. Guillermo Durán, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, resaltó: “Es crucial que haya investigadores dando clases con dedicación plena. Esto no solo aporta experiencia académica sino también transferencia de conocimiento a la industria. Mantener docentes full time que investigan es la clave para sostener universidades públicas de calidad”. La Argentina frente a sus vecinos latinoamericanos En contraste con la situación argentina, Chile y Brasil lideran el ranking de la región. La Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) ocupa el primer lugar, seguida por la Universidade de São Paulo (USP). Brasil concentra la mayor cantidad de universidades en el top 50, con cuatro en el top 10, destacándose en investigación, colaboración internacional y citas por artículo. México también se posiciona con fuerza, con la UNAM y el Tecnológico de Monterrey entre las más reconocidas por empleadores y académicos internacionales. La diferencia es clara: mientras otros países mantienen políticas de estado que fortalecen laboratorios, posgrados e investigación, en Argentina la inversión universitaria ha sufrido un retroceso que afecta la formación de investigadores y profesionales altamente capacitados. Un sistema universitario bajo presión Ben Sowter, vicepresidente senior de QS, alertó que “los recortes de financiación y la inflación han erosionado los presupuestos universitarios, presionando la capacidad docente y de investigación, lo que provoca mayor precariedad laboral del personal”. El informe muestra que solo la UBA logra mantenerse entre las 20 primeras universidades de la región, mientras que otras instituciones argentinas descienden posiciones frente a sus pares latinoamericanos. El contraste con Brasil también se observa en el acceso y los recursos: universidades estatales como la Unicamp ofrecen bibliotecas de primer nivel, becas completas, laboratorios modernos y un fuerte apoyo a doctorados y posgrados. En Argentina, la matrícula irrestricta garantiza acceso pero dificulta la finalización de carreras y limita la inversión en investigación de calidad. La UBA, un ejemplo de resistencia académica A pesar del contexto adverso, la UBA reafirma su lugar en el top 10 de Latinoamérica, consolidando su reputación y demostrando la capacidad de sus docentes e investigadores para mantener la excelencia académica frente a políticas de ajuste que amenazan la educación superior. La situación actual evidencia la necesidad de un financiamiento universitario sostenible, que no dependa únicamente de la resistencia institucional frente a los recortes y garantice la formación de futuras generaciones de científicos, profesionales y líderes académicos.
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