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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/10/2025 10:40
El ex ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo El economista y ex ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, lanzó duras críticas al enfoque vigente sobre la crisis financiera en el país. En un extenso análisis publicado en su blog personal, Cavallo atribuyó los problemas actuales del mercado argentino a “el manejo monetario y cambiario” del gobierno, diferenciando su diagnóstico del argumento oficial que responsabiliza al llamado “riesgo kuka”. Según Cavallo, el Ejecutivo aún no logra identificar ni comunicar con claridad la raíz de la crisis. “El gobierno no está en condiciones de identificar y explicar con sinceridad y acierto la causa principal de la crisis que se está viviendo y que seguirá apelando a culpar a la herencia recibida y al riesgo ‘KUKA’”, advirtió el ex funcionario en el primer tramo de su nota. El ex ministro analizó el desempeño de Luis Caputo, a cargo del Ministerio de Economía, y describió sus recientes maniobras para contener la situación cambiaria. “Caputo hasta aquí siempre sacó algún conejo de la galera para enfrentar problemas cambiarios y de deuda”, escribió. Cavallo subrayó el impacto de la eliminación de las retenciones a las exportaciones, una medida que, según él, permitió al gobierno acceder en pocos días a 7 mil millones de dólares por liquidación de divisas. De acuerdo con el texto, eso provocó el “desplome del precio del dólar” y facilitó la compra de reservas. Sin embargo, advirtió: “Por supuesto, estos 7 mil millones que han entrado ahora, dejarán de entrar en los próximos meses cuando hubieran sido liquidados pagando retenciones”. El ex ministro alertó por el “costo fiscal de la operación”, al señalar que la medida significó más de mil millones de dólares y afectó tanto a productores argentinos como estadounidenses. “La operación disgustó por igual a los productores agropecuarios argentinos y a los productores agropecuarios de los Estados Unidos. Los primeros, porque no creen haberse beneficiado por la medida y los segundos porque se sintieron afectados por la repentina oferta argentina en competencia con la de ellos”, indicó. Cavallo señaló que estos movimientos pueden “dejar secuelas de mayor inestabilidad futura al abonar la idea de que el gobierno no tiene problemas en dejar de respetar las reglas de juego anunciadas y los compromisos asumidos”. A propósito de los apoyos internacionales, Cavallo consideró limitado el alcance del respaldo de Donald Trump y cuestionó las interpretaciones del oficialismo al respecto. “El apoyo de Trump se origina en la adhesión incondicional que el presidente norteamericano percibe por parte de Javier Milei para su política exterior y su ideología anti-woke. Tiene poco que ver con la ideología libertaria o anarcocapitalista que el presidente argentino predica”, explicó. El análisis de Cavallo incluye detalles sobre la política exterior de Trump y la reticencia a emplear fondos estadounidenses en rescates ajenos, lo que, a su juicio, genera dudas sobre la solidez de ese apoyo financiero. Cavallo mencionó además la figura de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, y afirmó que parte del respaldo estaría condicionado a ciertas medidas, incluyendo la sustitución del swap de monedas con China. El economista citó el mensaje de Trump: “La economía argentina no necesita ser rescatada porque la política económica del presidente Milei está produciendo muy buenos resultados”. En su análisis sobre la dinámica financiera, Cavallo apuntó una política monetaria y cambiaria “muy defectuosa” desde el inicio de la actual gestión. “Pese al impresionante logro en materia de ajuste fiscal, ese error incubó un problema de atraso cambiario e insuficiencia de reservas propias para asegurar el pago de los servicios de la deuda”, sostuvo. Además, advirtió que el Tesoro americano y el FMI podrían exigir cambios en la estrategia si los indicadores vuelven a deteriorarse: “cuando luego del alivio que produjeron tanto las medidas de eliminación transitoria de las retenciones agropecuarias como los anuncios de Bessent, la moneda vuelva a tener una fuerte tendencia devaluatoria y vuelva a subir el riesgo país, el Tesoro Americano y el FMI pondrán como condición que se instrumenten los cambios en la política monetaria y cambiaria necesarios para superar la crisis”. Dentro de las comparaciones históricas, Cavallo diferenció la situación actual de la vivida bajo el gobierno de Fernando de la Rúa en 2001. El ex ministro afirmó que ni el oficialismo ni la oposición aciertan en sus paralelos y declaró: “La situación política y económica actual no tiene nada que ver con la del 2001”. Para Cavallo, la demanda de eliminación del cepo y las bandas cambiarias no responde a los mismos intereses que entonces y sugiere un objetivo distinto: “En la actualidad, quienes pregonamos la eliminación total del cepo y la liberalización cambiaria no lo hacemos para licuar deudas en dólares ni transferir riqueza de los depositantes a los deudores o de los trabajadores a los exportadores, sino para que sea factible la implementación de un plan de estabilización capaz de eliminar la inflación de manera sostenible y permitir un crecimiento vigoroso de la economía”. Cavallo propuso que para hallar soluciones adecuado comparar la coyuntura actual con la que atravesó Carlos Menem entre 1989 y 1991, antes de la implementación del Plan de Convertibilidad. Recordó que ambos mandatarios recibieron situaciones económicas graves, aunque la inflación al inicio del mandato de Menem rondaba el 190% mensual. Según el ex funcionario, la baja del gasto público como porcentaje del PBI fue similar en ambos casos, aunque subrayó la supresión del déficit fiscal durante la actual gestión gracias al “sistema impositivo y la baja de la inflación”. También resaltó coincidencias en el escenario político y denuncias de corrupción. Hizo referencia a los cuestionamientos en 1990 contra la familia presidencial y los ubicó en paralelo con las acusaciones recientes sobre Karina Milei y colaboradores cercanos. Dijo que en ambas gestiones, pese a la estabilidad cambiaria lograda, persistían la recesión y un proceso inflacionario, y criticó la estrategia de mantener tasas de interés elevadas en términos reales. Subrayó que en 1991, la liberalización cambiaria y monetaria lanzó un nuevo ciclo de estabilidad y crecimiento. Entre sus propuestas concretas, Cavallo enumeró medidas legislativas para transformar el sistema monetario, financiero y cambiario: prohibición de emisión monetaria para financiar el déficit fiscal, libre convertibilidad del peso, fin de los controles de cambio, posibilidad de depósitos y préstamos en dólares u otras monedas convertibles, y nuevos mecanismos para canalizar el crédito. Para Cavallo, la adopción de esas decisiones habilitaría la base institucional y operativa que, a su entender, permitió transformar el panorama económico en 1991. Sostuvo que el miedo al salto en el tipo de cambio tras eliminar el cepo podría mitigarse por la experiencia histórica de ese período. “Durante los tres primeros meses de 1991 el precio del dólar subió de 5 mil a 10 mil australes y produjo inflación más alta que la de los meses anteriores. Pero cuando en marzo, con libre flotación, alcanzó un nivel que a posteriori demostró ser de equilibrio y sostenible en el tiempo, pudo estabilizarse y servir de base para la puesta en marcha del Plan de Convertibilidad”, recordó. Al analizar la composición de gabinetes y alianzas políticas, Cavallo enfatizó diferencias entre Menem y el actual presidente, Javier Milei, al buscar funcionarios y consensos. En su contraste, destacó cómo Menem “no exigía adhesión a principios ideológicos” y priorizaba eficacia y experticia, mientras describió a Milei como menos pragmático debido a su “dogmatismo ideológico”. Detalló cómo el proceso legislativo, tras el triunfo electoral, facilitó la aprobación de leyes clave y mencionó la importancia de sumar perfiles diversos y especialistas al equipo de gobierno. Finalmente, Cavallo incluyó un apéndice técnico con los aspectos que, a su criterio, debería contemplar una nueva legislación monetaria y cambiaria para la Argentina, con la meta de establecer reglas claras, eliminar restricciones y promover la competencia en la intermediación financiera, tanto en pesos como en otras monedas convertibles.
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