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  • De víctimas y mártires

    » Diario Cordoba

    Fecha: 01/10/2025 08:50

    ¿Han oído hablar del sínodo de Córdoba? Fue en 852. Frente a la arabización de los cristianos surgió un grupo de mozárabes que hallarían la muerte al atacar al Islam ante las autoridades. Recadero, metropolitano de Sevilla, presidió aquel concilio en donde por un lado había quienes pedían la condena de los cristianos que habían buscado el martirio mediante provocación. Otro grupo, encabezado por el obispo de Córdoba, Saulo, defendía a los ejecutados. Llegaron a un compromiso: se reconocía como mártires a las víctimas ya habidas en la revuelta pero se prohibía buscar en adelante el martirio por la vía de la provocación pública. Otra lección de esta sabia Córdoba, y más en estos estos tiempos de polarización donde se confunden términos. Pero no hablemos más de víctimas y mártires religiosos, que doctores tiene la Iglesia, sino de los de índole político y aunque detrás de la religión también haya a veces mucha política. Así, y en primer término, la Real Academia aclara en su tercera acepción que «víctima» es la «persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita». «Mártir», en su segundo significado, es quien «muere o sufre grandes padecimientos en defensa de sus creencias o convicciones». Pero hay más diferencias en política, en el terrorismo, en Gaza, en toda guerra, en las persecuciones ideológicas o raciales, cuando se asesina a un líder... La víctima siempre está sola ante la muerte. Al mártir nunca lo dejarán en paz los suyos. La víctima merece todo el respeto y la solidaridad del mundo. El mártir también, aunque siempre hay que estar prevenido porque muchos usarán su recuerdo para exaltar lo más irracional de una idea. La sangre de las víctimas se olvida. La del mártir, a fuerza de usarla como bandera, acaba magnificada, reinventada, reelaborada... El «victimismo» en política vendría a ser un término a mitad de camino, el sucedáneo para quien le encantaría tener un mártir. La víctima, en fin, corresponde a ese tipo de gente que cree que hay cosas por las que merece la pena morir. Al mártir político, también generalmente, se lo acaban apropiando lo que creen que hay razones por las que merece la pena matar. Y a mí, en la vida y la política, me gustaría un mundo sin víctimas y, sobre todo, sin mártires. Si seré tonto. *Periodista

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