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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/09/2025 14:58
La logística internacional, tradicionalmente pensada en términos de infraestructura y competitividad, se convierte también en un vector de transformación social (Foto: Shutterstock) La mayor economía de Latinoamérica está utilizando el comercio internacional y la atracción de inversiones extranjeras no solo como motores de crecimiento, sino también como instrumentos para cerrar las brechas de género y desigualdad social. En un país donde el 51,5% de la población son mujeres, el vínculo entre la logística del comercio exterior y la inclusión femenina cobra cada vez más relevancia. Comercio exterior y oportunidades para las mujeres Según explicó Ana Paula Repezza, directora de negocios de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil), las empresas vinculadas al comercio exterior pagan salarios más altos y demuestran mayor resiliencia en contextos de crisis. Este diferencial genera un efecto multiplicador cuando las mujeres acceden a empleos o a la conducción de negocios exportadores. “Es muy potente esta ecuación que une a las empresas exportadoras con el hecho de que las mujeres que tienen más ingresos van a reinvertirlos en las futuras generaciones. Esto convierte al comercio exterior en una gran herramienta de disminución de la desigualdad social”, afirmó Repezza en diálogo con EFE. La dirigente destacó que las mujeres tienden a destinar mayores recursos a la educación y la alimentación, lo que impacta directamente en la calidad de vida de sus familias y en las perspectivas económicas del país. Así, la logística internacional, tradicionalmente pensada en términos de infraestructura y competitividad, se convierte también en un vector de transformación social. Un camino sin retorno Los datos oficiales muestran que, aunque el espacio de las mujeres aún es limitado, la tendencia avanza. En 2024, Brasil exportó por un total de 337.000 millones de dólares, pero apenas el 2% de ese valor correspondió a compañías con mayoría femenina en su estructura societaria. Sin embargo, la proporción de empresas exportadoras con mayoría de socias mujeres pasó del 13,9 en 2022 al 14,5% en 2024, con una fuerte presencia de micro y pequeñas firmas. Para Repezza, este incremento refleja una “conciencia mucho mayor sobre la importancia de la participación de las mujeres” y una transformación que no tiene vuelta atrás. “En los últimos años la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo y en la economía brasileña es cada vez mayor, y esto es un camino sin retorno”, aseguró. El caso brasileño muestra cómo el comercio exterior puede trascender su dimensión económica para convertirse en una política de desarrollo integral (Imagen: Shutterstock) Programas de apoyo y cooperación internacional Con el objetivo de acelerar este proceso, ApexBrasil impulsa el programa Mujeres y Negocios Internacionales (MNI), lanzado en 2023. La iniciativa ya alcanzó a más de 4.000 empresas y cuenta con más de 70 aliados estratégicos. El programa ofrece capacitaciones técnicas y socioemocionales, rondas de negocios, misiones internacionales y espacios de networking diseñados para potenciar el liderazgo femenino. Según Repezza, el intercambio internacional resulta clave, ya que permite a las empresarias detectar que los desafíos son comunes en diferentes mercados y, a partir de esa conexión, avanzar hacia acuerdos comerciales o soluciones compartidas. La dimensión logística también está presente: acceder a nuevos mercados requiere no solo financiamiento y conocimientos técnicos, sino también integrarse a cadenas globales de suministro. En este punto, la profesionalización y el acompañamiento son fundamentales para que las pymes lideradas por mujeres puedan internacionalizarse con éxito. Expo Osaka: un escaparate de inclusión La estrategia de Brasil no se limita a sus fronteras. En la Expo Osaka 2025, que se celebra en Japón hasta el 13 de octubre, el país busca proyectarse como un actor global comprometido con la diversidad y la igualdad de género. El pabellón brasileño, de 373 metros cuadrados y con espacios inmersivos dedicados a la preservación ambiental y la diversidad cultural, ya recibió casi 2 millones de visitantes desde abril. Dentro de esa agenda, en agosto se llevó a cabo la Semana de la Mujer, que combinó atracciones culturales con encuentros de negocios y debates sobre el futuro de la inclusión femenina en la economía global. “El tema de la Expo este año es el futuro que queremos, y no se puede pensar en un futuro que no sea inclusivo, en el que la mujer no pueda ejercer plenamente todas sus capacidades. El lugar de la mujer es donde ella quiera, en todo el mundo”, concluyó Repezza. Comercio exterior, logística e inclusión social El caso brasileño muestra cómo el comercio exterior puede trascender su dimensión económica para convertirse en una política de desarrollo integral. La participación femenina en cadenas logísticas y en negocios internacionales no solo genera ingresos más altos para las mujeres, sino que impulsa un ciclo virtuoso que fortalece a las familias, mejora la competitividad empresarial y amplía las oportunidades de crecimiento para el país. En un contexto global donde la logística es clave para la resiliencia y la sostenibilidad, la estrategia de Brasil apunta a que el acceso equitativo a los beneficios del comercio internacional sea también una herramienta para construir una sociedad más justa.
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