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» Misionesopina
Fecha: 29/09/2025 13:23
Hugo Sand es uno de esos nombres que, en el mundo yerbatero, no necesitan presentación. Productor de base, dirigente histórico y referente indiscutido de la lucha agraria en Misiones, ha construido a lo largo de décadas una trayectoria marcada por la coherencia y la defensa de la chacra frente a los intereses concentrados. Su voz, respetada por aliados y adversarios, vuelve a colocarse en el centro de la discusión en un momento crítico para el sector. En diálogo con Misiones Opina, Sand advierte sobre un riesgo que combina ciencia, política y poder económico: la manipulación genética de la yerba mate. No se trata de una amenaza lejana o abstracta, sino de una posibilidad concreta que, en manos de grandes corporaciones, podría romper la exclusividad natural del cultivo y habilitar la producción en otras latitudes, arrasando con la identidad y el sustento de miles de familias misioneras. Con claridad, lanza una frase que sintetiza la gravedad del problema: “Si nos roban la genética de la yerba, perdemos soberanía y podrán plantar hasta en Moscú”. La advertencia no es sólo técnica: es política, porque involucra la defensa de la tierra, del trabajo de los tareferos y de un modo de producción sustentado en la agroecología. Al mismo tiempo, Sand retoma la batalla por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), hoy vaciado por el Gobierno nacional. Denuncia que la estrategia final de los grandes grupos es quedarse con la tierra y el agua del Acuífero Guaraní, mientras muchos productores sienten la contradicción de haber votado a Javier Milei y de haber criticado al propio organismo que los defendía. “Hay vergüenza en el sector, pero la salida sigue siendo política, una política agraria, con los productores al frente”, sostiene. Entrevista: Luis Huls Entrevista –Me dijiste un día sobre el riesgo de que se lleven la genética de la yerba mate y puedan empezar a producir en otros lugares del mundo. ¿Qué significa eso? Mira, cuando la tecnología está al servicio de las empresas es peligroso, es muy peligroso. Yo creo que el conocimiento, la tecnología, la ciencia tienen que estar al servicio de la gente, no estoy en contra del conocimiento, sino de al servicio de quién está. La yerba crece, se desarrolla, produce en los suelos rojos profundos, ácidos, lateríticos, como tenemos en la provincia de Misiones, en el norte de Corrientes un poquitito, parte de Paraguay, parte de Brasil, y algo en Uruguay. Hoy con el conocimiento te sacan un cromosoma, un gen, algo de una bacteria y lo hacen producir en otros lugares. Tal vez podrán hacer genes de la ilex dumosa, que es muy afín a la ilex paraguariensis, que es la yerba mate. La ilex dumosa crece en suelos alcalinos. Y nosotros perdemos soberanía porque la yerba va a ser producida en Chaco, en Formosa o en Moscú. Y yo creo que tenemos que ser celosos de eso. Para mí ya no va a ser yerba mate, va a ser un evento transgénico que van a decir que es yerba. Por ejemplo, la soja transgénica, de mi humilde punto de vista, no es soja, es otra cosa. Pero como son poderosos dicen “esto es soja transgénica” y la gente consume. Y hay otro tema: al modificar la genética van a aceptar la cosecha mecánica. Eso desplaza a la mano de obra rural, desplaza los árboles dentro de los yerbales y significa que se termina la agroecología. Van a tener que controlar las especies silvestres con venenos. La yerba no va a dejar de existir en el mate, pero va a tener otras características no deseadas. –Hoy nuevamente la producción yerbatera está reclamando por el INYM. ¿Qué le piden al Gobierno nacional? Sí, nosotros venimos a pedirle al presidente Javier Milei que cese con el delito, que nombre un presidente del instituto. Venimos a pedirle al gobierno de Corrientes que envíe a sus representantes, que se sienten en el directorio como corresponde. La ley yerbatera está en plena vigencia, o sea que ellos están cometiendo un delito. El primer año hemos dejado de percibir 200 mil millones de pesos. Esta cuenta surge de los casi mil millones de kilos que se cosecharon. Nosotros pedíamos 500 pesos en ese momento, nos pagaron 180. Dejamos de percibir como mínimo 200 pesos por kilo. Al segundo año ya ni estadística tenemos, creemos que se duplicó este valor nuevamente y encima los plazos de pago son más largos. Venimos a pedir a Javier Milei que venga a solucionar lo que él ha provocado. Sturzenegger nos dice que tenemos que hacer otro cultivo, ¿y por qué tenemos que dejar plantar yerba? Si es nuestra, es un excelente negocio. El problema es que quieren quedarse entre pocos, entre los grandes que ya tienen el 50% del mercado, como Las Marías, Liebig y otras. Fotos de esta entrevista: gentileza Martín Ghisio –Por lo que describís, el objetivo final es concentrar la producción y la tierra... Esto ocurrió ya en la época de Menem, tardó diez años hasta que nos dimos cuenta. Acá al primer año. En diciembre pusimos el primer tractor frente a Casa de Gobierno en Posadas. Vienen por la hoja verde de la yerba, pero el objetivo es quedarse con la tierra y con el agua bebible del Acuífero Guaraní. Por eso decimos: la chacra no se vende, la chacra es patria. –En crisis anteriores había movilizaciones mucho más masivas. ¿Por qué hoy no? Yo creo que hay un poco o mucho de vergüenza también, porque tenemos que decir que el sector yerbatero, el sector agrario, masivamente le votó a Milei. También masivamente hablaron en contra del Instituto Nacional de la Yerba Mate. “Muchos productores tienen vergüenza porque votaron a favor de Milei y porque hablaron en contra del INYM.” Hoy cuesta que la gente ponga la cara y diga que está en contra de lo que hace Milei. Pero les guste o no, el futuro de seguir esto es caótico para nuestro sector. –Algunos hablan de crear un instituto provincial. ¿Qué opinás? Estoy en contra del envasado en origen, porque me obligaría a vender a un molino de la zona y no a otro que me pague mejor precio en Catamarca, por ejemplo. ¿Una ley provincial? ¿Para qué? Si tenemos la ley nacional en funcionamiento. Hay que ir todos a golpear las puertas de la Casa Rosada. Lo demás son cortinas de humo. Lo que falta es implementar la ley, que se implemente un mercado consignatario previsto en la ley, cupificar, limitar plantaciones. Es fácil la cosa, no hay que inventar nada raro. –¿Y la dirigencia del sector? ¿Se renovó? Creo que de los viejos estoy yo, pero hay dirigentes nuevos y eso está bueno. Lo que necesitamos es ponernos la camiseta yerbatera. –¿Se politizó la dirigencia de la yerba mate? Todo se politizó, ese es el problema. Yo estoy a favor de la política porque esto es un problema político, y sólo con política se resuelve. Pero si yo soy productor, tengo que defender al productor. La política partidaria debe ser una política agraria, desde ese sector. Eso es lo que creo. Fuente: Misiones Opina
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