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  • REVIEW | Neyyah, la carta de amor a un género olvidado que no llegó a su destino

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 29/09/2025 14:53

    Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software Hay quienes abrazan la nostalgia, y otros que son ajenos a dicho sentimiento. Y si hablamos de nostalgia, hablamos de un concepto que es atemporal: no importa qué edad tengas, la lejanía de un suceso es una percepción muy particular y, como tal, todo es válido. Para muchos de corta edad, quizás Life Is Strange, un título que ya tiene 10 años de vida, les genera nostalgia. A otros, quizás la nostalgia se las genera Ghosts ‘n Goblins, un clásico que ya tiene sus 40 años de vida. Neyyah llega con esa impronta, con el vaso medio lleno apostando a una nostalgia del pasado, un título que no solo evoca la era dorada del Myst y del Riven, sino que parece -en sí mismo- un artefacto rescatado de un universo paralelo en el que este género nunca desapareció. ¿Qué pasó entre aquellos juegos de 1993 y 1997? No mucho, sinceramente. Encontramos Quern - Undying Thoughts, Obduction, Scratches y Asylum, de Agustín Cordes, o incluso Hidden: On the trail of the Ancients, de los -también- argentinos Lost Spell. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software Neyyah es obra de Aaron Gwynaire, un desarrollador británico-australiano que se lanzó por sobre la monumental proeza de crear, prácticamente solo, un sucesor espiritual de los clásicos que marcaron su infancia. Como si quien suscribe se metiera de lleno a hacer un videojuego que rinda culto a Maniac Mansion y a Zak McKracken and the Alien Mindbenders, Aaron dio rienda suelta a su imaginación, manteniendo en mente a los ya mencionados Myst y Riven. Siete años de trabajo, autoaprendizaje, y sentimientos como frustración y pasión fueron condensados en un proyecto que lleva el sello de MicroProse como editor, pero que expulsa un hipnotizante aroma a indie en cada uno de sus píxeles. En un momento, hablé de “abrazar la nostalgia”, y no lo decía en vano. Este exponente no es un título que intente modernizar la fórmula ni encontrar una vuelta de tuerca, sino que se aferra, con reluciente orgullo, a la estructura de los Point & Click con gráficos pre-renderizados, escenas fijas donde movemos el cursor para interactuar con diferentes elementos, menús con tipografías muy de la época y hasta secuencias en FMV (Full Motion Video) donde el propio creador se disfraza para darle vida a uno de los personaje. Es un viaje en el tiempo, una oda al amor por los videojuegos. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software La propuesta es clara y sus mecánicas no reniegan de ser lo que tienen que ser. Hay que dedicarle tiempo, explorar islas interconectadas por portales, rodeadas de una gama de fauna y flora muy extrañas, mientras la historia se va armando a base de fragmentos como diarios, notas o conversaciones teatrales grabadas en croma. Todo se cocina a fuego lento. Aquellos que hayan transitado por el género, saben de qué se trata. La dinámica es lenta y pausada, no como algo negativo, sino como parte de su génesis. Acá no hay acción, no hay parry, ni estrategias complejas. Esto es un juego de puzzles, duro y puro, cargado de una tenaz necesidad de investigación. Leer, registrar, comparar. Como en los viejos tiempos, siempre es bueno tener un cuaderno a mano para apuntar símbolos, secuencias, palabras impronunciables que más tarde van a ser clave para desbloquear un mecanismo, abrir alguna puerta, o cualquier mecánica que te impida avanzar. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software Visualmente, es una delicia que evoca tiempos que, al menos a mí, me generan gratos recuerdos. El formato de imágenes pre-renderizadas le da a cada escena una composición casi fotográfica, como esas postales que la gente suele comprar cuando viaja. La luz, los reflejos, los cielos saturados, los paisajes abiertos, la atención al detalle. Todo se siente cuidadosamente pensado para provocar un característico impacto en el jugador, se trasluce una urgencia por parte de su desarrollador para dejar en claro el meticuloso trabajo que hay en cada locación, en cada acercamiento, en cada tubo, engranaje y maquinaria. Todo está pensando para fortalecer el gameplay. Nobleza obliga, y sin caer en comparaciones, las islas de Neyyah carecen de variedad estética si uno contempla el general del juego. Déjenme explicarme mejor: si bien cada rincón que exploramos es diferente, las variaciones del entorno terminan sintiéndose como si estuviésemos siempre en el mismo lugar. No hay tanta variación de los biomas, sino más bien de la luz proyectada y los detalles particulares de cada gran puzzle. A veces, luego de mucho caminar, todo parece ser parte de lo mismo, rompiendo un poco el sentimiento de avance. Aun así, el trabajo artístico es impecable, y cuando le sumamos el diseño sonoro, el resultado es completamente inmersivo. Por allá, el crujido de la madera húmeda. Los chillidos lejanos de criaturas extrañas, como esperándonos. El susurro metálico de máquinas oxidadas. No voy a mentir: me encontré a mí mismo, varias veces, deteniéndome a escuchar lo que ocurría a mi alrededor. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software En las escenas FMV hay rareza y extravagancia al unísono. No pude descubrir si se trata de una búsqueda o de una consecuencia, pero sea como sea, son teatralmente exageradas, a veces casi ridículas, pero -creo- esa es parte de la gracia. Ver estas actuaciones me retrajo hacia juegos como The 7th Guest. Esa apreciación barroca, incluso victoriana de la expresividad, da riendas sueltas durante toda la experiencia. Es donde el título más se permite volar, y rompe el carácter tan serio, fantástico y de ciencia ficción donde se forja, para abrirse a una comedia involuntaria quizás, pero bastante más efectiva de lo que podemos esperar. En contraparte, está el imaginario del mundo que construye. Es riquísimo en contenido, tiene una historia fascinante realmente. El idioma inventado, los nombres enrevesados (a veces, hasta parecen lovecraftianos), la cantidad de documentos que encontramos, todo contribuye a esa atmósfera tan densa en su carácter que muchas veces me hizo recordar (salvando las distancias) a ciertos escritos del gran Ray Bradbury. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software ¿Y qué es lo que aúna a todos estos apartados de los que estuve hablando? Los puzzles. Cualquier aventura gráfica, ya sea de la clásicas, al estilo The Secret of Monkey Island o Indiana Jones and the Fate of Atlantis, retienen su magia en los puzzles. Otras aventuras gráficas como Grim Fandango o Loom, también. Más acá en el tiempo, con exponentes como Nine Witches: Family Disruption o The Walking Dead, pasa lo mismo. Los puzzles son la epicidad del género, su corazón, el néctar que tracciona ese cursor en movimiento buscando pistas, datos, información. Para aquellos más veteranos, si vienen esperando la magnitud mítica de los puzzles del Riven que atravesaban todo el juego, quizás se lleven una decepción. Y es que conceptualmente, los puzzles de Neyyah no están mal, pero se sienten desconectados. El juego tiene ayudas que, quizás, se llevan más protagonismo del que deberían tener. Los puzzles cobran vida más como una casualidad que como una causalidad. La prueba y error como estigma le juega en contra, ya que siente más satisfacción cuando entendimos el problema y supimos cómo resolverlo. Tocar en todos lados, probar con todos los elementos que tenemos en nuestro inventario hasta que algo funcione, no genera la recompensa necesaria. Neyyah - Desarrollador: Defy Reality Entertainment - Editor: MicroProse Software A pesar de este quiebre a la hora de contemplar el juego, Neyyah no deja de ser un logro impresionante. En lo personal, el tema con los puzzles terminó afectando toda mi experiencia, rompiendo un poco el factor inmersión y no dejándome disfrutar las cosas como me hubiese gustado. Pero no puedo decir que no es un exponente interesante que logra recrear con fidelidad una forma de jugar casi extinta, porque si hay algo que no se puede negar, es que transmite la pasión de su creador. En cada escenario, en cada detalle y en cada fragmento de la historia se palpita el amor de alguien que creció fascinado por Myst y Riven y -a diferencia de la gran mayoría- decidió devolvernos esa magia con sus propias manos. Como dije en un principio, estamos frente a un viaje nostálgico, extraño y profundamente personal, de esos que no se dejan apresar por las garras de una industria que parece, cada vez más, estar manipulada por algoritmos, palabras clave, y juegos que son hijos del agotamiento creativo. 6 Nostalgia a medias tintas Neyyah es un título necesario si mantenemos la nostalgia intacta de los exponentes a los que evoca. Mirarlo de otras forma resulta difícil, ya que es un exponente que recurre, como único camino, a la melancolía de tiempos pasados. Revisado en PC Plataformas: PC

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