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Parana » El Once Digital
Fecha: 28/09/2025 14:31
El objeto espacial que cayó en Chaco fue trasladado a Buenos Aires para su análisis. Un misterioso objeto espacial que cayó el jueves en un campo de Puerto Tirol, provincia de Chaco, fue trasladado este sábado a Buenos Aires para ser examinado por equipos técnicos. Las primeras pericias realizadas en el predio del ex Campo Rossi indicaron que se trata de chatarra espacial. El artefacto es un enorme cilindro metálico que, según los especialistas, pertenecería a un tanque de combustible de un cohete espacial que transportaba hidracina, una sustancia altamente tóxica. El operativo de remoción se llevó a cabo en medio de intensas lluvias y bajo estrictos protocolos de seguridad para minimizar cualquier riesgo. El operativo de traslado Durante una hora y media, los especialistas comprobaron que la maniobra no implicaba peligro. Posteriormente, envolvieron la pieza en nylon negro, la encintaron y la trasladaron a la base de la Fuerza Aérea para su resguardo. Los oficiales que estuvieron en contacto con el objeto fueron sometidos a controles médicos preventivos. Ninguno presentó síntomas compatibles con exposición a sustancias tóxicas. “El objeto fue claramente identificado como un tanque de la industria aeroespacial, usado para portar combustible en primeras o últimas etapas de maniobra en órbita”, explicó el director del Centro Aeroespacial de la Fuerza Aérea, Rubén Lianza. Peligros asociados Lianza aclaró que no existe riesgo de radiación ni toxicidad por hidracina, pero advirtió sobre los riesgos del material que recubre el tanque. “Son tanques construidos con aluminio duro y revestidos con varios hilos de material compuesto de fibras de carbono”, precisó. Y agregó: “En este caso, las fibras de carbono son paradójicamente lo más peligroso porque sueltan una nube de polvo compuesta por diminutas partículas que flotan en el aire”. “Si se clavan en la piel, es como una espina de cactus: uno se rasca porque pica y termina incrustándolas aún más. Es bastante peligroso. O sea, no es tóxico, no hay peligro químico”, enfatizó. Estudios en Buenos Aires Sobre el procedimiento utilizado, el especialista destacó: “Tomamos mediciones con sensores de lectura directa, incluido un contador Geiger. No hay riesgo radiológico. También realizamos pruebas con un sensor de hidracina. No hay riesgo radiológico ni de toxicidad por hidracina”. El cilindro, de 1,70 metros de largo y 1,20 de diámetro, posee un orificio de 40 centímetros en uno de sus extremos, un sistema de válvulas en el otro y una inscripción con número de serie en la superficie. Ahora, el objeto permanecerá en Buenos Aires, donde equipos técnicos avanzarán con estudios más profundos para determinar con precisión su procedencia y características. (TN)
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