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  • Clara García: «Hay que elegir diputados nacionales que nos salven de estas decisiones tan malas»

    » El Ciudadano

    Fecha: 28/09/2025 13:01

    La presidenta de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Clara García, celebró la reforma constitucional provincial y valoró los consensos y el diálogo logrado para su aprobación, al tiempo que señaló que los próximos dos años los dedicarán a sancionar las leyes necesarias para ponerla en funcionamiento. En cuanto al escenario nacional, en la previa de las elecciones legislativas, cuestionó el rumbo económico del gobierno de Milei, con recortes en políticas, obra pública e infraestructura, y criticó la quita de retenciones al campo que, según señaló, favorece sólo a las grandes corporaciones. En ese sentido, celebró la conformación de Provincias Unidas, la que entiende como una tercera alternativa que pueda frenar el ajuste nacional desde el Congreso, con la lista que lidera la vicegobernadora Scaglia seguida del socialista Pablo Farías. En diálogo con El Ciudadano, García repasó los últimos meses de gestión, y de política local y nacional. —¿Cómo evaluás el proceso de la reforma constitucional? —Santa Fe era de las pocas provincias que quedaban sin reformar su constitución, sobre todo después de 40 años de que en nuestro país sí se había reformado la Constitución nacional. Entonces, había puntos que habían quedado totalmente fuera de época. En el año 1962-63 donde se votó la Constitución que nos regía no había televisión siquiera. Era una época compleja porque nuestro país ya estaba con un golpe de Estado y esa Constitución logró hacerse incluso cuando ya no había otros órganos institucionales republicanos de la democracia. Sin embargo, estos valientes constituyentes continuaron con un peronismo proscripto, lo cual daba la pauta de un país no totalmente completo en su panorama político. Era una pintura de otra época, también reforzando mucho la fortaleza de la gobernabilidad de los Ejecutivos porque veníamos de golpes de Estado. Había que darle otra impronta y eso se hizo con esta reforma constitucional. A veces me preguntan, ¿es la que Miguel Lifchitz hubiera deseado? Y yo digo, «Sí.» Porque más allá de que haya algún artículo en el cual pudiéramos haber tenido una mirada diferente o hubiéramos querido ahondar en algo, fue un proceso de búsqueda de consensos, de encuentro, de diálogo democrático que es valioso en sí mismo. Suelo trazar cuatro ejes de por qué me parece importante la reforma. Primero, porque hay muchos puntos que abordan una política más transparente y creo que eso mejora la vida de la gente. Sin corrupción, con transparencia, con mucho trabajo, con una apertura total en la relación política-ciudadano. El segundo tiene que ver con la Justicia, que sea más cercana, más rápida, que haga a una convivencia mejor. Otro punto son los nuevos derechos que se incorporaron, desde la paridad de género, las diversidades, las discapacidades, las nuevas miradas ambientales, el derecho al agua. Hay toda una pintura de un mundo mirando hacia adelante. Y el cuarto, los gobiernos locales. En aquella época los intendentes eran una especie de delegados del gobernador. Y hoy los intendentes tienen una potencia y una serie de responsabilidades tan grandes que requiere de una autonomía plena para las grandes ciudades, que requiere de áreas metropolitanas sólidas y una buena conjunción cuando muchas ciudades están en un mismo territorio con las mismas necesidades. Y para las comunas más chicas, la necesidad de que no estén cada 2 años eligiendo sus presidentes comunales, que les resta capacidad de proyectos transformadores, sino que puedan elegirlos cada 4 años también. Así que el saldo es más que positivo. Como presidenta de la Cámara de Diputados fuimos la casa anfitriona y eso implicó debates, audiencias públicas, comisiones, sesiones hasta cualquier hora, movimiento de muchos asesores. Fue muy vibrante y terminamos el jueves con la jura de los legisladores hacia esta nueva Constitución. Debe haber sido de las pocas veces que se me quebró la voz en el estrado porque realmente fue un hito muy importante. Y nos viene por delante un gran trabajo porque a través de leyes hay que dar el detalle, la reglamentación, la puesta en marcha y la gestión. Para ello tenemos algunas leyes con un plazo de 1 año, otras máximo de 2 años, así que todo lo que queda de la gestión va a tener una gran atención a transformar estos nuevos preceptos constitucionales en la vida que vamos a vivir. —Ahora se viene el trabajo legislativo para terminar de darle forma. —Hay muchas leyes que cambiar. Por ejemplo, la Ley Orgánica de municipios y comunas; la ley de administración financiera del Estado; leyes de Justicia y leyes electorales. Hay un trabajo arduo. —Fue algo que Miguel Lifschitz quiso y que intentó durante su mandato y que finalmente se logró ahora. —Fue el gobernador que estuvo más cerca. En 2018 presentó formalmente un proyecto de ley para la necesidad de la reforma, lo llevamos al recinto y lo debatimos aún sabiendo que no teníamos los votos, pero quisimos dejar firme nuestra postura y subir un escalón más porque sabíamos que éste era un proceso. Tuve el orgullo en 2018 de ser una de las voces que defendió y explicó ese proyecto. Desde ahí nuestros equipos técnicos siguieron trabajando para actualizarlo. Todos los bloques políticos presentamos nuestra propuesta para debatir y unificar en un único cuerpo. En total presentamos siete. Reflejó que cada espacio político había trabajado el tema. Miguel, más allá de alguna cosita que pudiera haberla pensado distinto, hubiera celebrado el haberlo hecho de manera colectiva. El 93 por ciento de los artículos fueron aprobados por los dos tercios de las fuerzas políticas. Me parece enormemente valioso, más en el marco y en el contexto de país en el cual estamos. —¿Cómo ves a Rosario en su 300 aniversario y qué crees que la autonomía consagrada en la nueva Constitución le puede aportar? —Muchísimo. Los 300 años es un hito que tiene que ver con un reverdecer del orgullo rosarino. Hemos pasado por momentos muy difíciles, muy opacos, donde la violencia nos tapaba la capacidad de proyección de las buenas cosas. Parecía banal estar hablando de cultura o de desarrollo o de producción cuando la violencia se llevaba vidas a diario. Hoy tenemos un panorama de mucha mayor tranquilidad, aunque como dice el gobernador Pullaro «nunca hay que dar esta batalla por ganada». Rosario es una ciudad de Estado, es mucho más grande que algunas provincias y se ha desarrollado a lo largo de muchas décadas de gobiernos innovadores en cuestiones que otras ciudades no tienen: la salud pública, la inversión en espacios públicos, no solo para el turismo, sino para los propios rosarinos y rosarinas que se la apropiaron, un desarrollo productivo que empezó con lo tradicional de la agroindustria, pero que hoy tiene las más innovadoras ramas de la actividad. Entonces, ser autónoma te va a implicar votar una nueva carta orgánica, para la que vamos a elegir estatuyentes, quizás pensemos en distintas maneras de elección de concejales, quizá pensemos en fortalecer territorialmente a esta ciudad tan grande y tan diversa, no estar dependiendo de leyes provinciales que te digan qué tenés que hacer, sino ser autónomo en cómo la ciudad se organiza a sí misma. Me parece que también va a venir un periodo muy vibrante en los acuerdos políticos. —Se acercan las elecciones para diputados nacionales. ¿Cómo ves que se está desarrollando la campaña y cómo ves la conformación de Provincias Unidas en particular para estas próximas elecciones? —Creo que Provincias Unidas ha sido un gran acierto en un momento del país donde la política nacional le da la espalda al federalismo, al interior productivo, a los gobernadores. Hay falta de diálogo, hay falta de respeto, hay agresividad. En los gobernadores hay una nueva generación cruzada desde lo político, porque hay radicales, socialistas, peronistas, gente del PRO. Sin embargo, la responsabilidad de dar respuestas junto con el destrato de Nación ha hecho que tengan una mirada que va más allá de cuántos diputados o senadores nacionales vamos a obtener esta vez. Estoy segura que van a ser muchos, pero para nosotros es una gran plataforma de opción nacional para el año 2027. Pullaro ha puesto su mejor ficha al haber elegido a la vicegobernadora Scaglia, una mujer de un desarrollo político y de una humanidad que realmente nos representa. Ella es de una ciudad productiva, viene de una familia del campo, sabe lo que es el esfuerzo, el estudio, mezclar el rigor de la gestión con una gran humanidad. Además tiene un gran conocimiento de la provincia de Santa Fe, porque somos de la escuela de caminar, de visitar todos los lugares, de hacer desarrollo territorial. Y está acompañada por uno de los mejores de los nuestros, Pablo Farías, un hombre que siendo muy joven fue elegido por Hermes Binner para ser su ministro de desarrollo, que acompañó a Bonfatti en seguridad deportiva, y que fue ministro de Gobierno de Miguel. Cuando él murió, siendo presidente de la cámara, todos elegimos a Farias unánimemente para que presida la cámara. Es un hombre de gestión y de política, de acción y de consenso, y están haciendo un gran equipo. Creo que van a ser una voz que defienda a Santa Fe en el Congreso. —¿Y cómo ves al socialismo en Rosario y dentro de Unidos? —Enormemente fuerte. En la Cámara de Diputados somos la bancada mayoritaria. Las dos grandes pérdidas en poco más de un año de Hermes Binner y de Miguel Lifschitz nos implicó una reformulación. Nos llevó inteligente y estratégicamente a una unidad que construimos fruto de la decisión. Permitió que Mónica Fein fuera diputada nacional, que Esteban Paulón fuera diputado nacional, que tuviéramos intendentes, concejales, presidentes comunales, minorías tanto en 2021, en 2023 y ahora en 2025, siempre creciendo. El saldo es positivo. Falta mucho por delante, pero nos sentimos partícipes y actores protagonistas de este presente y de este futuro. —¿Cómo analizás el panorama nacional y cómo pueden influir las próximas elecciones legislativas? —La realidad hoy la veo con enorme preocupación. Es un Congreso que oscila entre algunos levantamanos del gobierno -que hoy votan una cosa y mañana otra- y otros tantos que son serios y aportan ideología, trabajo, convicción, vocación de diálogo. Hay que sumar mucho de esta tercera vía, pero que la prioridad sea elegir personas honestas, que no vayan a ese choque grosero, que quieran construir y, en nuestro caso, que defiendan a Santa Fe. Tengo la total tranquilidad de que Gisela Scaglia y Pablo Farías lo van a hacer. Hoy estamos viviendo algo muy doloroso de parte de la Nación. Hay cosas que son muy fáciles de ver. Uno piensa en corrupción y piensa en los bolsos de López, o piensa en un sobreprecio de la obra pública porque alguien se lleva un porcentaje y hoy está el 3%, otras veces ha sido otro. Pero hay otras faltas de transparencia y otras connivencias muy malas que son más sutiles. El gobierno de Milei por un mal programa económico no tenía más reservas, le faltaban dólares y está a pocos días de una elección. La manera que eligió para obtener esos dólares fue la peor. Primero nos engañó creyendo que había una decisión de apoyar al campo bajando las retenciones. No es así, porque los productores ya liquidaron, la cosecha ya pasó hace varios meses. Quienes hoy tienen en la mano esos granos para beneficiarse con retenciones cero son los grandes acopiadores y los exportadores. Un pequeño grupo con información privilegiada, un puñado de grandes corporaciones, que liquidó 7.000 millones de pesos de exportaciones de soja de nuestro campo, de nuestros esforzados productores, y se la dio alegremente al gobierno. Eso es falta de transparencia y sensibilidad. El presidente le devuelve al Congreso la ley para las personas discapacitadas o para la fortaleza del Garrahan en términos de emergencia pediátrica y dice «no lo puedo hacer si no me decís a qué partida presupuestaria lo imputo», pero después dilapida 1500 millones de dólares que deberían venir a arreglar las rutas, a hacer planes de vivienda, a mejorar a los jubilados, a mejorar la producción. Me siento muy preocupada y hay que elegir diputados nacionales que pongan racionalidad, honestidad, coherencia y nos salven de estas decisiones tan malas.

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