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    » El litoral Corrientes

    Fecha: 28/09/2025 12:37

    La transición del poder en Corrientes se da dentro de una alianza que mantiene el gobierno, pero seguramente el gobernador electo, Juan Pablo Valdés, producirá cambios para la futura gestión. Ahora, lleva a cabo la transición en su municipio, donde la semana pasada presentó un Plan Maestro para la Costanera de Ituzaingó como hoja de ruta para la futura gestión. Por un lado, señala un legado y, por otro, trabaja en silencio en la herencia que recibe de su hermano, Gustavo Valdés. Juan Pablo se encamina al 10 de diciembre y, en el trayecto, veremos movimientos, algunos previsibles y otros inciertos. Una fuente que transita los pasillos de Casa de Gobierno me dice que se trata de “una continuidad con cambios”. La frase con resonancia alfonsinista en realidad describe la continuidad del modelo de alianza y de rumbo de gobierno que cada cierto tiempo debe producir cambios o enroques en el funcionariato que, hasta acá, logró mantener hegemónicamente el poder cuya conducción es la UCR. El miércoles pasado le preguntamos a Emilio Lanari, concejal electo, si sería ministro de Salud y nos dijo que “todo dependerá de los que estén”. Dejemos que el tiempo disipe las dudas. Este proceso, por lo tanto, no comenzará el 10 de diciembre. Ya comenzó, por ejemplo, cuando el pasado 22 de septiembre la Asamblea del Directorio del Banco de Corrientes —presidida por Laura Sprovieri, con el vicepresidente Ricardo Rodríguez y el director Enzo María— reafirmó en el cargo al síndico Luis Gutnisky y nombró a los nuevos síndicos Julián Mijael y Domingo Gómez Sierra. El carácter de la transición debe leerse, entonces, como un proceso de cambios que busca preparar un terreno sólido y un punto de partida para la futura gestión de Juan Pablo Valdés. La transición es un proceso de “pase” de una situación a otra que implica cambios de actores en lugares sensibles del poder. Sin embargo, no es el único escenario que la política pone en evidencia. La Cámara de Diputados nos ofrece un repertorio de símbolos que invita a observar con detenimiento, porque allí también se pueden ver las consecuencias de las recientes elecciones provinciales. La presencia de miembros del Superior Tribunal de Justicia y de autoridades del Colegio de Magistrados para opinar sobre la ley de “Desfederalización parcial de delitos tipificados en la Ley de Estupefacientes” es un indicador de las diferencias o dudas en la implementación de esa norma específica, pero a la vez abre un interrogante sobre el futuro de estos vínculos. Cisma y desencuentro liberal La renuncia al partido Encuentro Liberal de un numeroso grupo de dirigentes abrió una pregunta sobre el futuro de esa agrupación política y también sobre la permanencia de Pedro Cassani, su principal líder y fundador, en el cargo de presidente de la Cámara de Diputados, lugar que ocupa desde hace 16 años. Recordemos que el partido ELI nació el 26 de febrero de 2014 como un desprendimiento del Partido Liberal y decidió usar como símbolo una hormiga con casco amarillo. Según consigna en su página, el fundamento es el siguiente: “La hormiga simboliza la laboriosidad que requieren las grandes obras, la solidaridad para sobrellevar los momentos difíciles y la humildad que facilita la convivencia y el entendimiento; mientras que el casco amarillo representa la necesidad de construir una nueva Argentina”. Ahora la convivencia entró en crisis y se produjo el cisma. Esa laboriosidad inicial tuvo en cuenta la conformación del partido y, sobre todo, la alianza electoral cuyo eje es la UCR, que los mantuvo en el poder hasta que decidieron institucionalmente apartarse y buscar otros horizontes junto a La Libertad Avanza. El resultado es elocuente ya que terminaron en cuarto lugar en las preferencias de los ciudadanos en las últimas elecciones. Tras la dura derrota, Emilio Breard, Emilio Lanari, Miguel Salvarredy, Juan de la Cruz Fraga; el intendente electo de San Roque, Raúl Pelozo; el intendente electo de Alvear, Martín Vera; el intendente electo de San Miguel, Emanuel Esquivel; la diputada provincial Ana Améndola; Silvina Vega, y varios concejales y dirigentes de toda la provincia rubricaron una carta respetuosa pero firme a Cassani, donde le comunicaron su renuncia a ese espacio político. “Me costaba creer muchas de las cosas que se decían en reuniones de mesa chica; en la calle, en el hospital, en el consultorio la gente me transmitía otra cosa. Yo decía internamente que estábamos en el Titanic. No podíamos ir en contra de la voluntad del pueblo”, explicó Lanari a El Litoral. La percepción del actual viceintendente de la Capital es que la mayoría de los dirigentes de toda la provincia preferían estar contenidos en la boleta 46 de la alianza que conduce Gustavo Valdés y que claramente ganó las elecciones provinciales. Fue justamente Lanari quien, sin renunciar al partido, se alejó de los cargos partidarios en junio, marcando una disidencia con el rumbo que tomaba su partido. Pero Lanari, esta vez, fue más lejos y adelantó que la intención es volver a juntarse en noviembre “en una reunión ampliada a otros partidos, quizás en el interior, para que participen dirigentes de toda la provincia. Queremos seguir consolidando este espacio y apoyar la línea que hoy conduce Gustavo Valdés, con una renovación que no es solo generacional, sino de compromiso con la política”, afirmó. “Espacio”, ¿es un eufemismo que quiere decir partido? No lo sabemos, pero en tiempos de cambios todo es posible. La Cámara de los símbolos Son cada vez más fuertes los rumores de que, con la nueva conformación de la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre, el radicalismo, con mayoría, irá por la presidencia del cuerpo, lo que implicaría desplazar a Cassani de ese lugar. Asistimos a una lenta pero segura reconfiguración del poder real dentro de la alianza gobernante que, lejos de debilitar el poder de la UCR y de Gustavo Valdés, lo fortalece, dándole un mayor poder de maniobra y decisión. En este clima de tensión, sobre todo entre los perdedores (esta vez) de las elecciones provinciales, los diputados tratan un tema sensible como el proyecto de Ley de Narcomenudeo, que implica la desfederalización de la persecución del vendedor de droga, entre otras cosas. Lucía Centurión, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, invitó la semana que termina a legisladores de distintas bancadas a recibir y escuchar a los ministros del Superior Tribunal de Justicia, doctores Alejandro Chaín y Eduardo Panseri; al fiscal general del Ministerio Público, doctor César Sotelo; al fiscal general federal de Corrientes, doctor Carlos Schaefer; al defensor público oficial, doctor Enzo Mario Di Tella; a la jueza de Ejecución de la Condena de la Provincia, doctora María Teresa Zacarías; y al doctor Diego Roberto Núñez Huel, entre otros magistrados que se sumaron al debate en torno al proyecto de ley. Los jueces tienen dudas sobre la transferencia de fondos que implica que la provincia se ocupe del menudeo de drogas, pero también son conscientes de la falta de lugares de detención que esto demandará. El proyecto surge del Poder Ejecutivo a fines de 2024 y ya cuenta desde julio con la aprobación del Senado, pero aún no puede ser tratado en Diputados. Marlen Gauna (PJ) dijo a este diario que la aprobación de la norma “no es solo el cambio de fuero, sino que requiere una mirada más compleja que incluya el impacto en las penitenciarías provinciales y asistencia para personas en rehabilitación del uso de drogas”. Sin embargo, Gauna cree que el oficialismo puede lograr quórum, pero nadie asegura su aprobación. A las diferencias políticas partidarias habituales de la oposición se suman las miradas críticas y llenas de interrogantes que plantean el Superior Tribunal de Justicia y el Colegio de Magistrados. El gobernador Gustavo Valdés el viernes minimizó las posturas de los miembros de la Corte local y de los magistrados, diciendo que los encargados de hacer las leyes son el Ejecutivo y los legisladores. La señal es clara: el oficialismo se encamina a tratar y aprobar la norma en un gesto de alto contenido político y simbólico pero hay más. La información que llega del Palacio de Hacienda es que trabajan para mandar en tiempo y forma el presupuesto provincial, que debe pasar por ambas cámaras. La presentación del presupuesto a la Legislatura es una sana rutina que realiza el gobierno desde hace 8 años (aún en etapa de pandemia), y que fue aprobada en todos los casos. La épica federal Mientras esto sucede en la provincia, el gobierno nacional inició una mesa de conversación con los gobernadores y algunos legisladores nacionales. Eduardo Vischi, senador por Corrientes pero también jefe del bloque radical, mantuvo una reunión institucional con el flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, que señaló la importancia de mantener un “diálogo federal”. Por otro lado, el candidato a diputado nacional por la Alianza Vamos Corrientes y en línea con la postura del gobernador Valdés, Diógenes González, dijo a El Litoral que hay que trabajar en “una épica federal”, adelantando que buscará instalar, si es electo, una mirada no solo de Corrientes, sino abarcadora del Estado federal. “No buscamos destituir ni confrontar, sino llevar propuestas concretas al Congreso. Queremos que las provincias tengan más voz y que las políticas públicas se ajusten a las necesidades del interior del país”, señaló el candidato a diputado nacional de la UCR. Un tema complejo a discutir y tratar de solucionar es una nueva ley de Coparticipación Federal. En este sentido, González afirmó que “es difícil porque la Constitución generó un autobloqueo del asunto, porque la modificación de la coparticipación tiene que estar ratificada por las legislaturas y, obviamente, ninguna provincia va a ceder. Esta situación es estudiada por los tributaristas, que buscan la manera de salir de esta situación. Por ejemplo, plantean la posibilidad de un IVA provincial”. La reforma de la Constitución nacional de 1994 llama a modificar el sistema de coparticipación federal, donde surge el gran problema del artículo 75, inciso 2: el supuesto de unanimidad de las provincias para la sanción de una nueva ley de coparticipación federal torna inviable la posibilidad. Frente a este panorama, la tarea es construir escenarios de diálogo posibles que incluyan al gobierno nacional y a las provincias. El principal problema hasta ahora es que el presidente Milei ha destratado sistemáticamente a los gobernadores y legisladores nacionales, a un punto que, por ahora, parece sin retorno. González nos deja una idea central en una entrevista en Hoja de Ruta cuando afirma que “la tónica de la época es lograr una épica federal, una alternativa de consenso no destituyente”. Esta idea campea en Provincias Unidas, el espacio de gobernadores que buscan convertirse en un espacio que represente ideas equidistantes del mileismo y del kirchnerismo. Mientras tanto Juan Pablo sigue su camino a la Casa de Gobierno y genera conversaciones que no salen a la luz pero existen.

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