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» Elterritorio
Fecha: 28/09/2025 11:34
No sería descabellado mirar a los países con mejores índices de felicidad y bienestar, los nórdicos. Allí el desarrollo de los individuos y la sociedad son prioridad. domingo 28 de septiembre de 2025 | 6:00hs. Imagen ilustrativa (Freepik). La pregunta del título ha recibido muchas respuestas a lo largo de, al menos, las últimas tres décadas. Un país serio. Un país sin corrupción. Un país que priorice a los desvalidos. Un país que… Todos son ideales valorables, pero me temo que ninguno sirve realmente para lo que estamos buscando. Porque necesitamos saber cómo lograremos ese país. Dicho de otro modo, no se trata del resultado, sino de cómo resolvemos la ecuación. Modelos hay muchos y con matices de lo más variados, pero Argentina no parece haber elegido uno. Y no hablo de los postulados del gobernante de turno, sino de aquello que nos permitirá desarrollarnos sea quien fuere el presidente. Y por eso somos este asalariado que crónicamente no puede llegar a fin de mes (el producto principal de la última década). Podemos ser un país en el que dejamos todo en manos del dios mercado. Progresa y triunfa el que puede, quien no se queda afuera. Esperamos que haya un derrame y si no, mala suerte. Pero hay que hacerlo. O podemos volver a la época feudal, quién dice que no. Que el sudor de muchos permita la abundancia de unos pocos. ¿Una economía totalmente primarizada? También es posible. Como cuando éramos el granero del mundo. La riqueza, eso sí, bien concentrada. ¿Qué tal un país dedicado cien por ciento a brindar servicios, con una población formada y bien remunerada? O quizá como mano de obra barata, al igual que la India, como propuso aquella vicepresidenta hace un par de períodos. Si ese es el camino elegido, habrá que asumirlo. Podemos industrializarnos para producir aquí y no tener que enviar dólares al exterior. Sustitución de importaciones, como alguna vez. Buena suerte compitiendo con China. A menos que industrialicemos algo que nos diferencie en el mundo, quizá por calidad antes que por precio. ¿Y el régimen de maquila, elogiado en Paraguay, defenestrado en Tierra del Fuego? Quizá sea por allí, pero será con decisión o no será. Otra opción es ser un país comunista. El Estado toma todas las decisiones, se ocupa de que a nadie le falte nada y, en lo posible, de que a nadie le sobre. Pero el sistema de partido único y la persecución del disidente puede llevar a una dictadura. También el Estado puede definir el rumbo y controlar con mano férrea a las empresas privadas. Mano tan férrea que genera autocracias. Veo poco probable adoptar una de las estrategias que más beneficios les ha reportado a las grandes potencias: formar imperios e imponer sus condiciones a la fuerza. Con poderío militar e influencia geopolítica cualquiera se hace rico. No sería descabellado mirar a los países con mejores índices de felicidad y bienestar, los nórdicos. Allí el desarrollo de los individuos y la sociedad son prioridad. En muchos casos la riqueza para sostenerlo se obtiene con la explotación de los recursos en partes menos favorecidas del planeta. En algunos países se recurre a un esquema que combina dos o más de estos modelos, con mayor o menor influencia de uno sobre los demás. Con matices, adaptada a la realidad local, a los usos y costumbres, a los recursos (naturales, financieros, humanos), hay que definir cuál es la manera que tendrá Argentina para generar divisas, generar riquezas. Todas las opciones tienen sus pros y sus contras (de más está decir que no comulgo con unas cuantas), pero si queremos seguir siendo un país a largo plazo, no podemos seguir en este mar de tibieza productiva y, sobre todo, no podemos seguir resignando soberanía, presente y futura, con tal de que nos presten plata para llegar a fin de mes. O hasta las próximas elecciones.
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