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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 26/09/2025 02:26
La nueva medicina regenerativa está demostrando que en el futuro la pérdida de los dientes no tiene por qué ser definitiva. Ya se está probando en humanos un fármaco que estimula el crecimiento natural de un tercer juego de dientes ocultos en nuestra boca que ha sido un éxito sus experimentos con animales. Ahora, otro equipo de investigadores ha encontrado la manera de crear un diente cultivado en laboratorio a partir de células del propio paciente que puede integrarse fácilmente en la mandíbula y funcionar como un diente natural. El objetivo de la medicina regenerativa es aprovechar la propia biología humana para reparar o sustituir partes dañadas del cuerpo. En el caso de la odontología, el sueño de los dentistas es poder regenerar los dientes perdidos mediante bioingeniería sin tener que recurrir a materiales artificiales como implantes, empastes o prótesis dentales. "Los empastes no son la mejor solución para reparar los dientes. Con el tiempo, debilitan la estructura dental, tienen una vida útil limitada y pueden provocar más caries o sensibilidad. Los implantes requieren una cirugía invasiva y una buena combinación de implantes y hueso alveolar. Ambas soluciones son artificiales y no restauran por completo la función natural del diente, lo que puede dar lugar a complicaciones a largo plazo", explica Xuechen Zhang, investigador de la facultad de Odontología y Ciencias Orales y Craneofaciales del King's College y uno de los autores del estudio que detalla este descubrimiento. Del laboratorio a la boca El estudio, realizado por investigadores del Kings College y del Imperial College, ambos en Londres, describe un elemento clave para recrear el proceso de desarrollo dental en el laboratorio: un material que permite a las células comunicarse entre ellas y hacer que una le dé instrucciones a otra para que se convierta en una célula dentaria. "Desarrollamos este material en colaboración con el Imperial College para reproducir el entorno que rodea a las células en el cuerpo, conocido como matriz. Así, cuando introdujimos las células cultivadas, estas pudieron enviarse señales entre sí para iniciar el proceso de formación de los dientes", explica Xuechen. "Los intentos anteriores habían fracasado, ya que todas las señales se enviaban de una sola vez. Este nuevo material libera señales lentamente a lo largo del tiempo, reproduciendo lo que ocurre en el cuerpo". El equipo ya ha logrado desarrollar nuevos dientes en el laboratorio con esta técnica y ahora trabaja en distintas formas para integrarlo en la boca de los pacientes.
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