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  • En Rusia, como en la Argentina, las retenciones atentan contra la producción

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/09/2025 12:53

    Rusia domina el negocio global del trigo, pero puertas adentro la carga impositiva debilita las chances de progreso del productor (Reuters) Algunos puntos de contacto con nuestro país son sorprendentes. UKRAgro afirma que la crisis sistémica que se ha estado desarrollando en la cadena cerealera rusa durante los últimos tres años, ha determinado que más de un productor esté pensando en abandonar la producción de trigo, a la vez que generó una dinámica negativa inusual en las exportaciones. De acuerdo con la Unión Granaria de Rusia, suman 35.000 los productores de cereales que se declararon en quiebra en los últimos cinco años. Y el asunto tiende a complicarse, porque la mayoría de los que permanecen en actividad ha consumido las reservas generadas durante los periodos de bonanza. La gremial subraya que los bolsillos del productor están vacíos, debido principalmente a los aranceles a la exportación, las cuotas de exportación y el deterioro del entorno competitivo. Si bien el gobierno ruso utiliza una fórmula distinta respecto de lo que aquí se conoce como retenciones, los derechos de exportación sobreviven a pesar de que fueron pensados como una medida transitoria en tiempos de la pandemia. Las gremiales del campo han instado repetidamente al gobierno ruso a retirar el arancel o, al menos, a revisar la fórmula utilizada para calcularlo con el fin de reducir la carga financiera de los hombres de campo. Todos los reclamos han caído en saco roto. Circula la sensación de que el productor ruso reduciría la participación del trigo en la nueva campaña. Las cuentas no cierran (Reuters) Las razones son las mismas que se esgrimen en nuestro país. Los aranceles de exportación constituyen una de las principales fuentes de ingresos para el Estado ruso. UKRAgro indica que en 2024 generaron un estimado equivalente a USD 1.600 millones, y este año la previsión es de USD 2.370 millones. El Ministerio de Agricultura determina el monto del impuesto semana tras semana, y las tarifas calculadas se publican en el sitio web de esta dependencia. A partir del 17 de septiembre esta gabela trepó a 495,9 rublos (USD 5.95) por tonelada, en comparación con los 168,6 rublos (USD 2.02) de la semana anterior, según informó el Ministerio de Agricultura. A comienzos de año se tributaba el equivalente a USD 60, mientras que durante algunas semanas de julio este impuesto cayó a cero, con todas las variaciones imaginables en el medio. Queda claro que la planificación se hace difícil. El punto es que Rusia enfrenta un enorme déficit presupuestario producto de las sanciones de Occidente, los gastos de la guerra en Ucrania y la caída de los precios internacionales del petróleo, y los derechos de exportación sostienen en buena medida a la economía. Para colmo, los créditos se han vuelto prohibitivos para el hombre de campo en Rusia; las tasas son muy altas. “¿Qué tipo de negocio puede pagarlas: la venta de armas, el narcotráfico?”, ironiza un productor. Los costos para generar el grano también han subido debido al aumento de los precios de los combustibles, la energía y los fertilizantes. Sin embargo, los precios del trigo no acusan cambios, incluso han estado bajando en las últimas semanas. “Todo se está encareciendo, excepto el grano”, dicen desde las gremiales. La sobrevaluación del rublo afecta los ingresos del productor y reduce la competitividad del trigo ruso (Reuters) A todo esto se suma el atraso cambiario. Con la sobrevaluación ficticia del rublo ruso, los productos exportados pierden competitividad en los mercados globales y nacionales. Y cabe agregar la concentración en pocas manos del negocio exportador. Casi el 80% de las exportaciones es manejado por tan solo cinco empresas. Con menos competencia entre los demandantes, los agricultores con frecuencia se ven obligados a vender sus cosechas con pérdidas. En Rusia se habla de reducir la superficie con trigo y aumentar la de girasol, claramente más rentable, de cara a la nueva campaña. El cereal incluso ha llegado a niveles negativos en los últimos dos o tres años. Eso sí, el cambio de cultivos tiene su lado oscuro: probable sobreoferta de girasol el próximo año y un menor aporte de rastrojos para el suelo. La repetición de esta oleaginosa conlleva el riesgo de enfermedades. Según las normas de producción comunes en Rusia, los agricultores deben mantener un intervalo de al menos seis o siete temporadas entre la siembra de girasoles en un campo. Sin embargo, en las condiciones actuales, donde la planificación a largo plazo es prácticamente imposible y los agricultores luchan por su supervivencia, esta regla a menudo se descuida. Al igual que ocurre en la Argentina, el girasol es uno de los pocos cultivos que ofrecen una renta razonable, aunque tiene ciertas limitaciones (Reuters) Como reflejo de los efectos negativos que implica el intervencionismo por parte del Estado, hay que lamentar daños colaterales. Las ventas de maquinaria agrícola en Rusia se desplomaron en 2024, según reveló Rostselmash, el principal fabricante ruso. El año pasado, la empresa vendió alrededor de 3900 cosechadoras de granos, el nivel más bajo de la década. Desde Rusagrotrans, un operador de infraestructura ferroviaria para el transporte de cargas a granel de materias primas agrícolas, le piden al gobierno de Putin medidas concretas para salir de esta encerrona. La primera es revisar el régimen de aranceles a la exportación para preservar la liquidez restante en la cadena. En segundo lugar, un alto el fuego temporal y un acuerdo de paz con Ucrania. Y por último, la reducción del tipo de interés por parte del Banco Central de Rusia. Dada la marcha del conflicto en el Mar Negro, se aguarda que la situación empeore. Es más, el gobierno ruso está presionando a los exportadores privados para que aceleren el ritmo de exportación de trigo y generen divisas. Las ventas externas llevan hoy el ritmo más lento desde la invasión de Ucrania. Cabe recordar que Rusia es un actor clave en la formación del precio internacional de este cereal. Por cierto, la Argentina no está en guerra ni ha sido castigada por Occidente, sin embargo todavía mantiene las retenciones al agro, más allá de que hoy se conoció la decisión del gobierno de llevarlas transitoriamente a cero hasta el próximo 31 de octubre o bien cuando se alcance un tope de USD7000 millones en registración de Declaraciones Juradas, y siempre que el exportador liquide el 90% de las divisas hasta tres días hábiles después de efectuada la DJVE. .

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