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  • Central hizo un partido chiquito con Talleres y el premio mayor le quedó grande

    » La Capital

    Fecha: 22/09/2025 06:06

    El salto que Central quería para acomodarse entre los 8 del Clausura y llegar a la cima en la acumulada se vio frustrado por otro insípido empate en el Gigante Guido Herrera, la figura en el Gigante, se queda con un centro y Carlos Quintana se pasa. Central no colmó las expectativas ante Talleres. Un partido chiquito de Central . Y un resultado que fue tomado casi como una derrota en el Gigante . Es que en medio de una anemia futbolística llamativa hizo lo más importante: el primer gol. Pero llegó el empate rápido y el desconcierto generalizado que no le permitió marcar diferencia sobre Talleres , aun jugando más de 30 minutos (con adición y todo) con un hombre más. Era triunfo para despegar de una vez por todas, para acomodarse mejor entre los ocho primeros de la zona del Clausura, para llegar a lo más alto en la acumulada. Pero nada de eso sucedió. Fue un punto (1-1) con gusto a muy poco. Y porque era mucho lo que podía lograr el Canalla fue muy escaso el gusto que dejó este empate en el Gigante, donde salvo contra Newell’s le costó establecer diferencias sobre el rival. A Central no le fue fácil conectarse con el partido, pese a que fue el que más propuso e insinuó en el arranque. Pero a esas intenciones le hacía falta algo: juego. No en vano las mejores acciones fueron de pelota parada. Di María metió un tiro libre desde lejos al palo del arquero y Herrera estuvo astuto. Al toque, en el córner de Angelito, Herrera le dio con los puños e Ibarra le dio como venía. Otra vez Herrera tapó. Pero a Central le faltaba consistencia en el juego y ese cabezazo fallido de Veliz fue una excepción a la regla. >>Leer más: Veliz le puso el hombro a Central En el medio, la fricción empezó a hacer de las suyas y Central se fue metiendo en un terreno que le convenía más a Talleres, con pierna fuerte, reclamos y discusiones (una de ellas entre Herrera y Holan). Igualmente, Talleres le había metido ya un toque de atención al Canalla, pero Broun metió el puño justo en la arremetida de Ortegoza, tras un gran pase de Botta. Fatu repitió contra el palo izquierdo en un remate del volante que pedía red. La única arma y los goles Y en esa anemia futbolística, Central mostraba una única arma, la de la pelota parada. Otro gran tiro libre de Di María para que Herrera la desviara con la punta de los dedos. Hasta que llegó ese córner, el despeje, la apertura de Ibarra para Di María por derecha, el enganche de Fideo, el centro y el pecho de Veliz para matarla y prenderle mecha con derecha, al lado del palo. En el cierre de ese primer tiempo Central encontró la ventaja que siempre buscó, pero que en todo momento le costó encontrar. El momento ideal para ir a los vestuarios y salir a jugar un partido ya bajo otras coordenadas. Un mínimo de cabeza necesitaba Central para manejar el partido y fue lo que le faltó. De otra forma no se explica la seguidilla de errores en esa jugada del arranque que terminó con el quedo de Coronel en el cabezazo goleador de Depietri. Las cosas como antes y a remarla. Todo pudo volver a ser calma de inmediato, pero Duarte nunca vio que estaba en off side mientras esperaba el pase de Di María. Por eso su centro y el gol en contra de Catalán terminó con la anulación. >>Leer más: Las polémicas en el Gigante Todo confusión y nerviosismo en el Gigante Ahí ya era todo confusión, porque a la falta de fútbol se le sumó el nerviosismo. Mientras tanto, Talleres avisaba con un remate cruzado de Rick. Más nervios hubo luego de que el VAR anulara el penal que cobró sobre Duarte. Ni siquiera el hombre de más por la expulsión de Navarro le dio al Canalla la posibilidad de acomodar sus ideas. Los cambios de Holan llegaron un poco tarde y no aportaron nada en medio de ese desconcierto que ya era el partido entre un Talleres que hacía tiempo en cada pelota y un Central que lanzó a Quintana como tercer 9. Era ir en busca del gol a como dé lugar. Un centro de aquí, otro de allá y así todo en esos minutos finales de muchísima tensión, pero también de desazón por parte de los hinchas. La búsqueda era por un premio mayor, pero a Central no le quedó ni siquiera el sabor de algún mínimo de consuelo.

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