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  • ¿Está el mundo preparado para una tormenta solar extrema?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/09/2025 14:35

    El avance tecnológico global aumenta la vulnerabilidad ante tormentas solares extremas y sus posibles consecuencias En la actualidad, la dependencia de la tecnología marca todos los ámbitos de la vida moderna. Sin embargo, las tormentas solares extremas representan uno de los mayores retos naturales para la infraestructura digital global. La comunidad científica ha confirmado que el máximo solar está en pleno desarrollo, lo que implica un aumento significativo de manchas solares, erupciones y eyecciones de masa coronal que elevan el riesgo de tormentas geomagnéticas capaces de poner en jaque servicios vitales. Lecciones del pasado: el impacto del Evento Carrington En 1859, el astrónomo Richard Carrington observó la llamarada solar que desencadenó el Evento Carrington, la tormenta geomagnética más intensa registrada. El fenómeno ocasionó fallos masivos en los sistemas de telégrafo, con estaciones incendiadas y señales transmitidas sin batería por la energía inducida. Según National Geographic, si un fenómeno similar se produjera hoy, los daños serían incalculables dada la interconexión y sofisticación de la infraestructura actual. El Evento Carrington de 1859 sirve como advertencia sobre el impacto potencial de una tormenta solar en la infraestructura moderna (NASA) Auge de la actividad solar y vulnerabilidad tecnológica Tanto la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) como la Agencia Espacial Europea (ESA) han alertado que la actividad solar se mantiene en uno de sus puntos más altos del último ciclo, con registros récord de manchas solares, erupciones y eyecciones de masa coronal. En estos periodos de máxima actividad, el campo magnético solar se reorganiza de forma violenta y lanza gigantescas eyecciones de plasma al espacio. The Guardian advierte que las redes eléctricas encabezaban la lista de sistemas vulnerables: las corrientes inducidas pueden sobrecargar transformadores, provocar apagones a gran escala y dejar a millones de personas sin acceso a servicios esenciales durante días o incluso meses. The New York Times señala que un evento severo sobre el sistema eléctrico tendría un efecto dominó devastador: la atención médica, las telecomunicaciones, el suministro de agua potable y el comercio internacional quedarían comprometidos. La recuperación podría tomar años y el costo se estima en billones de dólares. Las tormentas solares amenazan la operatividad de satélites, la navegación GPS y la seguridad de vuelos y astronautas Ejemplos recientes lo confirman: en 1989, una tormenta solar dejó sin electricidad a nueve millones de personas en Quebec y afectó partes de Estados Unidos y Europa. En tanto, en 2024, ocho eyecciones de masa coronal provocaron la tormenta solar más fuerte del siglo, con auroras visibles en España, Chile y otros países, según The Washington Post. Satélites, navegación y vuelos bajo amenaza El impacto de las tormentas solares se extiende a la atmósfera superior y el espacio. The Washington Post informa que las partículas solares dañan los circuitos electrónicos de los satélites y expanden la atmósfera superior, aumentando la fricción y forzando a los dispositivos en órbita baja a ajustar su altitud. Además, el GPS puede arrojar errores críticos, lo que afecta desde la logística y la agricultura de precisión hasta la navegación aérea. Astronautas de la Estación Espacial Internacional han debido suspender tareas exteriores para evitar la exposición. National Geographic señala que en futuras misiones lunares se prevén refugios subterráneos para casos de tormentas extremas. Durante el programa Apolo, la protección existente no habría sido suficiente ante un evento severo. Los sistemas de alerta temprana y monitoreo solar permiten anticipar riesgos, pero los márgenes de reacción siguen siendo limitados (NASA) Sistemas de alerta y protocolos: avances y desafíos La capacidad de respuesta global depende de sistemas de monitoreo y alertas tempranas. Satélites como el Deep Space Climate Observatory vigilan la actividad solar y permiten anticipar la llegada de partículas energéticas o eyecciones de masa coronal. BBC News indica que los márgenes de aviso pueden oscilar entre 15 minutos y más de un día, según la velocidad del fenómeno. Ese intervalo es crucial para que las operadoras eléctricas desarrollen medidas preventivas y eviten daños irreparables. No obstante, la complejidad de las infraestructuras críticas y la rapidez de estos eventos limitan la capacidad de reacción. Persisten riesgos debido a la ausencia de sistemas de protección globales y protocolos coordinados entre sectores. Frente a este panorama, varios países y organismos han reforzado medidas preventivas. En Estados Unidos, por ejemplo, las regulaciones federales exigen mejoras en la protección de transformadores y equipos críticos. La resiliencia tecnológica y la preparación global son claves para enfrentar el desafío de una tormenta solar severa (AP) Conciencia social: el desafío pendiente A pesar del avance en las alertas, la conciencia y preparación de la sociedad continúa siendo limitada. La mayoría desconoce la escala de tormentas geomagnéticas —de G1 a G5 según su severidad—, lo que incrementa la vulnerabilidad. The New York Times subraya que sectores clave, como la agricultura, el transporte o la gestión de emergencias, podrían minimizar el impacto solo si cuentan con protocolos precisos y formación adecuada. Con la actividad solar en niveles máximos y la amenaza latente de eventos extremos, la humanidad enfrenta un desafío estratégico ineludible. La resiliencia colectiva ante una tormenta solar de gran magnitud determinará si la civilización mantiene su funcionamiento o queda expuesta a un retroceso tecnológico sin precedentes.

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