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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/09/2025 14:30
Según los especialistas, los hogares reducen la cantidad de productos y reemplazan primeras marcas por bienes considerados “inferiores" (Foto: Freepik) En los últimos años, la reducción del poder adquisitivo impulsó el crecimiento de las segundas marcas, el uso de clubs de beneficios y la búsqueda de alternativas como las compras transfronterizas, configurando lo que se identifica como la “clase media low cost”. Economistas consultados por Infobae sostienen que el consumidor se adaptó a una realidad marcada por la inflación de los últimos años, las elevadas tasas de interés y la inestabilidad cambiaria. Advierten, no obstante, que los comportamientos evolucionan y que ante la incertidumbre y la suba del dólar, emergen nuevas tendencias que ya influyen en las decisiones de compra de los hogares. Consumo y avance de las segundas marcas El economista Raúl Mercau, contó que el fenómeno de las segundas marcas se explica desde la microeconomía clásica: “La teoría de la demanda indica que la compra depende del precio, de los bienes sustitutos y complementarios, de los gustos, del ingreso y de las expectativas de precios futuros. Las segundas marcas entran en la categoría de bienes inferiores, aquellos cuya demanda aumenta cuando los ingresos bajan”, explicó. Las segundas marcas entran en la categoría de bienes inferiores, aquellos cuya demanda aumenta cuando los ingresos bajan (Mercau) Según Mercau, la caída del poder adquisitivo condujo a muchas familias a reemplazar productos tradicionales por alternativas más baratas. “Si los ingresos suben, el consumidor tiende a volver a las primeras marcas, pero mientras eso no ocurra, las segundas marcas avanzan”, afirmó. Los consumidores dejaron de acumular y compran lo justo para reponer (Imagen Ilustrativa Infobae) El especialista recordó que en la década de 1990 se observó un fenómeno similar, cuando en momentos de crisis las ventas de supermercados de primeras marcas caían y crecían las de cadenas más económicas. “Hoy se repite lo mismo: quienes antes llenaban el changuito con productos líderes, ahora recurren a marcas alternativas o reducen la cantidad de artículos que compran”, sostuvo. Mercau subrayó que la recuperación de los salarios será determinante para definir el rumbo del consumo. “Los ingresos del sector privado formal muestran algún repunte, mientras que en el sector público el atraso es mayor. Esa dispersión hace que el regreso a las primeras marcas no sea homogéneo”, aseveró. Cambios de tendencia: stocks y reposición Damián Di Pace, analista económico y director de Focus Market, advirtió que se produjo un cambio clave en el comportamiento de los consumidores: “Durante mucho tiempo la estrategia fue estoquear productos para cubrirse de la inflación. Hoy, en cambio, predomina la reposicón inmediata: la gente compra lo justo para reponer, porque el ingreso no alcanza para llenar el carrito”, explicó. Se adquiere poco y se aprovechan promociones (Di Pace) El movimiento del dólar en las últimas semanas profundizó esta tendencia. Según Di Pace, mientras los precios en góndola no reflejen nuevos aumentos, las familias seguirán privilegiando la reposición. “Si los precios de los bienes superan el ritmo de los ingresos, reaparecerá el anticipo de compras como reserva de valor. Pero por ahora, la estrategia es diferente: se adquiere poco y se aprovechan promociones”, precisó. Las ofertas y 2x1 permiten que las primeras marcas compitan en precio con segundas líneas en góndola (Imagen ilustrativa Infobae) Di Pace también resaltó un fenómeno particular: en algunos rubros, las primeras marcas se acercaron en precio a las segundas gracias a descuentos, ofertas y excedente de stock. “Antes la diferencia entre una gaseosa líder y otra alternativa era de más de 2.000 pesos. Hoy, con promociones, la brecha se achicó y muchos consumidores vuelven a elegir la primera marca”, ejemplificó. Este cambio de tendencia impacta directamente en supermercados y mayoristas. “Hasta los mayoristas registran caída de ventas. El freno en la actividad económica es fuerte y no hay espacio para el estoqueo masivo que caracterizó a otros momentos de crisis”, resumió el analista económico. Frontera y compras en Chile Durante los últimos dos años, las compras en Chile sirvieron como válvula de escape para miles de argentinos, especialmente en provincias fronterizas. Electrodomésticos, ropa, alimentos y artículos de limpieza figuraban entre los productos más buscados en Los Andes y Santiago. Sin embargo, Damián Di Pace advirtió que este hábito empieza a modificarse. “Con el ajuste cambiario, los precios en dólares de Argentina quedaron por debajo de los de Chile, Brasil y Paraguay. Esto cambia el escenario: el costo de viajar ya no compensa la diferencia, y podría presentarse el fenómeno opuesto, con extranjeros comprando en Argentina”, analizó. Con el nuevo tipo de cambio, la diferencia de precios se redujo y deja de ser conveniente cruzar la frontera La importación hormiga de productos chinos a través de plataformas virtuales también perdió atractivo: el cambio no favorece su rentabilidad. “Ese canal, que sirvió como ajuste para el bolsillo argentino, desaparece”, afirmó Di Pace. Cómo estirar el sueldo Más allá de las fronteras, las familias argentinas desarrollaron un abanico de estrategias para sostener su nivel de vida. Raúl Mercau identifica tres conductas frecuentes: Recurrir a segundas marcas. Reducir el tamaño del carrito y priorizar productos básicos. Atrasar el pago de algunos servicios para privilegiar el consumo inmediato. A esas prácticas se suman los clubs de beneficios y las promociones bancarias. Di Pace resalta que el consumidor se acostumbró a esperar el día del descuento. “Los programas 2x1, 3x2 y los acuerdos con bancos marcan la diferencia. En muchos casos, permiten que una primera marca compita con una segunda en precio”, detalló. El uso de billeteras digitales y cuentas remuneradas también se consolidó. “Hoy el consumidor evalúa la tasa de interés de un plazo fijo o de una cuenta remunerada para decidir si conviene ahorrar en pesos o adelantar gasto en bienes”, agregó Di Pace. Expectativas y consumo futuro Los economistas coinciden en que la evolución del consumo en los próximos meses dependerá de la variación de los salarios, la inflación y el crédito. Para Mercau, “el consumo agregado está correlacionado con el nivel de ingresos y de actividad. La incertidumbre y las altas tasas de interés atentan contra la recuperación. Las empresas enfrentan costos financieros más altos y eso limita la producción y el empleo”. El derrumbe de los préstamos limita la compra de bienes durables y obliga a recurrir a financiamiento informal más costoso (Foto: BBVA) Damián Di Pace que el crédito privado -clave para la compra de bienes durables como autos, motos y electrodomésticos- se desplomó. “El crédito era el gran motor del consumo. Hoy, con tasas elevadas y menor financiamiento, el acceso a bienes de mayor valor se restringió. Incluso crece el recurso a préstamos informales, con costos mucho más altos, lo que erosiona la capacidad de consumo futuro”, explicó. La clase media low cost refleja una adaptación forzada a un contexto de ingresos deteriorados, inflación alta y crédito restringido (Vargas) Por su parte, José Vargas, economista y director de Evaluecon, explicó que la clase media low cost refleja una adaptación forzada a un contexto de ingresos deteriorados, inflación alta y crédito restringido. “Segundas marcas, reposición en lugar de estoqueo, compras puntuales en Chile y un uso intensivo de descuentos y programas de beneficios componen el nuevo mapa del consumo”, subrayó Vargas. El economista agregó que “Los cambios de tendencia marcan que las estrategias no son estáticas: lo que funcionaba hace meses -estoquear, comprar afuera o importar en pequeñas cantidades- hoy perdió sentido. El consumidor ajusta sobre la marcha y redefine sus decisiones en función del ingreso disponible, los precios relativos y las expectativas sobre el dólar y la inflación”. Lejos de tratarse de un fenómeno pasajero, los economistas coinciden en que esta nueva modalidad de consumo persistirá en tanto no se consolide una recuperación continuada de los salarios reales.
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