20/09/2025 17:29
20/09/2025 17:27
20/09/2025 17:25
20/09/2025 17:24
20/09/2025 17:23
20/09/2025 17:22
20/09/2025 17:21
20/09/2025 17:21
20/09/2025 17:21
20/09/2025 17:20
» Diario Cordoba
Fecha: 20/09/2025 15:51
El conjunto histórico de Córdoba dispone desde esta semana de un nuevo plan de gestión, una herramienta que exige la Unesco a todos los bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial para la ejecución efectiva de las labores de conocimiento, preservación y difusión de sus valores universales excepcionales. El documento, que se remitirá ahora al Ministerio de Cultura, aborda las principales amenazas a las que se enfrenta el casco (movilidad, despoblación, masificación turística o cambio climático) y establece 64 acciones en el horizonte de la Córdoba de 2050, que buscan revitalizar el área más singular y sensible de la capital cordobesa y que alberga, además, la joya de la corona: la Mezquita-Catedral. El documento incorpora medidas para la prevención de riesgos en el área protegida, la mejora de la calidad urbana y ambiental, el fomento de la participación ciudadana y la cooperación institucional, o la promoción de la investigación, la educación y la difusión del patrimonio. Estos objetivos se concretan en propuestas tan dispares como la elaboración de un plan de rehabilitación de edificios y desarrollo de solares destinados a vivienda; la creación de un plan de atención, inclusión y asistencia a las personas mayores del casco; el impulso a un sistema de transporte público entre la Mezquita-Catedral y Medina Azahara el fortalecimiento del sector artesanal y artístico o el impulso de la gastronomía andalusí; o el diseño de un plan de descontaminación y minimización de impactos visuales y sonoros que atenazan las serpenteantes callejas del casco. «Es un instrumento estratégico, participativo y vivo que permite asegurar el futuro del patrimonio» La delegada de Centro Histórico, Lourdes Morales, asegura que el equipo de gobierno ha hecho «una apuesta muy importante en gestión patrimonial» con la puesta en marcha de este plan, «un instrumento estratégico, participativo, dinámico y vivo que permite asegurar el futuro del patrimonio de la ciudad, además de ser una oportunidad de mejora continua para hacer la vida más fácil de todos los cordobeses y de todos los que nos visitan», sostiene. Frente a esta visión optimista, algunos se muestran más escépticos respecto al documento. «Estamos sobrepasados de diagnósticos y planes y faltos de actuaciones. Por tanto, lo valoraremos cuando se aplique», afirma rotundo Juan Andrés de Gracia, presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, que de entrada apunta a que la participación «no ha sido suficiente» y dirige sus dudas hacia «el recorte que la Gerencia de Urbanismo le hizo al documento original». El plan de gestión que se ha aprobado de manera definitiva se basa en el estudio previo que redactó la UTE Patrimonio Vivo y se ha ido alimentando de múltiples acotaciones. Dos turistas consultan un mapa. / Manuel Murillo En todo caso, el presidente del CMC dice que concluirá sobre la utilidad o no del documento en base a que logre poner fin «al abuso» del uso del casco para actividades turísticas y hosteleras, que incremente la población, atraiga más inversiones o recupere las decenas de solares en ruina. «¿El plan va a dar a los habitantes del casco los equipamientos necesarios (como el acceso a nuevas tecnologías o la instalación de placas solares) o va a ser un argumento para negar la calidad de vida que hay que tener en el casco?», cuestiona De Gracia. Entre las recomendaciones que el equipo de gobierno incorporó al documento inicial están las que hizo en su momento la Comisión de Patrimonio de la Consejería de Cultura, si bien no se incluyó la totalidad de las mismas. De este modo, se atendió, principalmente, la petición de establecer mecanismos de coordinación entre los agentes implicados en la gestión, especialmente respecto a los gestores de la Mezquita-Catedral, el Cabildo, creando un organismo de coordinación y concretando quiénes serán sus integrantes. Un artista callejero toca la guitarra en la Mezquita. / Manuel Murillo La lógica subyacente a la creación de ese órgano es que de cara a la Unesco no existen dos bienes Patrimonio Mundial, Mezquita-Catedral y Centro Histórico de Córdoba, sino un único bien, que tuvo como núcleo originario el primero y que en el año 1994 se amplió hasta las 80 hectáreas que están protegidas hoy. Por cierto, el plan de gestión aprobado por el PP amplía -a petición del Consejo Social en su dictamen sobre el documento- su radio de acción a las 320 hectáreas que abarca todo el conjunto histórico de la ciudad. Por eso, y dado que la Unesco exige un plan de gestión único, la Junta pedía también al Ayuntamiento integrar dentro de este plan de gestión el plan director de la Mezquita-Catedral o una síntesis del mismo. Eso, precisamente, es lo que les ha vuelto a reclamar esta semana al equipo de gobierno el portavoz del PSOE, Antonio Hurtado. Además, el edil socialista lamentó que, pese a la petición de la Junta, no se haya incorporado un plan de regulación del uso de los espacios públicos para evitar la saturación de eventos en el casco. La Mezquita-Catedral y 80 hectáreas del conjunto histórico de Córdoba disponen de un nuevo documento para hacer frente a las amenazas de aquí a 2050 La Junta ahondó ya en esa necesidad en la que, a su juicio, no se había profundizado lo suficiente: «Teniendo en cuenta la multitud de eventos que se organizan (de manera puntual o recurrente) en el conjunto histórico, debería plantearse como acción específica un plan de regulación del uso de los espacios públicos: capacidad de acogida, eventos admisibles, guía de uso de cada espacio, características de las construcciones e instalaciones efímeras». Una pareja pasea por las calles de la Judería de Córdoba. / Manuel Murillo Por contra, la delegada de Centro Histórico, Lourdes Morales, destaca algo que sí se ha incluido en el documento final y que también solicitó la administración andaluza respecto al impacto visual del cableado por fachadas y cruces aéreos de la zona. Cultura aconsejó incluir una acción específica para cada uno de estos elementos, es decir, un plan de descontaminación y minimización de impactos visuales, sonoros y de partículas, porque (recordaban) la contaminación visual afecta a todo el casco, especialmente al entorno de la Mezquita-Catedral, pero «va más allá del cableado aéreo». De este modo, el Ayuntamiento se ha avenido a segregar en tres planes diferenciados la descontaminación. En última instancia, el Consejo Social pidió que el plan de gestión incluyera una tabla con las 64 acciones propuestas, donde se expresase por anualidades presupuestarias la realización de dichas acciones y el compromiso presupuestario año a año, algo que no se ha incluido, ya que el documento no valora económicamente ninguna de sus medidas. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original