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Fecha: 17/09/2025 01:12
El reconocido ingeniero agrónomo y referente internacional en genética vegetal volcó su pasión en un nuevo proyecto: una finca y bodega en su campo familiar de Oliveros. Con vinos propios y un plan de enoturismo, Ferrarotti suma un capítulo único a su trayectoria científica y empresarial. En el corazón de Oliveros, localidad santafesina de tradición agrícola y ganadera, un nuevo horizonte comienza a dibujarse entre hileras de viñas. Allí, en el campo familiar donde se crió, Julio Ferrarotti –ingeniero agrónomo, magíster en mejoramiento genético de plantas, consultor internacional y referente en la creación de variedades de soja– decidió dar vida a un sueño largamente acariciado: elaborar un vino santafesino. “Todo proyecto arranca con un sueño, y yo tenía el de elaborar vino aquí, en mi provincia”, explica Ferrarotti, quien en 2021 plantó las primeras vides en el establecimiento Las Gauchitas, la finca que heredó de su abuelo. El proyecto rápidamente dejó de ser una aventura en soledad: dos amigos, Fernando y Omar Salvaña, se sumaron a la iniciativa. Junto a ellos nació el viñedo, la bodega y un plan de enoturismo que incluye un bistró para recibir visitantes. Hoy, con unas 550 plantas distribuidas en espaldera y parral, Las Gauchitas ya produjo su primer vino 100% propio: un blend de Cabernet Franc (70%) y Malbec (30%), bautizado con ironía “Abstemio”. A este se suman otras etiquetas, desarrolladas en conjunto con una bodega cordobesa, que llevan nombres inspirados en juegos infantiles: Valero (Pinot Noir), Trompo (Cabernet Franc) y Columpio (Ancellotta, reserva prevista para 2026). La bodega también incursionó en la elaboración de vermut artesanal, un guiño a la pasión de Ferrarotti por la licorería. La primera edición limitada se agotó rápidamente y promete convertirse en una línea estable. Con capacidad instalada para 3.000 litros, el establecimiento produjo este año unas 600 botellas propias y mil en convenio con Córdoba, con la expectativa de duplicar volúmenes en la próxima cosecha. “La idea es crecer paso a paso, pero con calidad”, asegura el flamante bodeguero, quien trabaja codo a codo con el enólogo Ignacio Ciancio. El nombre Las Gauchitas remite a una historia familiar: el campo fue bautizado así en honor a las hijas pequeñas de los primeros dueños, que jugaban vestidas de bombacha y alpargatas cuando acompañaban a sus padres. La presentación en sociedad de la bodega será el próximo 8 de noviembre, con un recorrido por los viñedos, degustación de varietales y un menú maridado de tres pasos en el bistró. “Será una jornada para compartir lo que venimos construyendo con tanta pasión”, adelanta Ferrarotti. De la genética de la soja al vino santafesino, la trayectoria de Julio Ferrarotti suma así un capítulo inesperado pero fiel a su historia: la de innovar, crear y abrir caminos donde pocos se animan.
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