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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/09/2025 14:32
Israel atacó a la cúpula terrorista de Hamas en Doha, Qatar (REUTERS/Ibraheem Abu Mustafa) La verdad es que pudo haber sido antes, por lo que no se justifica la sorpresa con la que algunos analistas recibieron esta acción, ya que la actitud de Israel ha cambiado después de la invasión de Hamas y la captura de rehenes. No es solo Netanyahu, sino política de Estado, además, la eliminación de Hamas y que el 7-X no se repita, sigue teniendo apoyo mayoritario, incluso entre los reservistas, a pesar de las masivas y comprensibles manifestaciones convocadas por quienes desean el retiro de Gaza a cambio de la devolución de los secuestrados. Aunque a veces el veto estadounidense limita y condiciona, hay fuerzas que promueven el predominio de las “líneas rojas” de Israel, es decir, conductas inaceptables que merecen automáticamente una respuesta, como, por ejemplo, que no habrá impunidad para el terrorismo. En esta ocasión, hubo un atentado el día anterior, personas comunes, incluyendo rabinos, fueron asesinadas en Jerusalén, tal como fue reconocido por una declaración oficial de Hamas. Esa decisión fue tomada a un alto nivel, es decir, el liderazgo máximo, que hoy está en Doha, capital de Qatar. Por lo demás, puede hacerlo, ya que después de la derrota de Irán, Israel posee total superioridad aérea en el Medio Oriente, incluso sobre Turquía, en caso de un posible enfrentamiento, por ejemplo, en Siria. Además, si algo caracteriza a Qatar es su ambigüedad, toda vez que después de Irán, es hoy y lo ha sido por algún tiempo, el principal financista de Hamas, además de servir de sede a sucesivos liderazgos que se han instalado allí. Ello no debiera sorprender, toda vez que, junto a Turquía, dentro de las divisiones del mundo musulmán, hoy Qatar es el otro gobierno que en el Medio Oriente es tributario de la Hermandad Musulmana, movimiento madre, nacido en Egipto en el siglo XX, del cual se deriva el propio Hamas y cuyo primer líder fue colgado por Gamal Abdel Nasser. La expansión de esas ideas también condujo a que Qatar sea uno de los grandes contribuyentes de las universidades de élite estadounidenses, y por esa vía influyó en el antisemitismo que tuvo lugar en esos recintos el año 2024, tal como ha quedado de manifiesto en los juicios seguidos en EEUU, donde esas universidades han tenido que pagar cuantiosas multas por conductas discriminatorias que han violado la ley. Qatar ha sido muy hábil en tres acciones, primero, servir de sede, desde la década del 90, a la principal base militar de EEUU en el Medio Oriente, segundo, tener una relación estrecha con la administración Trump incluyendo la donación (o préstamo prolongado) de un avión de propiedad del propio Emir para transporte del presidente de EEUU, pero sobre todo, en tercer lugar, destaca el rol de intermediario que le ha dado fama internacional, tanto que la mediación ha sido incorporada a la constitución del país. De ahí el protagonismo en el tema de los rehenes, ya que ni siquiera los servicios de inteligencia de Egipto tienen igual acceso a Hamas, toda vez que Doha sigue aportando el dinero para los sueldos de aquellos funcionarios que hacen funcionar al aparato estatal todavía en sus manos en Gaza. Por lo tanto, Qatar ha podido ser socio de EEUU y al mismo tiempo comprar paz con los violentos, nada original, sino siguiendo un esquema que en el pasado le dio resultados a Arabia Saudita con facciones de la OLP, en tiempos anteriores al heredero y rey regente, príncipe Mohamed bin Salman, cuando el reino impulsaba el credo islámico llamado wahabismo, el cual aún predomina en Qatar. Netanyahu estuvo este domingo con Marco Rubio en el Muro de los Lamentos (REUTERS/Ronen Zvulun) De hecho, hace años Qatar se acercó a Irán con quien ha establecido una importante alianza en un tema de mutuo interés, el gas, lo que lo llevó a alejarse de la órbita de Arabia Saudita, y lo hizo con tanto éxito que ha podido sobrevivir sin problemas a este distanciamiento muy público, como también le dio apoyo diplomático a los hutíes, cuando su principal enfrentamiento era con el reino saudita, y no con Israel como lo es hoy. En todo caso, hoy están superadas las diferencias con Arabia Saudita, que en algún momento llegaron incluso a manifestarse al interior de la Premier League, dado que eran propietarios de clubes distintos. No es que Israel no hubiese querido atacar antes, sino que por años no lo hizo por la total oposición de EEUU, incluyendo el primer gobierno de Trump, pero como lo indicamos al inicio, hoy Israel se sacó los guantes, y cada vez que puede no avisa ni pide permiso, aunque aparentemente, en esta oportunidad no se consiguieron los objetivos, ya que según Hamas, entre los sobrevivientes estaría Khalil al Hayyes, el negociador principal, no así su hijo junto a cinco militantes y un guardia catarí. Y para que quedara claro donde estaban los sentimientos de Doha, el propio Emir Tamim bin Hamad Al Thani asistió a la ceremonia fúnebre del hijo, reforzando su cercanía y la de su gobierno, marcando distancia con la actitud que ha tenido Arabia Saudita, por lo demás, razón adicional para pensar que este ataque no va a afectar su acercamiento con Israel, aunque todo indica que no habrá un acuerdo abierto, mientras no exista algún gesto israelí relativo a un Estado palestino. El ataque a Doha se planificó pensando en Riad, ya que los aviones israelíes despacharon sus misiles antes de penetrar a territorio saudita o de los emiratos en su trayecto hacia Qatar. La declaración oficial del ejército dice que fue un “bombardeo de precisión” contra la “cúpula de la organización terrorista”, aunque se fracasara en eliminar a los más importantes. Por su parte, quien se declaró responsable de que se hiciera sin aprobación estadounidense fue Netanyahu, agregando después que “los jefes de Hamas que viven en Qatar no se preocupan de la gente de Gaza además de bloquear los intentos de cese del fuego para prolongar la guerra indefinidamente”. Como este tipo de decisiones no son personales sino de Estado, siempre la política oficial ha sido responsabilizar a quienes le causen daño a Israel o atacan a israelíes, judíos o no judíos, tal como ha quedado en claro cuando se ingresó a Siria, entre otros motivos, para detener una masacre de drusos, a petición de sus familiares que viven en Israel. Por lo demás, lo que está ocurriendo con la difusión de las muertes de todos aquellos que participaron en el 7-X, no ha sido distinto a lo que hizo Golda Meir cuando formó un escuadrón especial para perseguir a todos aquellos que ordenaron el ataque a atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich 72, política que es lo suficientemente antigua y consistente, para que en lo disuasivo haya funcionado de tal manera que Israel no fue blanco de ataques de ISIS o Al Qaeda. Son decisiones de Estado que no van a cambiar si Netanyahu se aleja o es alejado del poder, aunque declaraciones sobre aumento de los asentamientos en nada ayudan y, por el contrario, perjudican la causa de la paz al igual que declaraciones incendiarias de algunos ministros. Pero como siempre la realidad no es solo en blanco y negro, ya que en el pasado, muchas veces Israel ha sido criticado fuertemente por sus políticas, pero después es imitado, tal como ocurrió cuando en la década del 70, fue el primero en actuar contra el secuestro aéreo, tal como quedó claro cuando un avión de pasajeros fue asaltado exitosamente después de haber sido tomado por terroristas (entre los comandos participó Ehud Barak, futuro primer ministro), situaciones que fueron frecuentes, hasta que Israel les pusiera fin con el recordado rescate de Entebbe, Uganda, el 4 de julio de 1976, para lo cual tuvieron que desplazarse miles de kilómetros. Los terroristas de Hamas confirmaron que el jefe de su delegación negociadora sobrevivió a los ataques israelíes en Qatar Al respecto, creo que uno de los errores que cometen los grandes medios de comunicación internacionales, es analizar esta guerra con ojos occidentales, lo que los lleva a cometer errores que no existen en algunos prestigiosos medios de comunicación árabes, ya que entienden a los Hamas de este mundo, por haberlos sufrido, razón por la que grupos similares han sido prohibidos en varios países sunitas. Pueden opinar con muchas descalificaciones de Israel, sus políticas y sus dirigentes, pero con Hamas no se equivocan, ni se tragan sus cifras falsas de víctimas ni las producciones cinematográficas o simplemente exageradas de hambrunas, que si se reservan para Sudán. En verdad ellos entienden mejor porque lucha, que lo motiva y que caracteriza a Hamas, y que su prioridad no es un Estado palestino, sino la Yihad. Otras veces es Israel el que se ha equivocado, como ocurrió hace años en Jordania cuando sus agentes fueron descubiertos después de intentar eliminar a través del veneno a un dirigente palestino, viéndose obligado el gobierno a enviar el antídoto. Años después, fueron identificados agentes del Mosad que intentaron operar una misión en un hotel de los Emiratos, sin embargo, en esas situaciones, los gobiernos árabes tuvieron la disposición para que una salida fuera encontrada, voluntad de la cual al parecer hoy se carece en varios países europeos, lo que me reafirma que el futuro de Israel está en una alianza con los países árabes sunitas, incluyendo su participación activa en el futuro de Gaza, alejándose del antisemitismo que parece haber regresado a las calles europeas, aunque Israel esté hoy también alejado de Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Al respecto, me cuento entre quienes creen en la importancia de un ingreso de Arabia Saudita a los Pactos de Abraham, si bien estoy convencido que hacerlo abiertamente está condicionado a un futuro Estado palestino, por mucho que Israel no lo acepte hoy, pero el mundo árabe parece estar en una actitud mucho más positiva que la Unión Europea, cuya política oficial hacia Israel parece repetir los errores que en ese sentido cometiera la desaparecida URSS. Sin duda que el ataque de Israel no gustó al presidente Trump, siendo Qatar “amigo y aliado”, aunque se matizó esa afirmación cuando se agregó que no era contra ese país, sino contra los terroristas que allí vivían. En todo caso, poco gustó haber sido informado con tardanza, solo en el momento mismo que los misiles fueron disparados, y a través del Pentágono y no por llamado directo a la Casa Blanca, dada la cercanía personal que tuvieron Netanyahu y Trump para Irán. Es posible que, si ello no ocurrió, fue quizás para que los aviones no fueran obligados a regresar, tal como ocurrió camino a Irán después del bombardeo estadounidense, ya que, en palabras de Trump, al actuar así le “salvó la vida a Jameini”, lo cual es probablemente cierto, dada la información que sobre los líderes máximos de Irán disponía el Mosad en esos días. En todo caso, al tenor de las declaraciones desafiantes de los ayatolas, todo apunta a que Israel volverá a atacar en el futuro cercano. A pesar de la importancia del imprescindible apoyo estadounidense, Israel siempre ha intentado actuar con independencia. En ello influye que no hay bases de EEUU como tampoco nunca ha requerido ni pedido soldados estadounidenses en su territorio. De hecho, todo el proceso de toma de decisiones de Israel siempre ha actuado en consonancia a lo que Kissinger dijo varias veces, que tan malo como estar en contra de EEUU era depender de ese país, haciendo alusión a los cambios a veces bruscos de Washington y cómo influye la política interna en temas internacionales. De hecho, la importancia del suministro de armas y municiones de ese origen es un fenómeno posterior a 1967 y al estatus adquirido por Israel después de su triunfo sobre los vecinos árabes en esa guerra, sobre todo, por la contundencia demostrada, guerra donde Israel triunfó con aviones franceses Mirage, y donde una de sus primeras acciones fue el bombardeo desde el aire del Liberty, barco espía de EEUU, tanto que los familiares de los marineros muertos fueron después compensados monetariamente por Israel. Tras el ataque de Israel contra la cúpula de Hamas en Doha, Trump dijo que Qatar es "amigo y aliado" de EEUU En todo caso, la reacción de EEUU al bombardeo a Qatar, ha sido distinta a la hipocresía internacional que critica que la cúpula de Hamas haya sido atacada, pero con poca o ninguna referencia al ataque terrorista que lo provocó, toda vez que en Doha ninguno era inocente, reproduciéndose algo que se repite en políticos europeos y en la gran prensa internacional, donde rara vez hay presión sobre Hamas, quien es presentado como si fuera un actor racional, y la culpabilidad siempre es solo para Israel, incluyendo la criminalización automática de sus líderes. Era esperable la reacción indignada de Qatar por la violación de su soberanía, pero en general, la respuesta de las naciones árabes ha sido más comprensiva de Israel que la de muchos países europeos, ya que de Egipto a los Emiratos se han limitado a declaraciones, dejando el lenguaje más duro a la Liga Árabe, sin agregar las amenazas que han abundado en Europa. Ello ha sido así durante esta guerra, a no ser que la reunión convocada por Qatar para este lunes acuerde algo inesperado que vaya más allá de las habituales advertencias para que estos ataques no se repitan. Por su parte, EEUU ha retomado un rol activo, y el sábado 13 Trump almorzó con el primer ministro de Qatar, día en que Marco Rubio viajó a Israel para una visita de varios días, diciendo que el ataque israelí “no afectará la relación con EEUU” y que las prioridades no han cambiado: “impedir que Hamas recupere el control de Gaza y lograr la liberación de los rehenes”, lo que siempre es oportuno, ya que se ha ido olvidando que la guerra fue iniciada por Hamas, y quizás la terrible destrucción de Gaza ya hubiese terminado si los rehenes hubiesen sido devueltos. Estoy seguro de que el rol de Qatar no se alterará, ya que es esta mediación lo que le da un fuerte protagonismo a su política exterior. En todo caso, diferente a un adversario de los Hermanos Musulmanes como Egipto, aunque no el único, objetivo importante de Qatar ha sido siempre la supervivencia de Hamas, diferencias básicas que en general se escapan a algunos comunicadores y analistas, sobre todo, a aquellos que analizan el mundo en términos de “buenos” y “malos”. Esa es la realidad, una que es aceptada por Israel, ya que Qatar es hoy la mejor y a veces la única vía para que los mensajes lleguen directamente a quienes mandan en Hamas, situación cambiante durante la guerra, incluso en la ubicación física de sus dirigentes máximos, hoy en Doha. En general, aunque critiquen, los medios de comunicación de alcance global entienden que las grandes potencias defiendan sus intereses, pero les cuesta mucho aceptar que un pequeño país como Israel haga lo mismo. Además, al igual que Hamas en lo suyo, Qatar tuvo éxito en que se aceptara el relato que eran ellos los que estaban intentando cumplir con la oferta de paz de Trump y que era Israel el que estaba en contra, cuando los hechos demostraban que Israel había aceptado la última propuesta de cese del fuego, mientras que Hamas la rechazaba. En sentido similar, desapercibidas pasan decisiones de la Corte Suprema de Israel como, por ejemplo, obligar al gobierno a mejorar la alimentación de los presos palestinos, sobre todo, si se la compara con la indiferencia de la Cruz Roja Internacional hacia el trato dado a los rehenes. Mi impresión es que nada catastrófico pasará con el buen momento que viven las relaciones entre Israel y los países árabes sunitas como tampoco será el fin de los Pactos de Abraham o que los rehenes hayan sido condenados por el bombardeo, a no ser que algo inesperado se acuerde más allá de solo advertencias en la reunión convocada el lunes por Qatar. Quizás, en definitiva, se repetirá lo de otras guerras de Israel, que son estudiadas por largo tiempo en las Academias militares a través del mundo. Por ejemplo, en Chile, aunque nunca se me invitó a discutir el tema, siempre me llamó la atención que en la del Ejército, por su influencia en los escenarios bélicos del país con sus vecinos, se seguía con mayor detalle lo que allí pasaba que en el Ministerio de Relaciones Exteriores o en las universidades. Si hay consecuencias, serán de corto plazo en el caso de la Casa Blanca. Europa aquí es poco relevante, al igual que la ONU, por mucho que, por extraña ocasión, se hubiese acordado una declaración unánime del Consejo de Seguridad, donde a cambio de la firma de EEUU no se nombra a Israel. Creo, eso sí, que si hay una consecuencia puede ser algo inesperado para muchos, que, para mantener su importancia en el nuevo escenario internacional, el Emir va a tener que tomar decisiones en torno a que el liderazgo de Hamas siga residiendo en Doha, quizás ayudado que por razones de seguridad deban ahora moverse hacia Turquía, toda vez que si algo demostró Israel, fue que ya no operaba algo tan dudoso como que existiría un brazo “militar” de Hamas en Gaza y otro “político” en Doha, cuando en realidad son uno solo. -Máster y PhD en Ciencia Política (U. de Essex), Licenciado en Derecho (U. de Barcelona), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)
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