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» Comercio y Justicia
Fecha: 10/09/2025 06:40
Por Sergio Castelli (*) e Irene Rivarola (**) El pasado 28 de agosto, Buenos Aires fue sede de un encuentro trascendental para el futuro de la propiedad intelectual en la región. Bajo la organización conjunta de la Federación Internacional de Agentes de la Propiedad Industrial (FICPI, sección Argentina), la Asociación Argentina de Agentes de Propiedad Industrial (AAAPI) y el grupo argentino de la Asociación Internacional para la Protección de la Propiedad Intelectual (AIPPI), se llevó a cabo un seminario híbrido en el que convergieron funcionarios, profesionales y académicos para debatir el impacto de la inteligencia artificial en el ámbito público y privado de la propiedad intelectual. La jornada, que contó con la presencia del titular del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), reunió a un nutrido grupo de asistentes presenciales y virtuales. La apertura estuvo a cargo de Gastón Richelet, presidente de AAAPI, quien destacó la relevancia del encuentro como espacio de diálogo plural en un contexto en el que la tecnología redefine las bases del derecho de autor, las marcas y las patentes. En representación de AIPPI Argentina, Graciela Pérez de Inzaurraga presentó los temas estratégicos en discusión a nivel internacional, licencias obligatorias en patentes, agotamiento de derechos de marca, compensación por daños derivados de medidas cautelares revocadas y, de manera central, los desafíos que plantea la autoría y titularidad de obras generadas por inteligencia artificial. A su vez, Pedro Breuer-Moreno y el propio Richelet profundizaron en los debates sobre agotamiento y responsabilidad civil, aportando la mirada regional a problemas de alcance global. El eje más esperado llegó con la exposición de Carlos Gallo, presidente del INPI. En un año con récord de solicitudes de marcas, Gallo explicó cómo se están implementando herramientas de IA para la clasificación y búsqueda de antecedentes en materia de patentes y marcas. Aclaró, no obstante, que estas soluciones tecnológicas operan como apoyo y nunca sustituyen la revisión de los examinadores, quienes mantienen la decisión final en cada trámite. También adelantó que se estudia la incorporación de IA en la gestión de oposiciones, con la finalidad de agilizar procesos que suelen ser complejos y extensos. El cierre estuvo en manos de FICPI, a través de un panel conformado por Martín Bensadón y Louis-Pierre Gravelle. Este último, proveniente de la sección canadiense, subrayó que la IA no sólo transformará el quehacer de las oficinas públicas, sino también la dinámica de los estudios jurídicos. Enumeró usos concretos como la automatización de tareas administrativas, la mejora en los sistemas de facturación y cobranzas, el diseño de herramientas de interacción con clientes y la planificación estratégica de recursos humanos. Gravelle insistió, sin embargo, en que el despliegue de estas herramientas debe estar acompañado de salvaguardas claras como pruebas piloto rigurosas, actualización constante, validación de las fuentes de información, supervisión humana y programas de capacitación continua para los profesionales involucrados. La IA, sostuvo, debe ser entendida como un aliado que potencia la eficiencia, pero nunca como un reemplazo de la pericia jurídica y técnica que exige la propiedad intelectual. El seminario dejó en evidencia que la IA se perfila como una herramienta clave para enfrentar los desafíos de gestión en las oficinas de propiedad intelectual, al tiempo que redefine la práctica profesional privada. Los participantes coincidieron en que los beneficios de la IA sólo serán sostenibles en la medida en que se garantice transparencia, control humano y respeto por los principios fundamentales del derecho de la propiedad intelectual. En definitiva, la jornada del 28 de agosto marcó un hito en la agenda regional, consolidando a Buenos Aires como un espacio de reflexión y debate sobre el futuro de la propiedad intelectual en la era digital. La inteligencia artificial ya no es un horizonte lejano: es un presente que interpela al derecho y obliga a repensar sus categorías tradicionales. (*) Agente de la Propiedad Industrial (**) Abogada
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