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  • La increíble maquinaria de Antiquythera

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 07/09/2025 06:46

    Cuando hablamos de la máquina de Antikythera estamos haciendo referencia a aquello que en el argot de lo extraño se conoce como ooparts, es decir objetos fuera de tiempo. Pero veamos qué fue lo que realmente sucedió: Fue en el 1900 que, cuando por casualidad, como suelen ser los grandes descubrimientos, un grupo de buceadores griegos, que estaba sacando esponjas de la costa griega, descubrió un extraño aparato metálico que no supieron para qué servía. El lugar del hallazgo se encontraba frente a la pequeña isla griega de Antikythera. Luego, con mejores medios y tiempo, se supo que el artefacto formaba parte de un cúmulo de tesoros griegos en el fondo marino, de miles de años de antigüedad. Se cree que los tesoros fueron robados y todo se hundió con el barco que los transportaba, uno 2.500 años atrás. De esta forma se puede asegurar que este fue el primer naufragio estudiado en profundidad por los arqueólogos y que además escondía este extraño objeto. Sea como fuere es el hallazgo más célebre de todos los naufragios ocurridos. Durante un siglo, el ya bautizado como mecanismo de Antikythera, fue estudiado en detalle y los expertos concluyeron, para sorpresa de todos, que aquel aparato mostraba las posiciones del Sol, la Luna, los planetas, un calendario de estrellas, y una esfera de predicciones de eclipses. En suma, se trataba de un artilugio tan complejo que para encontrar algo similar habría que avanzar al menos más de mil años en el tiempo, cuando aparecieron los primeros relojes en la Europa medieval. Así las cosas, el proyecto de salvamento y recuperación nunca fue terminado. Y ahora, a más de un siglo, esa es la tarea que se ha propuesto un grupo de científicos, apoyados por la más moderna tecnología. Los restos del naufragio se encuentran a unos 60 metros de profundidad, en medio de unas aguas demasiado frías, en una superficie rocosa y con fuertes corrientes marinas. Aún así, tales condiciones no parecen minar la voluntad de Brendan Foley, un arqueólogo marino para buscar en el lugar del naufragio. Un grupo de arqueólogos internacional sigue trabajando denodadamente para ver si descubren alguna otra cosa interesante. Este curioso descubrimiento fue a parar al Museo Nacional de Arqueología de Atenas, donde se le asignó un lugar en los anaqueles y la correspondiente carátula con los datos de filiación. Sin embargo donde debía rezar el renglón destinado al uso o empleo, los clasificadores escribieron: “uso desconocido”. A fines de 1958 un conocido erudito norteamericano, el doctor Derek Price, del Instituto de Estudios Avanzados, de Nueva Jersey, visitó el museo y al pasar frente al estante donde se exhibí el enigmático objeto, se detuvo para observarlo detenidamente. El extraordinario interés de Price por esta pieza condujo a una exhaustiva investigación por parte de un grupo de expertos que la estudiaron, limpiaron desarmaron cuidadosamente. Cuál no sería entonces la sorpresa general cuando los informes preliminares demostraron que se trataba de un complejo y delicado mecanismo de relojería, compuesto por más de una veintena de piezas que accionaban una especie de diminuto planetario, explicando su manejo e indicando además la fecha de fabricación, fecha que según nuestro modo de contar el tiempo, corresponde al año 82 A.C. Un misterio ¿Quién construyó esta maravilla y cómo es posible que este genial artesano poseyese conocimientos científicos y astronómicos que recién comenzaron a insinuarse coherentemente con Galileo en el siglo XVI ? El propio Dr. Price hizo al respecto el siguiente comentario: “Encontrar algo así es como hallar un avión de propulsión en la tumba de Tutankamón. Este instrumento astronómico, de factura tan exacta y delicada, posee más de dos mil años de antigüedad y proviene de una época en la que suponíamos que nadie podía comprender el Sistema Solar y mucho menos fabricar semejante mecanismo, sin embargo el aparato allí está, como prueba irrefutable ante nuestra propia incredulidad.” A principios de 1972, David Esparza, ingeniero mejicano, logró reconstruir después de casi una vida de pacientes investigaciones, una computadora precolombina. Según Esparza, no existiría ninguna máquina capaz de superar en velocidad a este increíble ingenio ya que en el momento mismo que se marca la operación se obtiene el resultado. La extraña y antiquísima computadora tiene gran semejanza con un ábaco y no solo maneja las cuatro operaciones fundamentales sino que es posible realizar con ella los cálculos más complejos. Haciendo referencia al comentario del Dr. Price, que decía que esto era como “hallar un avión a reacción en la tumba de Tutankamón” sin querer dio en el clavo, ya que muchos objetos Oopart (fuera de tiempo) fueron encontrados en las pirámides y algunas tumbas egipcias, como por ejemplo la figura casi idéntica de un avión a reacción de nuestra época, realizada en oro puro, implantes de brazos y piernas de un material desconocido, en un avance super desarrollado, de la medicina de esa época. También fueron descubiertas pinturas y frescos en las paredes, donde se apreciaba una transfusión sanguínea y hasta una trepanación de cráneo, en un avance médico increíble para la época. ¿Cómo puede ser eso posible? Y sin embargo lo es, los testimonios históricos irrefutable así lo afirman.

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