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La Paz » Politica con vos
Fecha: 06/09/2025 14:39
En la Convención Anual del IAEF en Bariloche, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, buscó dar señales de tranquilidad. Una defensa que desnuda la falta de rumbo Aseguró que la intervención oficial en el mercado cambiario no es una venta de dólares, sino un mecanismo “para proveer liquidez”. Pero lo que intentó ser una explicación técnica terminó sonando más a justificación improvisada que a estrategia seria. El Gobierno, otra vez, se refugia en el recurso de culpar a la oposición y al kirchnerismo por “generar incertidumbre”. Un argumento débil, que busca ocultar lo esencial: la volatilidad cambiaria es consecuencia directa de una política económica errática, más preocupada por apagar incendios que por trazar un rumbo. Volatilidad asegurada: la confesión de un fracaso La frase de Quirno sobre la persistencia de la volatilidad hasta octubre fue más que una advertencia: fue la confesión pública de que el oficialismo ya no puede prometer estabilidad ni siquiera en el corto plazo. Admitir la incertidumbre es, en los hechos, blanquear la incapacidad de controlar las expectativas en un año electoral donde cada movimiento del dólar se traduce en angustia social. El supuesto “espacio fiscal” que el funcionario presenta como un blindaje resulta insignificante frente al desgaste político y la falta de confianza. Los mercados lo saben y la sociedad también: los anuncios oficiales llegan tarde, son contradictorios y no resuelven lo central. Al anticipar la tormenta, el Gobierno deja en evidencia lo que intenta ocultar: que el plan económico no es un programa ordenado, sino un conjunto de parches sostenidos en la debilidad política y la especulación electoral.
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