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Concordia » El Heraldo
Fecha: 04/09/2025 02:04
Durante décadas, la comunicación organizacional se erigió sobre un pilar fundamental: la perfección. Empresas y marcas se esforzaron de manera incansable por proyectar una imagen impecable, un universo sin fallas donde los productos eran inmejorables, los servicios fluidos, los líderes infalibles y los procesos operaban sin contratiempos. Los anuncios publicitarios de la segunda mitad del siglo XX son un claro testimonio de esta era: campañas meticulosamente diseñadas, modelos con sonrisas que no se desvanecían y narrativas que no dejaban espacio para la duda, la incertidumbre o, mucho menos, el error. El objetivo era simple y directo: generar confianza a través de la impecabilidad. La premisa subyacente era que la excelencia en la imagen se traduciría automáticamente en confianza y lealtad por parte del consumidor. Esta estrategia, sin embargo, ha mostrado sus fisuras. En la actualidad, vivimos en una sociedad hiperconectada y saturada de información, donde el público ha desarrollado un sofisticado “radar de autenticidad”. Las narrativas corporativas que resultan demasiado perfectas se perciben como distantes, sospechosas y, en muchos casos, poco creíbles. La perfección, que antes generaba una admiración casi reverencial, ahora puede generar escepticismo. La audiencia ya no busca héroes de marca inalcanzables, sino compañeros de viaje con los que puedan sentirse genuinamente identificados. La brecha entre lo que las empresas proyectan y lo que la gente experimenta en su vida diaria es cada vez más estrecha, y cualquier disonancia es detectada de inmediato y expuesta en la plaza pública de las redes sociales. Ads La era de la honestidad: un cambio de paradigma Gracias a la evolución de las redes sociales y las nuevas tendencias de comunicación, ha surgido una oportunidad para una nueva forma de conectar con la audiencia: abrazar la honestidad. Plataformas como TikTok e Instagram han normalizado la espontaneidad, el error y la capacidad de reírse de uno mismo. Los “detrás de cámaras” se han vuelto tan importantes como el producto final. Las marcas que se han atrevido a seguir esta tendencia han descubierto algo poderoso: mostrar las imperfecciones e incluso mostrarse vulnerable humaniza y fortalece el vínculo con su audiencia. Esta nueva aproximación reconoce que las personas se conectan con otras personas, no con logos o estructuras corporativas abstractas. Mostrar solo los éxitos es fácil; lo verdaderamente valiente y significativo es compartir también los desafíos, los fracasos y las lecciones aprendidas. Esto no implica debilidad, sino un profundo acto de transparencia y vulnerabilidad. Cuando una empresa admite un error públicamente, explica de manera clara cómo lo va a solucionar o comparte los obstáculos que enfrenta para lanzar un nuevo producto o servicio, está enviando un mensaje claro y poderoso: “Somos un equipo humano, con aciertos y errores, y estamos dispuestos a aprender y crecer junto a ustedes”. Esta honestidad radical tiene un efecto catalizador en la confianza. En lugar de construir un muro de perfección que tarde o temprano se desmoronará, se construye un puente de confianza real y resiliente. El público ya no ve a la marca como una entidad monolítica, sino como un grupo de personas con valores, metas y, sí, también fallas. Es en este espacio de sinceridad donde la lealtad se vuelve más profunda y duradera, basada no en una imagen idealizada, sino en una conexión auténtica. La dicotomía entre la imagen y la conexión La verdadera dicotomía que enfrentan las organizaciones de hoy no es entre perfección y fracaso, sino entre imagen y conexión. La pregunta fundamental que debemos hacernos es: ¿qué queremos construir con nuestra comunicación? ¿Una imagen inmaculada que se puede desmoronar con el primer traspié, o una conexión auténtica y resiliente que se fortalece con cada desafío compartido? La honestidad en la comunicación quizás no sea simplemente una táctica o una moda pasajera, sino un reflejo de una nueva forma de entender las relaciones en el siglo XXI. Es el reconocimiento de que la confianza no se gana prometiendo la perfección, sino demostrando la humanidad. Aceptar y comunicar las imperfecciones no es un acto de debilidad, sino el camino más seguro para construir una conexión real con la audiencia, una que valore la transparencia, la autenticidad y el crecimiento mutuo. En la era de la transparencia total, la imperfección es el nuevo valor de la comunicación, y abrazarla es el primer paso para construir una relación duradera y significativa con la audiencia. Ads Cómo impacta esto en los medios tradicionales La necesidad de transparencia y honestidad se ha filtrado más allá de las redes sociales para impactar también en los medios de comunicación tradicionales, como la televisión, la radio y la prensa escrita. Sin embargo, la forma en que esta transformación se manifiesta varía considerablemente en cada plataforma. La televisión, por su naturaleza audiovisual y su alcance masivo, solía ser el bastión de la publicidad perfecta y pulida. Los anuncios de televisión presentaban realidades idealizadas, productos inmaculados y familias felices y sin conflictos. Hoy, aunque el formato sigue privilegiando la producción de alta calidad, se observa una tendencia creciente a incluir elementos de “vida real”. Vemos a los directivos de empresas dando la cara en programas de noticias para hablar de crisis o admitir fallos, en lugar de esconderse detrás de comunicados de prensa. Los programas de entrevistas y documentales corporativos buscan mostrar los procesos de producción o los desafíos de la innovación, humanizando a las empresas y rompiendo el molde de la perfección. En la radio, el cambio hacia la honestidad se manifiesta de manera más íntima y conversacional. Los formatos de programas de radio en vivo y los podcasts han creado un espacio donde las marcas pueden tener una voz más directa y personal. A diferencia de un spot publicitario de 30 segundos, un podcast patrocinado o una entrevista en la radio permite a un líder de empresa o a un portavoz explicar con detalle una situación compleja, compartir anécdotas o incluso reírse de sus propios errores. Esta cercanía, facilitada por la voz humana, fomenta una conexión más profunda y genuina con el público. La espontaneidad inherente a la radio rompe con la imagen rígida y preestablecida, permitiendo que las imperfecciones del discurso o las pausas reflexivas se conviertan en signos de autenticidad en lugar de fallas. Por su parte, los periódicos y las revistas, que tradicionalmente operaban con una estricta separación entre el contenido editorial y la publicidad, también han evolucionado. La publicidad impresa de antaño se basaba en textos persuasivos y fotografías impecables. Si bien esto aún existe, cada vez más empresas optan por incluir a menudo desafíos superados, procesos de mejora y la voz de sus trabajadores. Aunque el rigor periodístico exige la transparencia sobre la naturaleza de este contenido, el hecho de que las marcas elijan esta vía demuestra su interés en construir credibilidad a través de la narrativa. En lugar de simplemente vender un producto, buscan que el lector entienda la filosofía de la empresa, sus luchas y su compromiso, lo que se traduce en una relación de confianza mucho más sólida. En síntesis, podemos decir que, aunque los medios tradicionales mantienen sus características distintivas, la gran mayoría está convergiendo hacia un nuevo modelo de comunicación que valora la transparencia y la honestidad. Los medios tradicionales pueden ser también espacios donde las empresas muestren su lado humano y vulnerable. La audiencia, habituada a la autenticidad de las redes sociales, ahora espera un nivel similar de sinceridad en todos los canales. Las marcas que comprenden y se adaptan a este cambio, dejando de lado la obsesión por la imagen perfecta para abrazar una comunicación más real y transparente, son las que, a largo plazo, construirán una conexión de confianza duradera con sus públicos, sin importar el medio. Sebastián Sarubi Ads Lic. en Comunicación Social (UNER) Magister en Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales (UNLP) Profesor en Comunicación Social (UNER) Docente universitario Consultor de comunicación en organizaciones y empresas www.sebastiansarubi.com.ar [email protected]
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