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» Comercio y Justicia
Fecha: 03/09/2025 13:34
Ampliará la promoción industrial, ahora para pequeñas y medianas empresas. El monto corresponde al costo fiscal que dejará de recaudar la Provincia en el año. Regirá desde 2026. Es para pymes que facturen hasta $3.200 millones en 2025. Sin embargo, deberán invertir 1,2% de su facturación en bienes de capital. El anuncio fue en el Coloquio organizado por la UIC. Desde el sector industrial, reclamaron baja de tasas y una reforma impositiva El gobernador Martín Llaryora anunció la ampliación de la promoción industrial vigente, ahora para pymes que este año facturen hasta 3.200 millones de pesos, industrias que serán eximidas del pago de Ingresos Brutos. La medida que regirá desde el año próximo, tendrá un costo fiscal de unos 110 mil millones de pesos, que se sumarán a otros 10 mil millones de pesos, que irán a engrosar el presupuesto de 3 mil millones de pesos que estaban vigentes hasta ahora para las dos leyes de promoción industrial operativas. Las empresas beneficiarias deberán, sin embargo, invertir 1,2% de la facturación en bienes de capital. En definitiva, el monto que dejarán de pagar de IIBB, deberán invertirlo. El gobernador habló ayer en el marco del Coloquio organizado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC), que se desarrolló en el Centro de Convenciones. La medida será incluida en el proyecto de Presupuesto 2026 que Llaryora enviará a la Legislatura en noviembre próximo. En un discurso cargado de señales políticas y mensajes hacia el Gobierno nacional, el mandatario defendió la centralidad de la industria en el desarrollo nacional y lanzó un paquete de medidas impositivas para beneficiar a las pymes. “Industria que se radica en Córdoba o radicada en Córdoba, con facturación menor a 3.200 millones de pesos, va a pagar cero Ingresos Brutos”, dijo, entre aplausos de los empresarios y la mirada atenta de Guillermo Francos, jefe de Gabinete de Milei. Durante varios minutos, Llaryora hizo un repaso de las críticas que le viene haciendo al Gobierno nacional, con foco en la falta de fondos para las provincias. “Bienvenidos a la República de Córdoba”, ironizó Llaryora, en clara alusión a las diferencias entre las políticas aplicadas por su gestión respecto a las que dispone el Gobierno nacional, en este caso vinculada a la baja de la presión. El gobernador eligió centrar su mensaje en la industria como motor de empleo, innovación y generación de divisas. Fue una clara crítica a las políticas que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. “Defender la industria es defender el trabajo”, afirmó, recordando que la clase media argentina se consolidó históricamente a partir de un entramado productivo diversificado. Llaryora cuestionó los modelos pendulares que, a su entender, han llevado al país de un extremo al otro: “Un Estado que ahoga a la actividad privada o un mercado que se cree capaz de resolver todo solo. Ninguno funciona. Córdoba aplica desde hace tiempo un modelo distinto: tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”. Con esa lógica, justificó su decisión de aliviar la carga tributaria sobre las industrias, en especial las pymes, que son mayoría en la provincia y en el país. “Muchas veces las pequeñas empresas no pueden acceder a los regímenes de promoción porque los trámites son complejos o porque no tienen la estructura administrativa para hacerlo. Ahora lo vamos a hacer simple: facturación menor a 3.200 millones, cero Ingresos Brutos. Así de claro”. Los detalles de la medida fueron luego explicados a Comercio y Justicia por el secretario de Industria, Ignacio Tovo. El gobernador subrayó que la decisión busca reducir la burocracia y dar previsibilidad. “Nunca modificamos ningún beneficio que le hemos dado a una empresa cuando decidió invertir en Córdoba. Y no lo vamos a hacer ahora. La seguridad jurídica también se construye con reglas claras y con la palabra empeñada”, remarcó. Llaryora adelantó que este año la provincia invertirá más de 150.000 millones de pesos en la promoción industrial y que ya instruyó a ampliar ese presupuesto en 10.000 millones adicionales para cubrir nuevos proyectos. “Cuando uno baja impuestos, no es que el costo es cero. Es una inversión que hace el Estado, igual que en rutas, en gas o en educación. Y nosotros vamos a invertir en la industria, porque es la base del progreso”, defendió. El gobernador no esquivó los roces con la Casa Rosada. Aunque agradeció la “voluntad de diálogo” del jefe de Gabinete, y se mostró dispuesto a colaborar en leyes y programas, marcó diferencias con el enfoque fiscal del Gobierno nacional. Recordó que la eliminación del incentivo docente, los subsidios al transporte y a programas sociales significaron un ajuste mayor para las provincias que para la Nación. “El recorte en Córdoba fue más grande que el nacional. Porque no sólo sufrimos la caída de la actividad, sino que además tuvimos que cubrir los programas que la Nación dejó de financiar. Eso también es parte del esfuerzo”, subrayó. Además, cuestionó la falta de aplicación de los recursos provenientes del impuesto a los combustibles para infraestructura vial y reiteró su reclamo de precios de gas de Vaca Muerta más competitivos para las provincias que ya se abastecen de ese yacimiento. “Es injusto seguir pagando un gas que no consumimos a un precio mucho más caro. Si no bajamos costos energéticos, nuestras industrias no pueden competir”, advirtió. Llaryora se apoyó en ejemplos de la propia provincia para mostrar resultados. Destacó la expansión de la red de gasoductos troncales que permitió abastecer a más de 90% de las localidades, la creación de parques industriales y la industrialización de productos agropecuarios como el maní. En ese sentido, insistió en que el agro debe dejar de ser exportador de granos sin valor agregado. “Defender la industria es también industrializar el campo. Si exportamos solo materia prima, nos quedamos sin dólares y sin trabajo local. Necesitamos políticas claras para aprovechar el maíz, la minería, el petróleo y toda la potencialidad que tenemos”, planteó. Más allá de lo económico, el discurso tuvo un tono político que buscó diferenciarse de la polarización nacional. Llaryora reivindicó el “respeto institucional” en Córdoba, donde, dijo, lo público y lo privado trabajan en conjunto. “En Córdoba podemos pensar distinto y trabajar juntos. No nos movemos con el insulto ni con el agravio. Ese es un valor que se hizo carne”, aseguró. Posición de la industria El Coloquio tuvo a Luis Macario, titular de la UIC, y a Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) como oradores iniciales. Ambos coincidieron en respaldar el rumbo económico aunque reclamaron reformas estructurales que consideran claves. En paralelo, insistieron en la necesidad de retomar el crecimiento de la economía, dificultado por las altas tasas de interés, entre otros puntos. Al mismo tiempo, pidieron construir consensos para lograr una convergencia en una coyuntura compleja. “Vivimos tiempos de tensiones, pero también de oportunidades. Estamos convencidos de que la sociedad, en su gran mayoría, ya no tolera la lógica binaria de los últimos tiempos; la confrontación eterna; el quiero que le vaya mal al que gobierna, porque así me tocará más rápido llegar al poder… Más temprano que tarde, la madurez de la dirigencia política se medirá por su capacidad para sentarse a la misma mesa, discutir, argumentar y –sobre todo– conceder”, dijo Macario. Los llamados de Macario y Rappallini a superar la grieta y dialogar no impidieron que el gobernador Llaryora y el jefe de Gabinete, Francos, se pasaran algunas facturas desde el escenario del Coloquio, al momento de dar sus discursos. Eso sí, fue con gentileza y muy lejos del agravio: “Esto es una democracia, el disenso es lógico y ambos plantearon su punto con respeto”, concilió Rapallinni al ser consultado por el episodio en una ronda de prensa. Francos defendió la gestión que integra instando a no olvidar el descalabro económico que recibió Javier Milei, y “poco tiempo” que aún lleva intentando repararlo. Mirando a Llaryora, destacó que la mayoría de los legisladores cordobeses apoyaron la Ley Bases permitiendo el arranque del Gobierno; pero cuestionó a los gobernadores, incluido el cordobés, por demandar obras de infraestructura a una gestión que tiene primero el enorme desafío de ordenar la macroeconomía. A la vez, destacó que la Nación hizo un esfuerzo individual al eliminar impuestos que no se coparticipan. A su turno, Llaryora le contestó repasando la lista de fondos que el Ejecutivo central dejó de enviar a las provincias (incentivo docente, por ejemplo); reclamó a la Nación destinar parte del impuesto sobre los combustibles para obras de infraestructura e insistió en que las provincias hicieron un ajuste mayor a la Nación. Además de insistir con la necesidad de que junto al plan de estabilización macro aparezca un proyecto productivo (e industrial); también repitió el llamado a construir consensos. “Los que se mueven en los extremos van a cansar a la gente. Ustedes están a tiempo”, aconsejó Llaryora a Francos. Passerini Por su parte, el intendente Daniel Passerini ratificó su compromiso con el sector productivo y adelantó medidas para aliviar la presión fiscal sobre las empresas, siempre que se lleven a cabo inversiones productivas.
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