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  • Comer solo manzanas o ayunar: así es la “dieta Disney” inspirada en Blancanieves o La Sirenita que alarma a los expertos

    » Diario Cordoba

    Fecha: 01/09/2025 08:34

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de los datos del sobrepeso y la obesidad: en 2022, el 43% de los adultos de 18 años o más tenían sobrepeso y el 16% eran obesos. Además, en 2024, 35 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Estas patologías, que pueden derivar en obesidad si no se controlan a tiempo, requieren un enfoque multidisciplinar (médico, físico y psicológico) y la implementación de políticas que aborden el problema social de la "gordofobia", evitando tratamientos milagro. En las últimas semanas, ha cobrado relevancia en redes sociales la “dieta Disney”, una tendencia preocupante para los profesionales de la salud. Este reto juvenil implica comer como una princesa Disney, promoviendo conductas restrictivas extremas (de Blancanieves: solo se permite consumir manzanas; de La Sirenita: ayuno completo, solo se bebe agua; y de la Cenicienta: comer únicamente antes del mediodía, limitándose a 550–600 calorías), lo que puede derivar en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). De hecho, entre el 11% y el 27% de los adolescentes en España presentan conductas de riesgo para desarrollar un TCA. Es fundamental concienciar sobre el estigma que sienten los niños y adolescentes en el ámbito escolar, lo que puede causar un profundo malestar emocional y psicológico. Según explica a este periódico Alicia Hita, docente de Deusto Salud en el Curso de Trastornos de la Conducta Alimentaria, puede reforzar la idea de que “comer poco” es algo positivo o necesario para encajar en la sociedad, lo cual "afecta directamente a la autoestima y a la relación con el propio cuerpo". Además, desde la experiencia profesional, estos retos suelen generar comparación constante con otros y sensación de culpa si no se logran, factores de riesgo claros para la salud mental, siendo un factor desencadenante de un trastorno de la conducta alimentaria. Muchas veces se empieza “jugando” o probando algo por curiosidad, pero estas prácticas normalizan conductas restrictivas. Hita recalca que "cuando comer deja de ser algo natural y se convierte en un reto, en un control o en un castigo, estamos abriendo la puerta a una relación dañina con la alimentación que, en casos prolongados, puede derivar en un TCA, especialmente en población más vulnerable como son los jóvenes o adolescentes". Alicia Hita, docente de Deusto Salud en el Curso de Trastornos de la Conducta Alimentaria / Cedida Los riesgos físicos inmediatos y a largo plazo puede conllevar la “dieta Disney” A corto plazo, señala la docente de Deusto Salud, al reducir de manera tan drástica la ingesta de alimentos, pueden aparecer cansancio, irritabilidad, mareos o dificultad para concentrarse. También es habitual que surjan conductas de aislamiento social, obsesión por el peso o por lo que se come y un elevado nivel de ansiedad cuando no se logra cumplir el reto. A largo plazo, mantener una "alimentación insuficiente compromete el crecimiento, el desarrollo hormonal y la salud ósea". Pero no sólo hablamos de consecuencias físicas: la salud mental también se ve seriamente afectada. Este tipo de prácticas favorece una relación poco saludable con la comida, que puede desembocar, como decía, en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), caracterizado por el miedo intenso a engordar y la obsesión por adelgazar. Además, hemos de ser conscientes de que es frecuente que estos cuadros se acompañen de otros problemas como depresión, ansiedad o incluso adicciones. ¿Qué señales de alerta deberían observar los padres para detectar conductas de riesgo? Hay que estar alerta si se notan cambios bruscos en los hábitos alimentarios: contar las calorías de cada comida restringir o evitar determinados alimentos tener conductas compensatorias tras comer como suele ser el caso de la bulimia rechazo a comer en compañía, preocupación excesiva por el peso aislamiento social o comentarios negativos sobre su propio cuerpo irritabilidad desgana tristeza bajo rendimiento escolar cambio en los hobbies La clave, desde el punto de vista de la especialista, está en detectar estas actitudes pronto y abrir un espacio de diálogo sin juicio. Los TCA es una enfermedad que afecta a más del 70% de los adolescentes en España / Freepik ¿Cómo afectan las redes sociales a la difusión de conductas alimentarias restrictivas? Alicia Hita funcionan como un "espejo distorsionado: muestran cuerpos filtrados y realidades distorsionadas. Para un adolescente, esa comparación constante puede convertirse en presión para “encajar” en un modelo estético que no existe, en unos ideales de belleza o éxito irreales". Y cuando alguien propone un reto “fácil” para lograrlo, es fácil que se enganche sin valorar las consecuencias. Los más pequeños son uno de los grupos más vulnerables para desarrollar TCA "porque están en plena construcción de su identidad, son más influenciables y necesitan sentirse parte del grupo". Además, "en la adolescencia hay una sensibilidad especial hacia la imagen corporal y la aceptación social. Todo esto los convierte en el público más expuesto y vulnerable a este tipo de modas". La mejor prevención pasa por "promover una relación sana con la comida, fomentar la autoestima más allá del aspecto físico y enseñar a cuestionar los mensajes que circulan en redes sociales". Detectar a tiempo estas conductas y pedir ayuda profesional puede marcar la diferencia y evitar que un reto viral se convierta en un problema de salud grave.

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