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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/08/2025 04:42
El presidente Javier Milei (Foto: REUTERS/Agustin Marcarian) Hipótesis: la situación económica, los tropiezos políticos, los daños acumulados por los desempeños autoritarios y la exposición pública de actos de corrupción que comprometen a la máxima dirigencia del oficialismo se combinan para erosionar efectiva y gravemente el futuro del gobierno, incluidas las próximas elecciones. Javier Milei asumió la presidencia en el marco de una sociedad dividida en la que al menos un 44% de la ciudadanía tenía un profundo rechazo por sus ideas y su figura. En ese contexto, sus máximos de popularidad coincidieron casi siempre con su caudal de votos de la segunda vuelta de 2023 (aunque en algunos momentos ese porcentaje se estiró aproximadamente al 60% de imagen positiva del gobierno y/o del presidente). A pesar del tono con que el presidente y distintos agentes del oficialismo señalan con frecuencia el porcentaje obtenido por las fuerzas opositoras y la pretensión de que la misma les otorgaría algo así como una representatividad inobjetable, lo cierto es que su imagen positiva nunca superó la división a partir de la cual llegó al gobierno. La presidencia y el gobierno transitaron los últimos 18 meses con altibajos de imagen que pueden señalarse muy claramente. Antes de que se verificaran ciertos resultados estabilizadores, la confianza se mantenía cuantitativamente, pero cualitativamente podían verificarse dudas y angustias. No había entusiasmo y hasta julio de 2024 muchas veces podía constatarse que había más voluntad de crédito que pruebas de cumplimiento. El presidente Javier Milei en la Casa Rosada La imagen del gobierno tuvo sus mejores meses en el período que va desde agosto de 2023 a febrero de 2024, apuntalado en la desaceleración de la tasa de inflación y en el aumento segmentado del consumo (facilitado por el dólar barato y algo de crédito). Desde febrero de 2025 varios hechos erosionaron su popularidad. El discurso de Davos fue resonante, pero en contra: deflagró una contundente manifestación en oposición a lo afirmado por el presidente y, también, la distancia de una parte de la población, incluidos sus propios votantes, que entendía que la batalla cultural del gobierno no era de su interés y en algunos casos desaprobó con vehemencia sus dichos a propósito de las disidencias sexuales. Luego, casi inmediatamente, el caso Libra impactó profundamente, aun cuando eso no se verificase directamente en las encuestas. En nuestro trabajo de campo más atento a la presencia directa, a los gestos, a la cualidad de la interlocución, pudimos experimentar la voluntad de “no querer saber nada” que tenían muchos de los seguidores de Milei cuando nos decían que no querían hablar de política si mencionamos el caso (en nuestra experiencia del año 2023 quienes eran próximos a Milei siempre querían hablar de política y proponían el tema si nosotros no lo hacíamos). Milei en Lomas de Zamora, junto a José Luis Espert y Karina Milei (Foto: Reuters) La devaluación y las expectativas negativas de marzo así como la tasa de inflación en abril volvieron a erosionar la imagen del presidente. Luego, la misma se estabilizó temporalmente en un nivel más bajo hasta que nuevamente operaron contra de Milei y de su gobierno la devaluación, el pase precios y el giro recesivo derivado de la tentativa de parar el dólar y la inflación sacando dinero de circulación. El índice de confianza en el gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella evidencia empíricamente ese daño que padece el oficialismo: bajó 13 puntos porcentuales de un bimestre a otro y se encuentra en el mínimo del mandato de Javier Milei. Hasta hace semanas podría suponerse que el gobierno podría superar positivamente el test electoral de septiembre y octubre de 2025. La actividad parlamentaria y los tímidos gestos opositores pusieron en escena las facetas más lacerantes del ajuste promovido por el oficialismo: el gobierno defendió como causa sagrada los vetos a proyectos que pretendían mejorar tenuemente la situación de jubilados y discapacitados mostrando una inflexibilidad agresiva al mismo tiempo que una debilidad inesperada. Todo esto, sumado a los conflictos internos, creó una situación en la que el caso del ANDIS vino a poner dudas de todo tipo sobre el tamaño del eventual triunfo electoral e inclusive sobre la posibilidad del mismo. El caso Spagnuolo obliga a muchos de quienes se sienten próximos al presidente a saber de lo que no quieren saber e incluso a conectar esta situación y la de Libra que no solo se parecen en cuanto a que se trata de corrupción, sino que además comparten el rasgo común de la presencia decisiva de Karina Milei. El ex titular de la ANDIS Diego Spagnuolo Como ya nadie puede confiar plenamente en el resultado electoral, y como las medidas del gobierno afectan las previsiones de sus propios aliados, se produce el deterioro del horizonte socioeconómico que retroalimenta la incertidumbre electoral que a su vez vuelve a repercutir sobre el horizonte socioeconómico. El incidente aún está en curso y se notan fragmentación y sorpresa tanto en la cúpula libertaria como en la militancia. En las bases electorales el daño parece ser importante. Una encuesta de Rubikon Intel le pone número a la hipótesis inicial y al tamaño de la herida: para el 55 % del casi millar de entrevistados de la encuesta los audios sobre corrupción en el ANDIS fueron tema de conversación en la mesa del domingo, para el 62,4 % se trató de un hecho muy grave y para el 25% fue grave. Tanto que para el 36,2 % de los entrevistados la imagen del gobierno cambió negativamente y el 29,4% manifiesta haberse inclinado hacia la oposición. En un trabajo cualitativo que hicimos recientemente en una provincia en la que el voto mileísta había sido ampliamente mayoritario, pudimos percibir zonas del electorado mileísta que serían sensibles al estallido del caso de las coimas del ANDIS. En el mencionado trabajo encontramos tres tipos de lazo con el oficialismo entre ciudadanos que votaron a Milei en 2023. Primero, los que asumen que no quieren volver al pasado de ninguna manera y aceptan todos los sacrificios necesarios para llegar a una nueva situación. Luego, los que adhieren condicionalmente y están claramente en disidencia y distancia con políticas del gobierno como las relativas a las jubilaciones, las prestaciones por discapacidad, pero que todavía con disgusto siguen apoyando al gobierno. Finalmente, los que se desencantaron y ya no vuelven al redil libertario. A la luz de todo este recorrido y los datos cabe una interrogación:¿cuánto aumentará el ausentismo entre electores del gobierno que son tan conscientes de los daños y debilidades del gobierno? ¿Cómo harán el oficialismo en crisis y la oposición para lograr que haya algún entusiasmo al votar? ¿El escándalo será daño inhabilitante o erosión?: el proceso está en curso y esta última pregunta no tiene respuesta definitiva, pero no es nada aventurado decir que el gobierno perdió el ángel.
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