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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/08/2025 10:41
La aparición de tumores fatales en ranas arborícolas de Queensland genera preocupación entre expertos y despierta alarma sobre su posible impacto en el ecosistema local (Frog Safe Inc.) Un enigma sanitario movilizó a expertos y habitantes del norte de Queensland, Australia, luego de que la Universidad de Queensland iniciara una investigación para descubrir el origen de tumores mortales en ranas verdes arborícolas de la zona. La falta de información sobre la causa y la posible repercusión en la salud ambiental llevó a los investigadores a solicitar la participación activa de la comunidad local. Un fenómeno letal que desafía explicaciones El equipo de la Universidad de Queensland, encabezado por la doctora Viviana Gonzalez-Astudillo de la Escuela de Ciencias Veterinarias, intenta identificar qué provoca la aparición de tumores externos en dos especies: la rana de labios blancos y la rana verde común. Los tumores, que pueden crecer cerca de la boca y los ojos, resultaron fatales en todos los casos documentados. Las ranas afectadas murieron o debieron ser sometidas a eutanasia, de acuerdo con los registros recogidos por la universidad. Desde 1998, el Frog Hospital —impulsado por la organización Frog Safe Inc.— contabilizó unos 60 casos de ranas arborícolas con tumores considerados cancerosos. Sin embargo, la magnitud real del problema sigue siendo incierta debido a la inexistencia de un sistema estandarizado para reportar estos episodios. De manera anecdótica, el personal de Frog Safe Inc. nota un aumento de casos, pero esta tendencia debe confirmarse con estudios científicos rigurosos y con información proveniente de distintos grupos de rescate y veterinarios. Los casos detectados muestran que los tumores afectan áreas vitales de las ranas, dificultando su supervivencia y planteando interrogantes sobre la salud de los anfibios en la región (Frog Safe Inc.) Investigación científica: búsqueda de causas ambientales y virales La investigación se orienta a esclarecer si elementos químicos presentes en el entorno o virus con capacidad de inducir cáncer son los responsables de la enfermedad. “Existe la posibilidad de que un químico esté induciendo estos tumores. Pero también hay virus conocidos por su capacidad de producir cáncer”, explicó la doctora Gonzalez-Astudillo. La especialista recalcó que no se determinó aún si el agente afecta solo a las ranas o si podría tener implicancias para la salud humana, motivo por el cual la identificación de la causa resulta esencial. El proyecto cuenta con el apoyo del equipo de Ecosurveillance de CSIRO y se extenderá hasta noviembre de 2026. Durante este período, los investigadores buscan reunir la mayor cantidad de datos posibles para comprender el alcance real del problema y desarrollar estrategias que permitan evitar que estos tumores sigan amenazando la supervivencia de las ranas arborícolas. Los científicos exploran la posible influencia de contaminantes y agentes infecciosos como desencadenantes de esta rara enfermedad, con el objetivo de proteger a las especies en riesgo (Frog Safe Inc.) Colaboración ciudadana: un pilar clave para la conservación La Universidad de Queensland llamó a la comunidad local y a los veterinarios a colaborar reportando ranas que presenten bultos u otros signos compatibles con la enfermedad. Actualmente, se están abriendo canales de comunicación con las organizaciones de rescate y se solicita a los habitantes que aporten fotografías u observaciones de ranas afectadas. La información suministrada será crucial para alimentar la base de datos del estudio y orientar futuras acciones de conservación. Si bien en la región existen números y vías de contacto específicos para reportar casos (entre ellos, correos electrónicos y líneas telefónicas gestionadas por organizaciones como Frog Safe Inc.), el principal objetivo es asegurar la recopilación de información precisa y oportuna para avanzar en la investigación. La obtención de datos confiables, con la participación activa de la ciudadanía y los profesionales, será clave para proteger la biodiversidad y responder a un fenómeno que aún no encuentra explicación. La urgencia en la detección y reporte temprano será fundamental para enfrentar este desafío científico.
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