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» Corrienteshoy
Fecha: 27/08/2025 05:29
Ecuación geopolítica tras las cumbres sobre Ucrania La frenética actividad política y diplomática internacionales sobre la guerra de Ucrania , desarrollada durante la segunda mitad de agosto, no ha despejado incertidumbres. Las cumbres entre Trump y Putin , en Alaska , y entre Trump , Zelenski y varios líderes europeos como oyentes, en Washington , han mostrado descarnadamente la enorme dificultad de acabar con esa guerra. Escenario en el que ha destacado la grandiosa irrelevancia de España cuya ausencia, incluso como observador, de las mesas donde se discuten asuntos de seguridad que nos afectan directamente, testimonia la enorme falta de credibilidad internacional (de la doméstica, no hablemos) que suscita el Gobierno español. En síntesis, el actual escenario geopolítico se resumiría en una compleja ecuación de cinco términos: EE. UU. (Trump), Rusia (Putin), China (Xi Jinping), Ucrania (Zelenski) y Europa (sin liderazgo definido). Laberíntica formulación de incógnitas múltiples, «tempos» dispares e intereses contradictorios cuando no antagónicos. A Trump le sigue apremiando acabar con una guerra que considera «damnatio hereditas». Ahora intenta mostrarse como mero mediador/pacificador. Se ha aproximado a las tesis rusas y ya no aboga por un alto el fuego, si bien parezca abierto a proporcionar algunas garantías de seguridad a Ucrania . El mayor riesgo asociado a una prolongación indefinida de la guerra es que Washington abandonase a Kiev a su suerte. Putin, por el contrario, no tiene prisa. Sigue consiguiendo tiempo mientras incrementa sus ganancias territoriales, que le acercan a la victoria final. Aunque parecería aceptar ciertas garantías de seguridad para Ucrania, difícilmente paralizará el ritmo ofensivo de sus tropas, que se están aproximando al codo del Dniéper , sin un previo y definitivo acuerdo sobre el fin de la guerra. China , aunque parezca distante, es muy relevante. Su presencia en la ecuación cristaliza en una vital asociación estratégica entre Putin y Xi Jinping. Consorcio que se verá próximamente reforzado durante la asistencia del primero a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, en Tianjin y, a continuación, en Pekín , el 3 de septiembre, durante los actos conmemorativos del 80 aniversario de la victoria china sobre Japón. Tal alianza es particularmente beneficiosa para ambos. Por ella, Putin puede mantener el colosal esfuerzo que la guerra requiere, a pesar de las sanciones occidentales. Y Xi Jinping obtiene el beneficio económico de los bajos precios del petróleo y gas rusos, además de ganar tiempo por el alargamiento de una guerra, que dificulta a Trump poder centrarse sobre el Indo-Pacífico.Noticia Relacionada estandar Si Trump gira hacia China en plena visita del presidente surcoreano David Alandete En la Casa Blanca, el mandatario elogió al recién elegido Lee Jae-myung, anunció que podría viajar a Pekín este año y dejó abierta la posibilidad de una nueva cumbre con Kim Jong-unZelenski, que va perdiendo la guerra, ansía un alto el fuego inmediato que le permitiría reorganizarse y rearmarse (a costa de europeos y norteamericanos) para, posterior e ilusoriamente, regresar a la batalla por la «victoria final». Pero acumula dos hándicaps difícilmente superables: el déficit de los recursos humanos necesarios para mantener indefinidamente su esfuerzo defensivo, y su plena dependencia de la ayuda exterior (política, económica y militar). Su insalvable problema se lo escupió groseramente el tendero Trump, en febrero pasado, en el Despacho Oval: «you don't have the cards» (Vd. no tiene las cartas). Y los líderes europeos, autocalificados como «inquebrantables» defensores de Zelenski y del derecho internacional, ni tienen voz única ni están dispuestos a asumir los riesgos asociados a la más creíble de las garantías de seguridad: el despliegue de botas de aliados (OTAN) sobre el terreno ucraniano. Algo que el ministro ruso de asuntos exteriores, Lavrov, ha descartado calificándolo como «camino sin salida». La danza de los europeos entre principios y realidades lleva a recordar cómo, en la antigua Escuela de Estado Mayor, te grababan a fuego en la mente que los principios fundamentales del arte de la guerra son: voluntad de vencer, libertad de acción y capacidad de ejecución. Formulación técnicamente sofisticada del popular «querer, poder y saber». Suponiendo que, sin el concurso norteamericano, tuviéramos en Europa suficiente SABER para enfrentarnos a una fogueada Rusia ¿querrían las sociedades europeas entrar en un conflicto bélico contra Rusia, para restaurar el principio de la inviolabilidad de las fronteras de Ucrania? ¿Podríamos los países europeos constituir una fuerza creíble, para enfrentarnos a Rusia por Ucrania? Me temo que no. Los europeos necesitamos todavía mucho esfuerzo político, tiempo y dinero para QUERER y PODER. Definitivamente, los dividendos de paz, que todos nos precipitamos a cobrar tras la Guerra Fría, fueron un timo. Fuente: https://www.abc.es/internacional/ecuacion-geopolitica-tras-cumbres-sobre-ucrania-20250826135917-nt.html
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