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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 26/08/2025 16:00
Un hallazgo histórico y polémico sacudió al mundo del arte y la memoria de la Segunda Guerra Mundial. Un cuadro robado en Ámsterdam por el régimen nazi y desaparecido durante más de siete décadas apareció en la Argentina, colgado en el living de la casa de una de las hijas de Friedrich Kadgien, un funcionario nazi cercano a Hermann Göring. La revelación fue publicada este lunes por el diario neerlandés AD, que rastreó la pista de la obra desde los años cuarenta. Se trata de Retrato de una dama, pintado por Giuseppe Ghislandi (1655-1743), una pieza que pertenecía al marchante judío Jacques Goudstikker. Dueño de una de las galerías más prestigiosas de Ámsterdam, Goudstikker murió en 1940 al huir del régimen nazi, mientras que su colección -más de 1.100 piezas, incluidas obras de Rembrandt y Vermeer- fue liquidada a precios irrisorios entre jerarcas del Tercer Reich. Del saqueo al Río de la Plata El cuadro pasó a manos de Kadgien, miembro de la SS y funcionario del círculo de Göring. Según documentos históricos, Kadgien acumuló diamantes y obras de arte mediante extorsiones en Ámsterdam antes de huir, primero a Suiza y luego a Sudamérica, donde se instaló definitivamente en Argentina. Falleció en Buenos Aires en 1978, dejando un pasado plagado de sombras. Durante años, periodistas del diario neerlandés intentaron contactar a sus hijas, que se negaban a hablar de la historia familiar. La clave surgió cuando una de ellas puso en venta su casa a través de una inmobiliaria argentina: en las fotos del anuncio se veía claramente el cuadro colgado sobre el sofá del salón. Posteriormente, AD pudo confirmar que la pintura aún permanece en esa vivienda. Confirmaciones y reclamo Expertos de la Agencia neerlandesa del Patrimonio Cultural (RCE) señalaron que las dimensiones coinciden exactamente con los registros y que “no hay razón para pensar que sea una copia”, aunque subrayaron que un análisis del reverso sería determinante para despejar cualquier duda. Los herederos de Goudstikker ya anunciaron que reclamarán formalmente la restitución. Marei von Saher, nuera del marchante judío, de 81 años, recordó: “Mi búsqueda de las obras de mi suegro comenzó a finales de los noventa y no la he abandonado hasta hoy. El objetivo de mi familia es recuperar cada pieza robada de la colección y restaurar su legado”. En 2006, tras un largo litigio, la familia había logrado recuperar 202 obras expoliadas por los nazis. Un caso que promete polémica La RCE advirtió que, si las actuales propietarias del cuadro se niegan a entregarlo, el proceso podría derivar en un largo litigio judicial internacional. En paralelo, investigadores encontraron en redes sociales de las hijas de Kadgien otra pintura atribuida al neerlandés Abraham Mignon, un bodegón floral también reportado como desaparecido durante la guerra, aunque su procedencia aún está bajo estudio. El hallazgo enciende una vez más el debate sobre el arte expoliado por los nazis, un botín cultural que, a más de 80 años del Holocausto, sigue apareciendo en distintos rincones del mundo y enfrenta a la memoria histórica con la herencia de quienes lo ocultaron durante generaciones.
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