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  • Una ventana al abismo: la expedición que mostró el fondo del mar argentino al mundo

    » Sin Mordaza

    Fecha: 20/08/2025 13:22

    Durante tres semanas, cientos de miles de personas se sumaron cada día a una experiencia única: acompañar en vivo a un grupo de científicos argentinos que exploraba las profundidades del Atlántico Sur. La expedición, transmitida por YouTube y Twitch, alcanzó casi 18 millones de visualizaciones y convirtió a la ciencia en un verdadero espectáculo compartido. Mariano Martínez, investigador adjunto del CONICET y uno de los protagonistas de esta expedición, compartió con entusiasmo cómo fue el camino para llegar a bordo del Falkor, el navío insignia del Instituto Oceanográfico Schmidt (SOI), una fundación sin fines de lucro, dedicada a la exploración oceánica con el propósito de impulsar la ciencia marítima y compartir datos e información reciente para ampliar la comprensión de los piélagos. “Fueron dos tandas de aplicaciones. Una primera aplicación muy corta, para presentar una idea general. Si esa propuesta les gustaba, te permitían hacer una segunda propuesta más grande, con un proyecto más armado y con mejor desarrollo”, explicó. La competencia fue intensa. “Estas presentaciones que recibe el Schmidt Ocean Institute compiten con proyectos de todo el mundo. El barco Falkor va recorriendo distintas regiones del planeta y cuando se dio la oportunidad de que pisara el Atlántico Occidental, no sólo la nuestra sino muchas propuestas de todo el mundo se presentaron. La competencia fue feroz y nosotros ya estábamos sorprendidos con el hecho de ganar”, reconoció Martínez. Una de las claves del éxito fue la tecnología disponible. “Sabíamos que la tecnología que tenía el barco era impresionante: no sólo mapas de fondo y sondas, sino sobre todo su estrella, que es el ROV SuBastian. Es un robot que se comanda desde el barco, baja hasta cerca de 4.500 metros y tiene cámaras de altísima calidad. Nos permite ver desde el barco lo que hay en el fondo. Para el país es único”, destacó el investigador. En la Argentina no hay antecedentes de misiones con este nivel de profundidad y calidad de imagen. “Creo que hay algunos registros de este tipo de submarinos, pero que llegan hasta los mil metros. Esto es tecnología de punta incluso a nivel mundial, con lo cual era una oportunidad enorme tenerla”, añadió. Martínez también valoró el marco institucional de la expedición: “El barco entra por un convenio vía CONICET, sí o sí. No puede hacer un trabajo si no tiene un convenio con una institución interna. Como la mayoría de los que participamos éramos de CONICET, la verdad que estuvo bastante bien. Es uno de los organismos de investigación más importantes que tiene el país, así que era muy bueno ponerlo también en el escritorio”. El proyecto reunió a especialistas de diversas disciplinas, universidades y centros de investigación. “Además de pertenecer a CONICET, somos de varias instituciones. Entonces era nuclear un grupo de trabajo transversal que nos conocemos hace ya bastante tiempo, y todos trabajamos en aguas profundas”, comentó. Uno de los aspectos más llamativos fue la posibilidad de compartir en tiempo real la experiencia con el público general. “Lo que tenía como plus, que esto es un poco más para la gente, es que te permitía tener las transmisiones en vivo desde el robot una vez que bajaba. A partir de unos minutos después del descenso, empezaba a transmitir por su canal de YouTube. Justo permitía que cualquiera pueda ver la inmersión en vivo del submarino, de un territorio tan difícil de acceder como es el mar profundo, y encima en nuestro país”, explicó. La repercusión fue mayor a la esperada. “No creíamos que fuera a explotar tanto, que todos se engancharan a ver eso. Y con las transmisiones también, como nos permitía hablar y explicar, nosotros aprovechábamos para contar sobre lo que estábamos viendo. Muchos damos clases, así que se fue generando una dinámica muy linda”, recordó Martínez. Las preguntas del público no tardaron en llegar, y muchas sorprendieron a los propios científicos. “Nos fuimos sorprendiendo con cómo se iban enganchando, y cada vez las preguntas eran más interesantes. Aprendíamos nosotros también, porque una pregunta te llevaba a preguntarle a otro, y así se genera una dinámica muy rica”, señaló. El lugar elegido no fue casual. “Nosotros lo elegimos. El barco tiene todo un recorrido que hace y las presentaciones para 2025 eran para el Atlántico Sur, desde la Antártida hasta el sur de Brasil. Entonces, la oportunidad para hacer una presentación sobre Argentina era este año o este año. Ya después el barco sigue su periplo y no se pueden hacer otras presentaciones para esta región”, explicó. El equipo ya había trabajado en la zona en 2012 y 2013, con el barco del CONICET Puerto Deseado, hoy desafectado. “Pudimos hacer unas exploraciones a este mismo lugar, que es el Cañón Submarino Mar del Plata, que queda a unos 300 kilómetros de la costa. Es una zona con cambios de altura muy grandes, porque el cañón tiene un pie muy profundo”, señaló. Hoy, los datos recolectados prometen años de trabajo científico. Pero el desafío principal sigue siendo el financiamiento para sostener este tipo de campañas. “Estamos viendo dónde podemos seguir presentando los planes para conseguir más tiempo de trabajo. Lo que nos ha dado hasta ahora es más exposición. No hemos visto otro beneficio en ese sentido. Igual estamos contentos porque que la gente vea lo que se hace es una imagen positiva para la ciencia”, afirmó. Mientras tanto, los videos del fondo marino argentino siguen dando vueltas por el mundo y despertando vocaciones tempranas. Para Mariano Martínez, lo más valioso es que “la gente vea lo que hacemos y después evalúe qué tan significativo es. Si logramos despertar interés en los más chicos y mostrar la importancia de conocer nuestro mar profundo, ya estamos ganando mucho”. Escuchar la nota completa:

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