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  • Alergias estivales en Córdoba, no todo terminó con la primavera

    » Diario Cordoba

    Fecha: 16/08/2025 03:14

    Con los niveles de pólenes de olivo y gramíneas casi nulos, los alérgicos en general pueden creer que se puede dar carpetazo a la ‘temporada’ de padecimiento. Y puede que en cierta forma sea así, pero para nada pueden los alérgicos cantar victoria. También el verano es una época en donde las alergias están muy presentes, como nos recuerda la jefa de servicio de Alergología del hospital universitario Reina Sofía, María Berta Ruiz León, que nos acompaña en este análisis divulgativo y que señala cinco escenarios estivales para personas que presentan sensibilidad a distintos alérgenos, comenzando con los alérgicos al polen. Parietaria, plantago y salsola Al respecto, tras las especies que polinizan en primavera, «en verano hay que tener en cuenta la maleza, ya que están polinizando plantas como la parietaria o el plantago, pero especialmente significativa es la salsola», explica la doctora Ruiz León. En este último caso, la salsola, se trata de un género de la familia de las amarantáceas con un centenar de especies que crecen en los continentes del Viejo y Nuevo Mundo, generalmente prosperando en suelos arenosos del litoral marítimo y en terrenos áridos del interior, y que cuando se seca y muere la planta suele desprenderse para rodar y esparcir sus semillas. Para entendernos: el típico arbusto que vemos rodando en las películas del Oeste, pero que cuando está aún verde (final de primavera y verano) y polinizando es la pesadilla de muchas personas alérgicas a su polen. Y todo ello sin olvidar otras especies como la artemisa, el chenopodium (cenizo) e incluso las esporas de hongos como la alternaria, también presentes en verano. Alérgicos de viaje En Córdoba, puede que las altas temperaturas sequen muchos entornos y eviten que proliferen estas plantas citadas, pero no siempre es así y el enfermo debe vigilar los síntomas que pueda tener en la cercanía de cauces de ríos y arroyos, acequias y albercas, muros húmedos donde prolifera la parietaria... Además de lugares de costa. Y a propósito de otros lugares, y sabiendo que si el polen se mueve con el viento los alérgicos también viajan, más aún en vacaciones, hay que tener en cuenta que no siempre sabemos qué tipo de plantas alergógenas nos vamos a encontrar en nuestros lugares de destino. Al respecto, la especialista María Berta Ruiz nos recuerda que, en primer lugar, el alérgico debe informarse, por ejemplo, a través de páginas como polenes.es y la de la Red Española de Aerobiología (REA) o con la App Alerta Polen. En líneas muy generales, hay que tener también en cuenta que la floración de las plantas generalmente se retrasan días y hasta semanas conforme uno se mueve hacia el norte en el continente europeo, además de que el alérgico puede encontrarse en su viaje con plantas con las que no había coincidido en su vida y de las que desconocía que era alérgico. En todo caso, hay que seguir las instrucciones del médico una vez diagnosticado y llevar consigo la medicación para tratar la patología o los síntomas. Lugares húmedos y las picaduras Un tercer ámbito a tener en cuenta por los alérgicos en verano son los alérgenos perennes, presentes en determinados entornos húmedos y cálidos que visitamos más en vacaciones. Hablamos, por ejemplo, de ácaros y hongos que proliferan en lugares como los vestuarios de gimnasios piscinas, habitaciones cerradas largo tiempo con tejidos y otros materiales viejos y húmedo repletos de ácaros.... Otro caso muy distinto son el de las picaduras de insectos, sobre todo abejas y avispas, especialmente para personas sensibles en las que el riesgo se multiplica hasta llegar a peligrar sus vidas. No hay que olvidar que en verano coincide la mayor actividad de los insectos con que a la vez nosotros salgamos más al exterior, por lo que la posibilidad de una picadura se dispara. Bien lo sabe la alergóloga Ruiz León, que también es coordinadora del Comité Nacional de Alergia a Himenóptero de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Así, la doctora aconseja, tras lavar la herida y sacar el aguijón en el caso de las abejas, estar atentos a la evolución de la picadura, que puede ir desde el dolor e inflamación de la zona (que puede atajarse con hielo para frenar la hinchazón) a pasar a una reacción local extensa cuando afecta a más de 10 centímetros en torno a la picadura y que puede durar un día. En este otro caso «posiblemente haya que utilizar corticoides», explica la doctora. Alergia al sol Sin embargo, la situación más grave es la de una reacción general, que sufre entre el 2 y el 3% de la población rural, con enrojecimiento de la piel, sudoración, mareo, dificultad de respiración... Y que puede derivar en un shock anafiláctico. Hay que ser muy prudente y procurar alejarse sin hacer movimientos bruscos del insecto, especialmente cerca de los nidos y colmenas, donde los himenópteros son más agresivos. Llevar camisa y pantalones largos y de colores apagados y no ponerse perfume son otras formas de prevenir picaduras. Y por supuesto, está la propia alergia al rey del verano, el sol, cada vez más frecuente, para la que es necesario especialmente seguir las indicaciones facultativas, usar la mayor protección solar posible y exponerse lo mínimo y siempre de forma progresiva, resume Ruiz León. Suscríbete para seguir leyendo

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