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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/08/2025 12:31
El Juicio Final de Miguel Ángel será sometido a un mantenimiento extraordinario en 2026 El Juicio Final de Miguel Angel, el imponente fresco que decora la pared principal de la Capilla Sixtina en el Vaticano, afrontará obras de mantenimiento extraordinarias que comenzarán a principios de 2026 y durarán varios meses, explicó a los medios vaticanos el nuevo director del Laboratorio de Restauración de Pinturas y Materiales de Madera de los Museos Vaticanos, Paolo Violini. Violini explicó que en estos próximos meses se concluirá con la sala Fuego en el Borgo, para continuar con la total restauración de todas las salas de las Estancias de Rafael, incluidas en el recorrido de los Museos Vaticanos. Pero será a partir de enero de 2026 cuando el Laboratorio de Restauración afrontará el mayor de sus trabajos con las obras extraordinarias de mantenimiento del Juicio Final del genio del Renacimiento. “Estas obras complementarán el mantenimiento regular, que se realiza anualmente con un elevador mecánico”, explicó Violini y añadió que ha sido necesario “debido al impacto que la gran cantidad de visitantes tiene en la conservación de los frescos más famosos del mundo”. El mantenimiento busca preservar los colores y detalles originales revelados en restauraciones previa “Deberíamos terminar en marzo, para poder despejar el muro antes del inicio de la Semana Santa”, señaló Violini. Durante los tres meses de trabajo, “se instalarán andamios que cubrirán todo el muro. Consistirán en una docena de plataformas de trabajo con elevador que, para reducir los tiempos de trabajo y evitar obstruir la vista del público, nos permitirá trabajar con hasta 10 o 12 personas simultáneamente y tener una experiencia cercana con la obra”, indicó. El Juicio Final es un fresco monumental pintado por Miguel Ángel entre 1536 y 1541, ubicado en la pared del altar de la Capilla Sixtina en el Vaticano. La obra fue encargada por el papa Clemente VII y finalizada bajo el pontificado de Pablo III. El conjunto muestra la visión del Apocalipsis, con cerca de 400 figuras en movimiento representando la resurrección de los muertos, el juicio de las almas y la condena o la salvación. Miguel Ángel empleó una composición dinámica, con figuras musculosas y expresivas que marcan un cambio respecto al arte renacentista clásico. El fresco generó controversia por la desnudez de los personajes y por su poderosa carga dramática. El Juicio Final, pintado entre 1536 y 1541, es una de las obras más emblemáticas del Renacimiento Una característica notable de El Juicio Final es la centralidad de la figura de Cristo, representado como un juez implacable rodeado de santos y mártires. A su derecha se ubican los elegidos ascendiendo hacia el cielo, mientras que a su izquierda los condenados son arrojados al infierno en escenas de gran intensidad. En la parte inferior, Miguel Ángel volcó una visión personal e inquietante del destino de las almas, sobresaliendo figuras como la barca de Caronte y el demonio Minos, referencias a la mitología clásica integradas al relato cristiano. Esta integración de elementos paganos y religiosos refleja la formación humanista del artista. El fresco ha sido objeto de restauraciones y debates a lo largo de los siglos, tanto por sus audaces desnudos como por el estado de conservación de los colores y detalles. A finales del siglo XVI, las figuras más expuestas fueron cubiertas parcialmente por orden de la Iglesia, labor ejecutada por el pintor Daniele da Volterra. La obra ha sido objeto de intervenciones de limpieza y restauración. Entre ellas la más importante entre 1990 y 1994, que reveló los colores originales del fresco. [Fotos: archivo AP/Alessandra Tarantino; Vatican Media vía AP] Fuente: EFE
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