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  • De la penicilina al microondas: 12 inventos que nacieron por accidente y cambiaron la historia

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/08/2025 08:32

    El azar y la creatividad impulsan inventos accidentales que cambiaron la historia (Imagen Ilustrativa Infobae) Un simple error, una distracción o una improvisación pueden cambiar el rumbo de la historia. Según la Real Academia Española (RAE), se trata de una serendipia, que significa “hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”. En un sentido más amplio —como se utiliza en literatura sobre innovación y creatividad—, el término describe el descubrimiento fortuito de algo útil mientras se buscaba otra cosa Ya sea el nombre que se elija, esta selección de inventos accidentales y descubrimientos por accidente que, según un reportaje de HowStuffWorks, surgieron por azar, terminaron transformando la vida cotidiana, convirtiéndose en aliados insospechados de la innovación. El avance no siempre sigue un camino predecible. A menudo, los más significativos nacen de la experimentación, la curiosidad y, en ocasiones, de errores o situaciones imprevistas. Incluso, muchos de los objetos y productos que forman parte de la vida diaria deben su existencia a momentos de casualidad, donde la observación atenta y la disposición a probar algo nuevo marcaron la diferencia. 12 inventos accidentales que cambiaron la vida diaria El descubrimiento de Walker marcó el inicio de la evolución de las cerillas hasta su uso cotidiano actual (Imagen Ilustrativa Infobae) En 1826, el químico británico John Walker protagonizó uno de los ejemplos más emblemáticos de este fenómeno. Mientras trabajaba en su laboratorio, Walker raspó accidentalmente un palo recubierto de una mezcla química contra la chimenea, provocando una llama inesperada. Intrigado, perfeccionó la composición y el mecanismo, dando origen a las primeras cerillas modernas, conocidas como Friction Lights, las cuales se encendían al frotar el extremo químico contra papel de lija, evolucionaron con el tiempo hasta convertirse en un elemento esencial para encender fuego de forma segura y práctica. La historia de las galletas con chispas de chocolate también ilustra el papel del azar en la cocina. En la década de 1930, Ruth Wakefield, propietaria del Toll House Inn en Massachusetts, intentó preparar galletas de chocolate para sus huéspedes. Al quedarse sin chocolate para repostería, optó por trocear una barra de chocolate, esperando que se fundiera en la masa. La popularidad de las galletas con chispas de chocolate creció rápidamente tras su invención (Imagen Ilustrativa Infobae) Para su sorpresa, los trozos conservaron su forma, dando lugar a un nuevo tipo de galleta que rápidamente ganó popularidad. Aunque existen versiones que sugieren que Wakefield buscaba deliberadamente innovar su receta, lo cierto es que no anticipó el impacto duradero de su creación. Otro caso de invención accidental se dio en el ámbito del desayuno. A finales del siglo XIX, el doctor John Harvey Kellogg y su hermano W.K. Kellogg, ambos defensores del vegetarianismo y responsables del Battle Creek Sanitarium en Michigan, buscaban alternativas nutritivas para sus pacientes. El éxito de los copos de maíz llevó a la fundación de la empresa Kellogg’s y a disputas legales entre los hermanos (Freepik) Un día, una masa de cereal de trigo fermentó por descuido. En lugar de desecharla, la pasaron por rodillos, obteniendo copos que tostaron y sirvieron a los clientes. El éxito fue inmediato, y tras experimentar con otros granos, W.K. perfeccionó los copos de maíz. La popularidad del producto llevó a la fundación de la empresa Kellogg’s, aunque la relación entre los hermanos se deterioró por disputas legales sobre la autoría y los derechos de la receta. El descubrimiento de la penicilina en 1928 por Alexander Fleming en el Hospital St. Mary’s de Londres marcó un hito en la medicina, según The New York Times. Aunque el potencial de este agente antibacteriano no se aprovechó de inmediato, sino recién en 1940, fue la base para que científicos de la Universidad de Oxford lograran desarrollar un método para producir la sustancia en cantidades adecuadas para su uso médico. Alexander Fleming descubrió la penicilina tras observar un hongo que impedía el crecimiento bacteriano Se trata de una de las serendipias más famosas. Es que, cuando Fleming notó que un hongo del género Penicillium había invadido accidentalmente una de sus placas de cultivo y que, en la zona cercana al moho, las bacterias no crecían, la observación lo llevó a identificar la sustancia responsable, a la que denominó “penicilina”. El hallazgo, aunque accidental, sentó las bases para el desarrollo de los antibióticos modernos y transformó el tratamiento de infecciones bacterianas. El azar en la innovación tecnológica HowStuffWorks destaca el impacto del microondas en la transformación de los hábitos culinarios modernos (Imagen Ilustrativa Infobae) El microondas, presente en millones de cocinas, también debe su existencia a un accidente. En 1945, Percy Spencer, ingeniero de Raytheon Corporation, notó que una barra de caramelo en su bolsillo se derretía mientras trabajaba con magnetrones, tubos de vacío de alta potencia. Al experimentar con palomitas de maíz y huevos, comprobó que los alimentos se cocinaban en segundos. Raytheon patentó el proceso y lanzó el primer horno microondas, el RadaRange, en 1947. Aunque su tamaño y precio iniciales limitaron su éxito, la versión compacta y asequible de 1975 revolucionó la cocina doméstica, superando incluso las ventas de las cocinas a gas, según relata HowStuffWorks. Por otro lado, durante la Segunda Guerra Mundial, la búsqueda de materiales alternativos también propició descubrimientos inesperados. En 1943, James Wright, investigador de General Electric, mezcló ácido bórico con aceite de silicona en un intento por crear un sustituto del caucho. El resultado fue una sustancia elástica y maleable, pero sin utilidad aparente. El Silly Putty se popularizó como juguete y también encontró aplicaciones prácticas en limpieza y misiones espaciales (Theodore Tae/The New York Times) No fue hasta 1950 que Peter Hodgson, experto en mercadotecnia, reconoció su potencial como juguete y lo bautizó como Silly Putty. Además de divertir a generaciones de niños, la masa demostró ser útil para limpiar superficies, estabilizar muebles y hasta para asegurar herramientas en misiones espaciales. El Post-it, otro invento emblemático, surgió de la combinación de dos necesidades. En 1968, el científico de 3M Spencer Silver desarrolló un adhesivo de baja adherencia, pero no encontraba una aplicación práctica. Hoy, las notas Post-it se comercializan en más de 100 países y son un éxito global (Freepik) Años después, su colega Art Fry, frustrado porque los papeles que usaba para marcar himnos en el coro se caían, recordó la charla de Silver y creó notas adhesivas reutilizables. Tras un lanzamiento inicial discreto bajo el nombre Press ‘n Peel, el producto fue rebautizado como Post-it y se convirtió en un éxito global, presente hoy en más de 100 países. La naturaleza también ha inspirado soluciones innovadoras. En la década de 1940, el ingeniero suizo George de Mestral observó cómo los frutos de bardana se adherían a su ropa y al pelaje de su perro tras un paseo. Al examinarlos ante el microscopio, descubrió diminutos ganchos que se enganchaban a las fibras. De Mestral replicó este mecanismo con tiras de tela y desarrolló el Velcro, un sistema de cierre que combina ganchos y bucles, ampliamente utilizado en ropa, calzado y aplicaciones industriales. El Velcro se ha convertido en un elemento esencial en ropa, calzado y aplicaciones industriales (Freepik) En tanto, el descubrimiento de la sacarina, el primer edulcorante artificial, también estuvo marcado por la casualidad. En 1879, el químico Constantin Fahlberg, colaborador de Ira Remsen en la Universidad Johns Hopkins, notó un sabor dulce en sus manos tras manipular compuestos químicos. Aunque existen distintas versiones sobre el momento exacto del hallazgo, Fahlberg y Remsen publicaron juntos el descubrimiento, pero Fahlberg patentó y comercializó la sacarina en Alemania sin incluir a Remsen. El hallazgo de la sacarina revolucionó la industria alimentaria como primer edulcorante artificial (Freepik) A pesar de las controversias sobre su seguridad y su característico regusto, la sacarina se popularizó como sustituto del azúcar, especialmente durante periodos de escasez y en productos dietéticos. El Slinky, un juguete icónico, nació de un accidente en 1943. El ingeniero naval Richard James buscaba un resorte para estabilizar equipos en barcos cuando uno de los muelles cayó y se desplazó de forma peculiar. Al compartir la anécdota con su esposa Betty, ambos vieron el potencial lúdico del objeto. El Slinky es considerado un ícono de la cultura popular y la industria del juguete (Freepik) Tras bautizarlo como Slinky y fundar James Industries, el juguete se lanzó al mercado en 1945. Aunque al principio enfrentó dificultades comerciales y personales, Betty James logró relanzar el producto, que ha vendido más de 300 millones de unidades y cuenta con su propio día conmemorativo en Estados Unidos. En la década de 1990, un grupo de investigadores de Pfizer desarrollaba un medicamento para tratar la hipertensión y la angina de pecho. Durante los ensayos clínicos, los voluntarios masculinos reportaron un efecto secundario inesperado: erecciones. El lanzamiento de Viagra marca un antes y un después en el tratamiento de la disfunción eréctil a nivel mundial (TIM RECKMANN/ FLICKR) La empresa patentó el compuesto, conocido como Sildenafil, y en 1998 obtuvo la aprobación para su uso en el tratamiento de la disfunción eréctil bajo el nombre comercial Viagra. El éxito fue inmediato y el medicamento se consolidó como uno de los más populares del mercado, abriendo paso a otros tratamientos similares. Por último, el envoltorio de plástico de burbuja, material de embalaje ampliamente utilizado, surgió de un intento fallido de crear papel tapiz texturizado en 1957. Los ingenieros Alfred Fielding y March Chavannes, al sellar dos cortinas de plástico, obtuvieron una lámina con burbujas que no tuvo éxito como decoración ni como aislante de invernaderos. El plástico de burbujas superó a los materiales tradicionales de embalaje y revolucionó el sector (Pixabay) Sin embargo, en 1960, su empresa Sealed Air Corp. encontró en el embalaje protector el uso ideal para el producto, que superó a los materiales tradicionales y convirtió a la compañía en una de las más importantes del sector, como detalla HowStuffWorks.

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