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Parana » Uno
Fecha: 12/08/2025 10:00
Antes del estreno pautado para este jueves , Guillermo Francella conversó sobre el proyecto con el protagonista y los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat. Una carcajada incómoda, una mueca de reconocimiento o emoción, una idea que se queda rebotando en la cabeza cuando ya pasaron los créditos. “Homo Argentum”, la nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat bajo el protagónico de Guillermo Francella, es todo eso: un viaje intenso por lo mejor y lo peor de la argentinidad. El filme, que podrá verse sólo en cines a partir del jueves 14, apuesta por un formato inusual y a la vez cautivador: 16 minipelículas, 110 minutos de duración y un solo protagonista que cambia de piel en cada historia. Francella interpreta a 16 personajes distintos en una sátira que expone con humor e ironía las contradicciones de la identidad nacional. Con un elenco integrado por reconocidas figuras argentinas como Migue Granados, Eva de Dominici, Milo J y Dalma Maradona, cada una de esas pequeñas narraciones retrata una forma reconocible del ser argentino: el oportunismo elegante, la doble moral, la idolatría futbolera, la corrección política, la fuerza de la amistad, el sentido del humor ante el caos, o el arte (bien argentino) de hacerse el boludo. “Es una película que invita, además de reírse mucho, a la reflexión y a sentirse identificados porque habla de nuestro gen, de cómo somos. La película es hilarante, pero aborda temas que hacen que nos sentemos luego para charlar de cómo nos interpeló y de qué identificación nos generó”, adelantó Francella en diálogo con La Capital. A pocos días del estreno, el protagonista y los directores compartieron detalles sobre el proceso creativo y el detrás de escena. Un trío con historia El vínculo sostenido entre Francella y la dupla directiva de Cohn y Duprat, que ya habían trabajado juntos en la serie “El Encargado”, fue clave para concebir un proyecto tan ambicioso como “Homo Argentum”. “Con Guillermo ya vamos por la temporada 4, y era todo un desafío decir que queríamos hacer una película. ¿Qué hacés después de ’El Encargado’? Para mí, lo que él hacía ahí era superlativo. Entonces se nos ocurrió esta idea donde él puede hacer una demostración actoral,”, recordó Cohn. Sin embargo, la chispa inicial la aportó el propio Francella, quien recordó el filme “Los Monstruos” de Dino Risi, una película que retrata el gen italiano con humor y crítica social. “Yo les hablé de esa película que vi hace años que tenía este formato, que hablaba del gen italiano pero con crítica social, con humor, con bajada de línea, que me pareció muy interesante. Ellos la vieron, se entusiasmaron y le escribieron un montón de episodios”, explicó el actor. La idea convenció a los directores y a partir de ese puntapié desarrollaron las minipelículas y le propusieron a Francella el desafío de encarnar a todos los personajes. De los cuarenta relatos que escribieron originalmente, hacia el final solo se seleccionaron 16 para la versión final de “Homo Argentum”. “Algunos tenían potencial para ser películas completas, otros quedaron afuera por distintas razones”, explicó Duprat. Entre risas, Francella confesó que en un principio no imaginó que interpretaría a todos los personajes: “Cuando me dijeron? no, no, vos haces todas?. ¿Cómo todas? Yo creí que solo en algunas iba a hacerlo”. Tras varias charlas, terminó aceptando con entusiasmo el desafío, que, según confesó, le generó “una adrenalina fantástica”. Los mil y un Francella En “Homo Argentum”, Francella interpreta a 16 personajes completamente distintos entre sí: desde un director de cine hasta un cura, pasando por un padre de familia, un relator de fútbol o un arbolito que cambia dólares en la calle. Ahora bien, el desafío no fue solo numérico. Para el actor también significó una ruptura con su propia imagen. “El proceso de la caracterización fue muy intenso. El verme despojado de mi imagen verdadera, en todas las viñetas, en todos los episodios, fue muy positivo para explorar desde la interpretación algo nuevo”, comentó. En este sentido, se propuso construir cada personaje desde cero, trabajando en detalle lo gestual, lo postural, lo corporal y lo vocal. El mismo no llegó a no reconocerse frente al espejo: “Ese ser que estaba frente a mí era desconocido por completo. Eso me dio una enorme fuerza para componer”, explicó el actor y señaló el intenso trabajo detrás de escena: “Lo hablamos mucho en los ensayos: lo postural, la mirada, la afonía exacerbada. Cuando yo ya llegué al set, ya tenía bien claro por dónde iba”. Por su parte, Cohn destacó la magnitud del esfuerzo actoral y lo calificó como una verdadera coronación para un actor de la talla de Guillermo. “Lo que hace en ’Homo Argentum’ es consagratorio porque el trabajo que hace en una sola película, acá lo hace por 16”, subrayó el director. Aunque cada relato de “Homo Argentum” funciona de manera autoconclusiva, juntos forman un retrato múltiple que refleja las diferentes caras de la argentinidad. En este sentido, Cohn explicó: “Cada historia en sí misma, con principio y final, e incluso algunas con varios finales, busca interpelar, emocionar y abrir el debate sobre temas que permitan al espectador sentirse parte ya sea porque se ve representado o porque le recuerda a un familiar, a un hermano o a un vecino”. Duprat sumó que algunas de las historias nacieron a partir de personajes que querían retratar mientras que otras se construyeron a partir de tramas o historias específicas. En esa línea, destacó que “cada una de estas minipelículas tenía su género particular”. Y si bien había ciertos elementos fijos, aclaró que lo único que podían tocar era el orden, un aspecto clave en el armado, ya que “eso es lo que te va llevando de la nariz por ese viaje emocional”. Ahora bien, cuando empezaron a mostrarlas y a recibir las devoluciones de periodistas y amigos notaron que había un hilo invisible que las unía: “todas hablan de una realidad que nos atraviesa”, expuso el director. De esta manera, a pesar de la variedad de tonos, géneros y personajes, “Homo Argentum” logra algo singular: que un conjunto de historias dispares, algunas más emotivas y cotidianas, otras satíricas o intensas, encuentren un eco común en el espectador. Como si, detrás de cada relato, se asomara una fibra compartida: la del gen argentino. Esa misma fibra que conectó con sus espectadores fue el punto fundamental para el trabajo de Francella: “Los conozco del derecho y del revés a muchos de ellos”, afirmó en relación con la gran variedad de personajes que le tocó interpretar. Y agregó: “Está en nuestro ADN y, de tantos años que vivo, conozco a cada uno. Exacerbar algunas flaquezas o alguna cosa de cada uno de ellos ha sido divertido”. Lucía Inés López / La Capital
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