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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/08/2025 04:30
(Franco Fafasuli) La licitación de bonos anunciada por el Tesoro para mañana se transformó en una operación muy relevante para la marcha del plan financiero y cambiario. No solo porque el monto de lo que se busca refinanciar es enorme, cerca de 15 billones de pesos, sino además porque los inversores esperan ver cuál será la señal de tasas que dará el equipo económico tras el fuerte salto de las últimas semanas. La expectativa es que la licitación no sea refinanciada por los inversores en un 100% ante la necesidad de pesos por parte de bancos y empresas. El Tesoro también limitó las Lecap a tasa fija que se podrán suscribir previo a las elecciones legislativas. Como máximo se podrán renovar hasta 7 billones de pesos con vencimiento en septiembre. De esta manera, se quiere evitar una concentración demasiado grande de pagos faltando pocas semanas para los comicios legislativos, que tendrá lugar el 26 de octubre. La expectativa es que para estos plazos más cortos se mantengan las actuales tasas de mercado, en torno al 45% anual. La incógnita es si habrá margen para bajar al menos marginalmente los rendimientos en pesos para los plazos más largos, ya que el impacto sobre las cuentas públicas es mucho mayor. Entre los bonos elegibles hay un BONCER corto (que vence el 31 de octubre) que también podría recibir demanda significativa. Y bonos dólar linked que seguramente tendrán menos suscripción porque no se ve un escenario de fuerte salto del tipo de cambio oficial. A último momento se agregaron varios bonos ajustados por tasa TAMAR (plazo fijo de más de $ 1.000 millones) con vencimientos escalonados hasta febrero del 2026. La posible inyección de pesos que surja de la licitación debería ser, sin embargo, acotada para evitar que ese dinero tenga como destino el dólar. Justamente en las últimas semanas fue el propio Gobierno el que promovió un fuerte incremento de los rendimientos en pesos para evitar un mayor salto cambiario. Desde la última semana el objetivo se logró y el tipo de cambio retrocedió desde $ 1.380 hasta $ 1.335. Claro que el costo para conseguirlo fue el fuerte incremento de tasas, que impacta en todo el espectro: el Gobierno debe pagar más intereses, las empresas se financian más caro a la hora de salir a buscar capital de trabajo y para las familias representa un aumento del costo de endeudarse, por ejemplo, con un préstamo personal o un crédito hipotecario. Los límites para bajar las tasas El margen para reducir tasas es acotado, sobre todo porque en las semanas previas a las elecciones bonaerenses se espera un incremento en la demanda de dólares. Para los inversores, esta elección -que se realizará el 7 de septiembre- es clave porque medirá la fortaleza de la alianza La Libertad Avanza-PRO en el territorio donde es más fuerte el kirchnerismo. El Gobierno se juega a conseguir una victoria en este distrito que permita aflojar las tensiones entre los inversores. No son pocos los que consideran que la presión cambiaria y el empinamiento de las tasas de interés tienen que ver justamente con el nerviosismo previo a estos comicios, que adelantaron casi un mes y medio la contienda que se espera en las elecciones legislativas, a fin de octubre. Quedan menos de cuatro semanas y es clave lo que suceda en la primera de septiembre. Allí coincidirán los pagos de sueldos con la cercanía de la elección bonaerense, por lo que es muy probable que haya nuevas tensiones sobre el tipo de cambio. En este contexto, cualquier disminución de tasas debería hacerse con pies de plomo para evitar un impacto rápido sobre el dólar.
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